El Ayuno facilita el descanso general y completo de los órganos vitales. Podemos señalar como descanso fisiológico al descanso aportado por el ayuno.
Todo el
cuerpo humano, es decir sus millones y millones de células no gastan energía en
la digestión y asimilación de los nutrientes ingeridos, y esa energía que
ahorran la invierten en el proceso de limpieza, regeneración y auto-curación.
Curarse es
una función interna natural del organismo humano, es decir, el cuerpo sabe
curarse a sí mismo dejándole actuar. Y uno de los medios más eficaces es el
ayuno. Éste consiste en una terapia naturista milenaria en la cual el cuerpo
aprovecha para desintoxicarse y liberarse de toxinas, disolviendo y eliminando
impurezas acumuladas. Con el ayuno, el cuerpo y sus órganos se regeneran y a la
vez se potencian las facultades mentales.
Además la
curación es un proceso que podemos despertar en nosotros observando y
manteniendo en la vida normal los llamados Factores de Salud: alimentación
sana, ejercicio, movimiento, trabajo creativo, respiración profunda y
tranquila, contacto con la naturaleza, expresión psicoemocional, relaciones
humanas auténticas y cooperativas (no competitivas)…etc. Cuando eliminamos las
barreras que ponemos a la curación ésta ocurre por sí misma.
A lo largo del tiempo varias civilizaciones y culturas han utilizado el ayuno como una forma de purificar el cuerpo y el alma. La abstinencia de alimentos sirve como una terapia que ayuda al cuerpo a recuperar energías indispensables, que reemplazan las células enfermas por células sanas. Además sirve para eliminar definitivamente las bacterias del organismo, las sustancias tóxicas que nuestro cuerpo ingiere.
El aparato
digestivo se va limpiando con el ayuno, la ausencia de comida durante el ayuno
facilita la desaparición de alimentos descompuestos en el intestino. Cuando los
alimentos no se descomponen en el conducto digestivo no intoxican al organismo
y el cuerpo se va sanando. El ayuno evita cualquier infección bacteriana en el
intestino. Al eliminar los restos de nutrientes mal digeridos y fermentados,
deja sin “alimento” a millones de bacterias que podrían perjudicar al
organismo.
La
sobrecarga del organismo ocasionada por muchos años de una alimentación y una
forma de vida insanas, dificulta la correcta eliminación de sustancias tóxicas.
El organismo se va saturando poco a poco de sustancias de desecho ya que los
órganos de eliminación se ven sobresaturados y no cumplen adecuadamente su
función. Además, cuando nos mantenemos en un estado continuo de estrés llegamos
al agotamiento orgánico, los órganos de eliminación no pueden cumplir su labor
por falta de energía y las toxinas se van acumulando en su interior, dando
lugar a una profunda intoxicación.
Con el
ayuno, al estar la energía del cuerpo centrada no en la vida exterior, sino en
la limpieza y autorregulación interior, el cuerpo se pone al día en la
eliminación de desechos y tóxicos y se produce una gran desintoxicación ya que
los órganos de eliminación tienen toda la energía a su disposición. Esto abre
las vías hacia la curación.
Mediante
el proceso de ayuno el cuerpo elimina todo lo que no sea vital para su correcto
funcionamiento. Produce verdaderamente una autodigestión o autolisis de todas
aquellas sustancias perjudiciales que se almacenan y reproducen en su interior.
La renovación del cuerpo se ve ampliamente favorecida por el ayuno. Rejuvenece
las células, tejidos y órganos del cuerpo. Con el descanso, y no olvidemos que
el ayuno es una forma de descanso, descanso fisiológico, el cuerpo se recupera
y se cura a sí mismo.
Durante el
ayuno las células, los tejidos y los órganos viven un verdadero
rejuvenecimiento. Rejuvenecimiento que incluso se traslada a un
rejuvenecimiento exterior y la persona da la imagen de ser más joven.
Al
principio cuesta un poco pero al promediar los dos primeros días de
abstinencia, la sensación de hambre comienza a desaparecer. Esto se da debido a
mecanismos psicológicos, y también a la acción del hipotálamo, que es el
encargado de decirle al cuerpo cuando debemos comer.
Los 10 beneficios fundamentales del
ayuno
1. Depuración del aparato digestivo. Durante
el ayuno se evacuan aproximadamente 2,5 kg. de materia fecal y residuos
acumulados en el intestino.
2. Limpieza de la sangre, los
riñones, el hígado, el páncreas y el bazo. Estos órganos acumulan muchas
toxinas que ingresan a través de las bebidas, comidas y el ambiente que
respiramos.
3. Desintoxicación de las células. Estas
sustancias tóxicas se acumulan en las células del cuerpo. La única forma de
limpiarlas es evitar el ingreso de las toxinas durante un tiempo determinado,
mientras el organismo se ocupe de eliminarlas.
4. Pérdida de peso con poca o sin hambre. El
cuerpo luego de pasar los primeros días llega a un estado de equilibrio donde
no siente el hambre.
5. Desaparición de la retención de líquidos.
El ayuno permite limpiar el aparato renal, eliminando los líquidos acumulados
en los miembros inferiores y en el abdomen.
6. Renovación de la piel y el pelo. Al
depurarse el organismo los tejidos como la piel y el cabello crecen de manera
rejuvenecida, desapareciendo ciertas manchas y arrugas.
7. Mejoría de las funciones sensoriales. El
ayuno mejora la visión, el olfato y el gusto.
8. Control de la presión arterial. El ayuno
normaliza la presión sin necesidad de medicamento alguno.
9. Aumento de la lucidez mental. Ayuda a
mejorar la memoria, la atención y la capacidad de concentración.
10. Aumento de la energía
física. Con el ayuno se incrementa el vigor y la energía corporal.
