Originario de Asia, el ginseng se viene usando con fines medicinales desde hace siglos en los países asiáticos, principalmente en China. Aunque existe más de un tipo de ginseng, los más conocidos son el americano, el coreano (también llamado asiático) y el siberiano.
Los
principios activos del ginseng son los ginsenósidos contenidos en la raíz,
siendo ésta, la parte de la planta destacada desde el punto de vista fitoterapéutico
y dietético. La cantidad de ginsenósidos varían dependiendo de la edad de
la raíz, que necesita seis años de desarrollo para poder recogerla.
Con
respecto a sus efectos en el organismo humano, Japón, Corea y Rusia son los
países que mayores estudios han realizado de esta planta, los cuales han
confirmado sus beneficios ante el estrés y el rendimiento laboral. Por todo
ello, se le puede considerar como una planta con efecto tónico o
adaptógeno; es decir, ayuda al cuerpo a adaptarse al estrés.
Los
principales beneficios que otorga como complemento de una dieta equilibrada,
son el incremento del el rendimiento físico y mental, y el efecto que posee
para estimular la capacidad de concentración, los reflejos, reforzar los
nervios y mejorar el sueño.
Algunos
informes realizados han indicado que el ginseng podría ser beneficioso para
quienes tienen diabetes no dependiente de insulina. Sin embargo, este hecho no
debería considerarse hasta tener suficientes pruebas.
Sin
embargo, el ginseng contiene pequeñas cantidades de fitoestrógenos, con acción
similar a los estrógenos (hormonas sexuales femeninas), por lo que es
recomendable que las mujeres especialmente, no abusen de su consumo.
Por su
efecto vasoconstrictor no es recomendable para personas que padecen de
hipertensión arterial, y dado que no existen datos sobre la seguridad del
ginseng en niños o en mujeres embarazadas, no es recomendable su uso en ambos
casos.
También
debe tenerse en cuenta que el ginseng interacciona con determinados
medicamentos, por lo que antes de comenzar el tratamiento, será necesario
consultar con el médico.
Aunque
poco frecuentes en comparación con la gran amplitud de su uso, hay coincidencia
respecto a los efectos secundarios del uso continuado del ginseng: cifras
elevadas de tensión arterial, nerviosismo, insomnio, dolor de cabeza, urticaria
y diarrea matutina. En mujeres, se han descrito casos de hiperestrogenismo,
manifiesto en forma de mastalgia (dolor de la glándula mamaria) y metrorragias
(hemorragia de la matriz, fuera del período menstrual).
Se
recomienda no sobrepasar la dosis de un gramo al día, y el tratamiento conviene
que no supere las 4 a 6 semanas, seguidas de períodos de descanso de dos o tres
meses.
Usado de forma adecuada, esta raíz puede otorgar singulares beneficios para sobrellevar de forma natural nuestras actividades cotidianas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario