La pareja, de cualquier tipo, es uno de los vínculos más profundos que existe en nuestra
vida, junto a nuestros padres e hijos.
En las relaciones de pareja se dan muchas vivencias en el plano
emocional, y también se dan muchas actualizaciones de vivencias infantiles. Se
actualizan los anhelos de la infancia y los temores que dejaste tapados en el
pasado.
Por eso la pareja es un “trabajo interno” porque en ella se pueden dar
los peores tormentos y pueden asomar nuestras sombras más ocultas. También
pueden proyectarse en la pareja los mayores de nuestros éxtasis y el amor más
profundo. Todo cabe ahí dentro, dependiendo de los componentes de la pareja y
de sus procesos internos.
También intentamos con la pareja compensar y tapar “agujeros” emocionales
de carencias afectivas, sobre todo de lo que esperábamos recibir de nuestros padres
y nunca llego, o darle a nuestros hijos lo que nosotros siempre quisimos y
nunca recibimos, sin darnos cuenta de que nuestros hijos no son nosotros y de
que nuestra pareja no es “los papas”.
Nuestras parejas nos pueden proporcionar amor, su amor. Pero nunca tapara
nuestras carencias emocionales del pasado. Porque la pareja esta en el
presente. Por ello, con la pareja es requisito indispensable que nos despidamos
del pasado y estemos muy conscientemente en nuestro presente emocional. Ser
adultos no solo en apariencia física, sino a nivel emocional.
Este paso si se logra ver con tiempo, asegurara el exito de la relación,
la madurez personal y dejaremos de exigirle al otro, lo que no puede darnos,
para comenzar a valorar lo que si nos da. Eso hará que nuestras relaciones sean
mucho más gratificantes y duraderas. Seremos reales y no proyecciones de
nuestro pasado.
Bienvenidos al presente.
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