Los pies deben cuidarse como las manos, cuerpo y cara. Unos pies mal cuidados son desagradables y pueden provocar problemas que hasta pueden inhabilitarnos para caminar bien.
En
Invierno al llevarlos tapados, olvidamos un poco el cuidado de los mismos y es
cuando nos sacamos las medias y calzamos sandalias cuando nos damos cuenta de
los problemas que pueden surgir.
- Sequedad de los pies y
talones
- Sudoración excesiva y
olor de pies
- Rozaduras de los
zapatos
- Callos
- Juanetes
- Uñas de los pies mal
cuidadas
Para
mantener el pie cuidado es fundamental una buena pedicura al menos una vez al
mes. Y una rutina diaria sobre ellos, del mismo modo que nos cuidamos la cara
es aconsejable cuidar los pies.
Los talones agrietados y resecos
En verano
con las sandalias, el contacto con el aire, andar descalzos, pueden provocar un
aumento de la sequedad de los pies sin embargo, la excesiva sequedad en
los pies se puede padecer durante todo el año, lo que puede provocar incluso
grietas en los talones que pueden hasta sangrar y doler al andar. Podrían
producirse infecciones si son muy profundas. Han de tener un cuidado especial
las personas con enfermedades crónicas como la diabetes o problemas en el que
el sistema inmunitario puede estar disminuido.
Las
personas obesas que además han de estar mucho tiempo de pie, tienen más
tendencia a padecer este problema.
Es más
habitual en personas mayores en las que la piel está más seca por falta de
nutrición natural de la misma.
No tienen
por qué aparecer del mismo modo en ambos pies, algunas veces, aparecen más en
un pie que en otro debido a que andamos más fuertemente, por diferentes
longitudes de las piernas (somos asimétricos), por andar ladeando o simplemente
por el calzado.
Para ello
se aconseja que el tratamiento no sea agresivo.
Si la piel
seca y muy dura es demasiado gruesa, es necesario cortar la piel muerta. Si se
escoge este método como primera puesta a punto después por que la piel es
exageradamente gruesa, hay que hacerlo con mucho cuidado de no cortar piel sana
y no provocar una herida.
Prefiero
un tratamiento menos agresivo y continuado, utilizar una lima específica para
los talones y otras durezas irán eliminando poco a poco esta piel muerta al
mismo tiempo que se irá regenerando, la piedra pómez con la piel húmeda después
de la ducha diariamente mejorará la cicatrización de la misma piel.
Para ello,
una vez se ha puesto al día los talones o las diferentes partes con durezas y
sequedades de la piel, es el cuidado diario lo que evitará la formación de grietas.
Si no se
cuidan los pies, la parte de seca cada vez es más gruesa, rompiéndose la piel y
formando verdadera heridas y la curación va a ser mucho más difícil.
Una vez
que se pasa suavemente y diariamente una piedra pómez, sobre la piel húmeda
(algunas personas prefieren usarla en seco, aunque a mi me parece muy cómodo
hacerlo directamente en la ducha o después de ella), poco a poco sin querer
eliminar de una vez todas.
Posteriormente,
aplicar una crema que contenga un poco de salicílico, urea o manteca de
karite que mejorará la cicatrización al estimular la renovación celular.
Si las
grietas son muy profundas, unos parches con hidro-coloides aportaran la
humectación necesaria a esa zona y cicatrizará, pero para ello es
imprescindible que la piel alrededor de esta grieta este flexible, por lo que
ha de estar hidratada.
El mantenimiento
diario con una crema humectante, algunas personas con la misma crema corporal
es suficiente.
Pero hay
que insistir y no dejarlo, ya que algunas personas tienen más tendencia a
formar callosidades que otras.
Sobre los
calcetines hidratantes y reparadores, también son útiles, generalmente están
impregnados de urea y su composición textil los hace oclusivos por lo que
mejora evitando la perdida de agua y mejorando la absorción por la piel de las
cremas hidratantes.
También
nos puede ser igualmente útiles nuestros calcetines de algodón, aplicando a
modo de mascarilla vaselina con un poco de zumo de limón y ponerse los
calcetines durante toda la noche.