Existen
varias formas de llevar a cabo un ayuno. Una de ellas es la cura de Sirope de
Arce y zumo de limón, que os presento a continuación. Consiste en hacer un
ayuno completo durante al menos 7 a 10 días, ingiriendo sólo el preparado de
sirope de Arce.
El sirope
de arce proviene de los bosques del norte de América. El de grado C es el de
mayor calidad por su alto contenido en minerales, entre los cuales destacan el
calcio, hierro, zinc y manganeso.
El limón
es importante por las vitaminas que ofrece, en particular la vitamina C. Posee
además propiedades antibióticas naturales, favorece la absorción del hierro, la
eliminación de los depósitos de grasas, mejora el estado de los vasos
sanguíneos y la resistencia del organismo.
La
pimienta cayena, es opcional, pero se recomienda porque ayuda a disolver las
flemas y por aportar vitaminas del grupo B.
PREPARACIÓN DIARIA DE SIROPE DE ARCE
La
preparación se realizará por la mañana, en una botella de 2 litros se pondrá:
- 125 ml
de sirope de Arce(medio vaso)
- 250 ml
de zumo natural de limón, recién exprimido(aprox. 1 vaso)
- Una
cucharada de melaza de caña.
- 1/2
cucharilla rasa de pimienta cayena (opcional)
Terminar
de llenar la botella con Agua Mineral embotellada. Evitar exponer el preparado
a la luz o al calor, ni tampoco a corrientes electromagnéticas.
- Tomar un
vaso del preparado cada dos horas y tomar también siempre que se sienta hambre
o cansancio, de esta forma desaparecerán las sensaciones.
- Tomar el
preparado de sirope y las infusiones a sorbos, saboreándolos y ensalivándolos
bien aunque sean líquidos.
- Durante
el ayuno se suprime por completo todo tipo de alimentos y bebidas excepto agua
mineral y el preparado de Sirope Vital arriba descrito.
- A partir
del segundo día la lengua se pondrá blanca, sucia, espesa...siendo totalmente
normal tal reacción, ya que parte de las toxinas se eliminan por medio de la
mucosa intestinal.
- En caso
de aparecer halitosis se puede tomar infusión de menta piperina sin endulzar.
- En caso
de aparición de dolor de cabeza los primeros días, o nauseas y vómito, en lugar
de alarmarse debe considerarse como efecto de eliminación de las materias mal
sanas acumuladas en el organismo.
- Se puede
beber agua mineral a discreción también infusiones, excepto TÉ, y sin endulzar,
se puede añadir una cucharadita de sirope para endulzar.
- Recuerde
que durante el tratamiento se suprime todo tipo de alimentación, si se come o
se bebe cualquier sustancia nociva aunque solo sea un poquito, se interrumpe el
proceso de eliminación y desintoxicación.
La
transición de la cura a una alimentación normal es muy importante. La tentación
de comer inmediatamente y en cantidad suele ser fuerte, y esto acarrea
consecuencias poco agradables. Después de ayunar es preciso acostumbrar poco a
poco al cuerpo a su régimen habitual. Esto lleva 2 ó 3 días adicionales de
transición a partir de los cuales el cuerpo estará dispuesto a asimilar todo
tipo de alimento.
- Durante
el primer día beber zumo natural de naranja, infusiones de menta o hierba buena
y caldo vegetal casero (3-4 tazas en total)
- El
segundo día se introducirán otras frutas (plátano, manzana, mandarinas, etc.)
que se comerán enteras, además de tomar zumos, infusiones y caldo vegetal
(medio litro)
- El
tercer día ya se puede comer pan integral, un caldo de verduras con arroz
integral (tanto para almorzar como para cenar) o polenta. Beber agua e
infusiones.
Pasados
estos días de transición se pueden tomar otros alimentos. Se recomienda
introducir polen durante el periodo de reconstitución ya que es uno de los
complementos dietéticos más completos (vitaminas, minerales, aminoácidos,
enzimas, etc.).
Conviene saber que tras la pérdida de peso (a veces considerable), el cuerpo necesita recuperar algunos kilos para sintetizar células que formarán tejidos nuevos. Es muy importante que el organismo cuente con materias primas (los alimentos) de buena calidad (desde el punto de vista nutricional). Por tanto, se recomienda evitar o disminuir el consumo de ciertos productos dañinos o muy poco saludables, sustituyéndolos por otros mucho más sanos y nutritivos.
Es un buen
momento para aprovecha la oportunidad de romper el círculo vicioso de los malos
hábitos alimenticios
CONSEJO:
NO se debe
ayunar en caso de padecer enfermedades como: tuberculosis, delgadez extrema,
insuficiencia renal, cardiopatías graves, diabetes y miedo al ayuno.
A nivel
energético el ayuno libera al cuerpo de bloqueos y barreras musculares
originadas por tensiones emocionales y psicológicas. Durante el ayuno el cuerpo
elimina esas barreras y la energía fluye sin trabas ya que la persona recupera
su energía vital.
Todas las
antiguas culturas de la humanidad, tanto de occidente como de oriente, han
utilizado el ayuno como el mejor y el más sano de los métodos para la expansión
de la consciencia. El ayuno es un tiempo para interiorizar, un momento para
estar hacia dentro. Muchos de los grandes místicos de la humanidad eran
partidarios y conocedores de los grandes beneficios del ayuno a nivel de la
consciencia.
Por el
contrario, una comilona pesada, un banquete de boda con alcohol y licores (mal
llamados bebidas espirituosas) embota la consciencia y dan sueño, te lleva a la
inconsciencia, al limbo.
El ayuno
despierta la sensibilidad, los sentidos, la percepción del mundo y favorece el
despertar de la consciencia.
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