Cuando tenemos una idea equivocada de una persona o de un objeto, podemos sentir ira, decepción o irritación. Estas sensaciones surgen de nuestra percepción.
Según
el Budismo, nuestras percepciones suelen ser erróneas y nos hacen sufrir. La
práctica de la plena conciencia sirve para observar a fondo con el fin de poder
ver la verdadera naturaleza de todas las cosas e ir más allá de nuestras
percepciones falsas. Al confundir una cuerda con una serpiente, podemos
echarnos a llorar de miedo.
El
miedo es una sensación y confundir la cuerda con una serpiente es una percepción
errónea.
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