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lunes, 20 de abril de 2015

MANTENERSE JOVEN COMIENDO MENOS

En nuestra sociedad contemporánea es común encontrar personas que opinan que comer mucho es equivalente a buena salud y larga vida. 

Cuando a principios de este siglo el médico inglés G.M. Humphrey revisó los hábitos de 52 personas que habían alcanzado los cien años de edad encontró, entre otras cosas, que éstos comían poco o moderadamente y consumían muy poca carne.  

De hecho, durante siglos se ha hablado de las virtudes del comer poco para una larga vida.  No en balde decía Miguel de Cervantes "come poco y cena menos, que la salud de todo el cuerpo se fragua en la oficina del estómago".

La Restricción Calórica y el envejecimiento

En el siglo XV un noble de Venecia llamado Luiggi Cornaro comenzó, a los 37 años de edad y tras haber pasado una juventud dedicada a las fiestas y la bebida, a cambiar su estilo de vida por uno que le permitiera vivir 100 años y mantenerse saludable.  Como resultado Cornaro vivió hasta los 103 años de edad manteniéndose activo y con su mente clara hasta el final.  El método que empleó para lograr esto consistió en abstenerse de bebidas alcohólicas y comer muy poco. De hecho, a partir de los 37 años de edad, la dieta de Cornaro puede clasificarse como un a especie de semi-ayuno.

Siglos después la receta de Cornaro y Cervantes ha sido validada por los científicos.  En la década de 1930 el Dr. Clive Mcnay de la Universidad de Cornell llevó a cabo un estudio en el que crió a un grupo de ratas con una dieta que contenía tan sólo el 60% de las calorías que normalmente ingerían otras ratas a las que se les permitía comer todo lo que desearan.  

Esta dieta restringida fue suplementada con vitaminas y minerales.  El resultado fue que las ratas crecieron a una velocidad menor de lo normal pero vivieron más tiempo y se mantuvieron extremadamente saludables.  Posteriormente se demostró que con esta dieta es posible extender en 60% la vida máxima de una rata.  Es decir la vida de una rata que por lo general dura unos 1,000 días se puede extender hasta unos 1,600 días.  

Otros experimentos han demostrado la utilidad de esta dieta una diversidad de especies animales.

El Dr. Roy Walford, conocido gerontólogo de la Universidad de California en Los Angeles ha diseñado una dieta para seres humanos basada en estas premisas.  Es una dieta que durante varios años va gradualmente reduciendo el número de calorías que ingerimos hasta llevarlo al 60% de lo que se consume normalmente.  

La idea de hacerlo gradualmente surge del hecho de que si tratamos de bajar abruptamente la cantidad de comida que ingerimos seguramente tendremos problemas de ajuste ya que nuestro metabolismo no está preparado para tal reducción.  Al hacerlo gradualmente permitimos que los mecanismos del cerebro que regulan el metabolismo y el hambre se ajusten.  Walford cree que con una dieta así cualquier persona puede alcanzar 120 años de edad y quizá más.  

Es importante no confundir una dieta restringida en calorías con una mala nutrición.  Es sumamente importante seleccionar bien los alimentos para que tengamos una cantidad adecuada de vitaminas y minerales.  Por tanto es esencial eliminar los alimentos que contienen calorías vacías como bizcochos, galletas, mantecados, patatas fritas, azúcar y grasas.

Coma un poco menos para una mejor salud

Como hemos visto, los estudios parecen indicar que una reducción drástica, de hasta 40 por ciento en la cantidad de calorías ingeridas diariamente puede reducir el ritmo de envejecimiento de numerosos órganos y reducir el riesgo de cáncer, diabetes y otras enfermedades. Sin embargo, son pocas las personas que están dispuestas a reducir su consumo de calorías de forma tan extrema, además que una reducción tan grande de calorías puede hacer que la persona se sienta continuamente hambrienta y friolenta.

En un estudio llevado a cabo con ratas por investigadores de la Universidad de Florida y publicado en la revista profesional Antioxidants and Redox Signaling, se encontró que una reducción de calorías mucho menor, de alrededor de un ocho por ciento, combinada con ejercicio moderado, equivalente a una corta caminata diaria, a través de la vida puede proveer grandes beneficios a la salud en general, además de proteger el hígado de los daños causados por el envejecimiento. La protección del hígado es sumamente importante ya que este órgano lleva a cabo funciones tales como limpiar la sangre y regular el sistema inmunológico.

En el estudio se encontró que las ratas que comieron todo lo que deseaban y que además no hacían ejercicio desarrollaron un aumento en la cantidad de moléculas dañinas con efectos oxidantes e inflamatorios en el hígado, mientras que las otras ratas a las que se les suplió un poco menos de comida que a las otras y que hicieron ejercicio tuvieron una reducción en la cantidad de estas moléculas dañinas.

Según Christiaan Leeuwenburgh quién fuera el principal autor de este estudio los resultados del mismo apoyan la teoría de que la muerte de las células y los daños a los órganos relacionados con el envejecimiento son causados por moléculas inestables llamadas radicales libres, por la oxidación celular y la inflamación. La reducción de calorías previene la muerte celular y reduce la inflamación, según éste. 

Sin embargo, si miramos los consejos que se han ofrecido a través de los siglos para alcanzar una vida larga y saludable encontramos que uno de los factores que más se menciona es el de una dieta frugal.  




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