La sudoración excesiva de los pies
Al igual
que las manos, la sudoración excesiva es un problema, porque produce
irritaciones en los pies así como olor desagradable.
Cuando el
problema es realmente muy importante le denominamos hiperhidrosis y realmente
se trata de un problema médico. Se puede tratar como tal, mediante botox u
otros fármacos.
Sobre el
olor: el sudor tiene un olor característico sobre todo dependiendo de la
alimentación de la persona o por algún medicamento. Algunos alimentos que hace
que huela fuerte el sudor pueden ser el ajo, los espárragos o la cebolla o
algunas especies.
Aunque
realmente el olor es desagradable debido a las bacterias circundantes en el
cuerpo, en la ropa o zapatos o en el pelo que provocan fermentación y toxinas
que son las que realmente huelen mal, cuando el olor extremo podemos
denominarle bromhidrosis o osmidrosis.
Es por
ello que es muy importante la higiene diaria, no solo con agua sino con jabones
que retiren estas bacterias.
Igualmente
los agentes desodorantes, estos eliminan el olor del sudor al llevar alcohol y
otros desinfectantes.
También regulando
la transpiración con agentes secantes o anti-transpirantes como pueden ser los
polvos de alumbre, cloruro de aluminio o hexahidrato de aluminio.
En los
zapatos es donde más fácilmente se depositan las bacterias junto con el sudor
van a provocar este olor tan desagradable, si se suda mucho han de procurar
también limpiar, aunque algunas veces es muy difícil debido a que no se pueden
sacar las plantillas del mismo zapato, es por ello que aconsejo la plantillas
con carbón activo, clásicas pero que absorben totalmente la humedad de los
zapatos, no son caras, por lo que se pueden cambiar a menudo.
La
sudoración excesiva y la falta de higiene de los pies pueden provocar
igualmente aparición de hongos en los pies, al encontrarse estos en su medio
húmedo ideal para su desarrollo.
Los hongos
en los pies son contagiosos por lo que se pueden coger en piscinas, gimnasios,
baños públicos y por compartir zapatillas.
Rozaduras de los zapatos
Las
rozaduras de los zapatos, sobre todo cuando nos quitamos las medias o los
calcetines parece una cosa irremediable sobre todo en verano y con zapatos
nuevos.
Hemos de
evitar llevar el zapato nuevo demasiado tiempo.
Cuando la
piel del zapato es demasiada dura o alguna costura del zapato molesta, el
zapatero lo podrá adaptar a la forma del pie humedeciéndolo algo.
Aplicar
algo de crema hidratante en los zapatos harán que se ablanden.
Usar
calcetines cuando son nuevos también permite que el zapato se adapte a la forma
del pie sin peligro de rozar.
Las llagas
o rozaduras de los pies pueden infectarse muy fácilmente debido a la zona que
se encuentran.
Cuando se
empieza a notar una rozadura lo ideal es proteger la zona y si es posible
procurar cambiar de calzado para evitar la formación de la ampolla.
Cuando
aparece una ampolla, no aconsejo pincharla a no ser que irremediablemente se
vaya a romper por sí sola, ya que al levantar la piel y la supuración de la
misma es fácil que se produzca una herida. Siempre hay que procurar mantener la
piel que protegerá la rozadura.
Las
personas que suelen sufrir este problema saben cómo cuidarlas como los atletas
o los peregrinos. El tratamiento es eliminar el agua de la ampolla procurando
no lesionar la piel. Para ello hay pasar un hilo con una aguja desinfectada
(con alcohol o una llama) a través de la ampolla de manera que el agua formada
drenará por ese hilo, evitando que se rompa la piel y provoque la herida,
acelerando el proceso de cicatrización.
Es
importante extremar la higiene, ya que es fácil que se infecte por ello es
conveniente aplicar algo de povidona yodada con un algodón para secar la piel y
si se ha de continuar andando, aconsejo cubrirlo con un pequeño vendaje o
apósito.
También se
puede extraer el líquido de la ampolla con una jeringuilla con cuidado y
presionando ligeramente. Aplicar posteriormente algo de povidona yodada o
violeta de genciana igualmente.
