La mayoría de productos que utilizamos para el aseo diario no solamente son totalmente sintéticos, sino que contienen sustancias que pueden ser dañinas para la salud, y muchas de ellas traspasan nuestra piel a través de los poros y llegan a nuestro torrente sanguíneo.
Esto
sucede por ejemplo con los champús. Los fabricantes buscan productos que huelan
bien y que hagan mucha espuma, y no nos damos cuenta de que estamos utilizando
productos muy agresivos que a la larga pueden ser muy perjudiciales para la
salud. Estos contienen, por ejemplo, el famoso lauril sulfato de sodio, un
agente surfactante (tensoactivos) que se usaba como detergente de tipo
industrial o desengrasante. Aplicado a nuestro cuero cabelludo, éste
elimina nuestra capa de grasa natural e irrita y reseca la piel, además de ser
tóxico.
Una
alternativa natural y saludable son los champús ecológicos, elaborados con
ingredientes naturales y vegetales, aromatizados con aceites esenciales, pero
que desgraciadamente son bastante más caros que los convencionales.
Ante este
panorama, una solución es recuperar fórmulas tradicionales que sean naturales y
no nos cuesten demasiado, como por ejemplo, la de lavarnos el cabello con
bicarbonato y vinagre de manzana.
Veamos cómo
elaborarlo.
Ingredientes:
-
Aceite de lavanda
-
Bicarbonato sódico
-
Vinagre de manzana
-
Dos botellines de plástico estilo biberón de cocina
-
Podemos añadir aceites esenciales para aromatizar o potenciar ciertas
propiedades.
Por
ejemplo, el aceite del árbol de té nos ayudará si tenemos caspa, el de romero
nos ayudará a evitar la caída, y el de lavanda relajará el cuero cabelludo y
dejará un maravilloso aroma. De todos modos, el olor a vinagre desaparece
cuando el cabello se seca por completo.
Elaboración:
Mezclamos
una cucharada de bicarbonato en un vaso de agua tibia hasta que se disuelva y
con la mezcla llenamos el primer botellín. Esta primera mezcla hace la función
de champú, por lo que podremos aumentar o reducir la cantidad de bicarbonato
según tengamos el cabello más graso o más seco. Cuando más graso sea, más
bicarbonato añadiremos.
A continuación,
mezclamos un cuarto de vaso de vinagre de manzana con un vaso de agua y
llenamos el segundo botellín. Esta segunda mezcla hace la función de
acondicionador, y del mismo modo buscaremos la cantidad de vinagre adecuada
para nuestro cabello. Cuanto más seco sea éste, más vinagre añadiremos.
Cómo aplicarlo
Con el
cabello humedecido aplicamos la mezcla de bicarbonato por las distintas zonas
de la cabeza y masajeamos el cuero cabelludo y el cabello con suavidad.
Aclaramos
bien con agua. Notaremos que el cabello está áspero, pero el vinagre
equilibrará de nuevo el ph.
A continuación,
aplicamos la mezcla de vinagre, la repartimos bien y aclaramos nuevamente.
Nota:
El aceite
esencial de romero es una buena opción para añadir a nuestro champú
natural. Si tenemos el cabello muy seco podemos aplicar un poco de aceite
de jojoba o sésamo después del lavado, y de vez en cuando aplicar alguna
mascarilla hidratante.
Recomendaciones a tener en cuenta
(por K. Maydee – Química)
"El
bicarbonato puede actuar como tensioactivo ayudando a eliminar la grasa del
cuero cabelludo, sin embargo puede causar irritaciones en la piel, que pueden
estar asociadas a las diferencias de pH con el cuero cabelludo de cada persona,
entre otras cosas, es lo que también podemos observar con las diferentes marcas
comerciales de champú, no a todos nos sienta bien el mismo champú.
El pH
depende de la cantidad de bicarbonato disuelto en el agua, y también va a
depender del agua en particular, recordemos que no es pura sino que contiene
otros iones y sales disueltas en su estado natural. Es posible que en algunas
personas esta mezcla pueda actuar muy bien eliminando la grasa del cabello, en
otras puede conducir a reacciones alérgicas (dependiendo de la sensibilidad),
en personas con un cabello muy graso quizás no pueda eliminar en su totalidad
la grasa. Por lo tanto, es recomendable empezar utilizando pequeñas cantidades
e ir aumentando progresivamente de acuerdo con la necesidad de cada uno, e ir
viendo los efectos".
Cuando
dejamos de utilizar productos químicos en el cabello se necesita un periodo de
adaptación para que éste vuelva a generar su capa protectora natural, por lo
que durante unos días o semanas podemos notar más grasa, caspa, entre otras
cosas. Si tenemos paciencia, a la larga nuestro cabello lo agradecerá.
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