Si la
ampolla tiene sangre o pus no se debe tocar bajo ningún concepto y solo aplicar
un poco de pomada antibiótica.
Para las
rozaduras lo ideal son los hidro-coloides ya que forman una segunda piel y no
se mueven como las clásicas tiritas, hay que dejarlos hasta que se caiga el
hidro-coloide o si se mueve cambiarlo.
Los callos
Los callos
es un exceso capa cornea o células de piel muerta, se trata de una
hiperqueratosis. Se forma como defensa de protección del pie frente a una
rozadura continuada o presión continuada. El callo es como las durezas
descritas pero centradas en una parte más concreta y pequeña.
Empieza
con una parte más callosa que penetra en la piel que le denominamos el clavo es
la parte dolorosa del mismo, también denominados ojos de pollo.
Para
eliminarlos, podemos usar una solución de colodión elástico con salicílico y
progresivamente se ira ablandándolo, hasta que con ayuda de un palito, salga
fácilmente, toda la piel arrastrando el clavo.
También
los parches con espuma y salicílico o simplemente una pasta hecha con cera y
salicílico, igualmente irán ablandando la piel circundante.
Los juanetes
Más común
en mujeres. Realmente se trata de una deformación ósea y en la que hay un
importante componente hereditario, ya sea por la manera de andar como por el
posicionamiento de los pies o el calzado exagerado con tacones y estrecho.
La
artrosis también afecta en la formación de estos huesos.
Es
dolorosa al aumentar el tamaño de los mismos.
Se
enrojece la zona alrededor del dedo gordo.
Se forma
la protuberancia ósea en esa zona.
Se deforma
el dedo gordo del pie, torciéndose hacia los otros dedos.
Podemos
protegerlos con parches de silicona o espuma, aunque es mejor visitar al
podólogo que incluso puede hacer unas plantillas especiales que eviten la
formación de los mismos y el desarrollo.
La
solución única cuando son muy importantes y provocan la deformación de los
dedos de los pies, es la cirugía.
Algunos problemas con las uñas de
los pies
Uña encarnada
Son cuando
se clavan al lado del dedo en el crecimiento de la misma, produciendo lo que
conocemos como uña encarnada.
El
problema es que la uña crece hacia los lados también, por mal formación, por
calzado demasiado apretado o estrecho o simplemente por haber sido mal cortadas
las uñas, hacia los lados, exageradamente de modo que se clava en el dedo,
produciendo inflamación y posterior infección de la misma.
Para
evitar esto hay que procurar cortar la uña de forma cuadrada, evitando eliminar
es aparte que no se ha clavado.
Si tenemos
ya la infección la solución es limpiar profundamente el pie, con agua templada
y jabón y posteriormente con agua oxigenada en abundancia.
Como se
trata de una infección, tenemos que tratar la zona con una pomada antibiótica y
cubrirla para que penetre de modo oclusivo.
El
podólogo puede hacer una cura más intensa, eliminando esa piel infectada y
añadiendo un algodón o una pequeña gasa, para evitar que la uña vuelva a
clavarse cuando crezca.
Una vez
haya crecido es difícil que vuelva a clavarse.
Hongos en las uñas de los pies
Menos
habitual, los hongos en las uñas de los pies es un problema muy molesto y
antiestético, onicomicosis.
Este hongo
se alimenta de la queratina de las uñas, provoca que la uña se amarillee,
oscurezca, se engrose y se resquebraje, además posteriormente se va despegando del
dedo, por lo que suele ensuciarse en la parte interior de la misma.
Para
curarlas se ha de ser muy constante. Cuesta mucho eliminarlos y pueden pasar de
una uña a otra.
Si el
hongo está muy avanzado y lleva mucho tiempo el médico recetará medicación
oral, la cual se ha de seguir al pie de la letra durante el tiempo prescrito,
generalmente 12 semanas.
Como
tratamiento tópico, lo ideal son los anti-fúngicos en forma de laca de uñas,
que se ha de aplicar a diario, limando la uña antes, para ir eliminando esa
parte muerta.
Como
última solución está la cirugía.
Es
igualmente como las otras afecciones, muy contagiosos.
Como preventiva, el aceite del árbol de te es una de las sustancias más efectivas.
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