Nuestra vida emocional está influenciada, básicamente, por tres ciclos.
Desde el nacimiento hasta la actualidad. Existe una emoción detrás de
cada acontecimiento estresante o traumático que se presenta a lo largo de
nuestra vida. Estas emociones afectan a nuestro estado físico produciendo
alteraciones según cómo vivimos estos hechos.
Vida dentro del útero
materno, incluyendo hasta los tres años posteriores: denominado Proyecto-sentido de nuestra vida.
La influencia de los
antepasados: Transgeneracional. Es
conveniente realizar un árbol genealógico indagando fechas de nacimiento y
defunción, en lo posible hasta la cuarta generación.
En los procesos mentales solamente el 10% es consciente, el resto es
inconsciente. Por tanto, las decisiones más importantes que tomamos en nuestra
vida, como nuestra pareja, profesión, amistades, están marcadas por nuestro
inconsciente.
Los problemas de Pareja pueden surgir, por tanto, de estas tres
influencias.
Uno de los ejemplos más recurrentes es el que se manifiesta debido a
problemas de amores no correspondidos relacionados con influencias
transgeneracionales. Antepasados que por obligación de los padres tuvieron que
casarse con personas que no querían y todo secreto no expresado, no explicado
tiene consecuencias dramáticas y que al no decir las cosas según el dicho: “es
por tu bien”, tiene un efecto boomerang y se transforma en un mal que daña
precisamente a los que queremos proteger.
La coincidencia de fechas con relación a este familiar manifiesta
problemas en los que el amor nunca es con la persona adecuada, también estar
obligad@ a vivir con alguien a quien no se ama, no llegar a encontrar el amor,
etc. Ya que, según este “programa heredado”, el amor está en otra parte y no es
posible conseguirlo.
En el período que pasamos dentro del vientre de la madre hasta los 3
años, denominado proyecto sentido, es evidente que se recibe una influencia
considerable de las emociones de la madre. Si mientras la madre está embarazada
su marido es infiel, el programa que trasladaría a su hij@ podría ser “el amor
es un engaño”, por lo que no va a querer encontrar una pareja y tampoco
disfrutar de relaciones sexuales.
Durante el desarrollo neurofisiológico de los 3 a los 5 años establecemos
preferencias afectivas por nuestros progenitores. Si en esa etapa la
preferencia es hacia la madre se puede orientar con la teoria freudiana de
Edipo, y si la preferencia es hacia el padre se alinea con la teoría junguiana
de Electra. Aunque este conocido tipo de preferencias va a comportar un
50% de los casos.
El/la niño/a quiere a los dos, padre y madre, pero va a sentir
predilección por uno de ellos. Cuando tiene algún problema y es la madre quien
le muestra su afecto y acude para resolverlo, es hacia ella a quien va a
dirigir su preferencia. Esto queda grabado, de forma que servirá como guía a la
hora de encontrar a la pareja. Por eso es importante tener en cuenta las fechas
de nacimiento, concepción, los nombres, ya que van a establecer los rasgos de
unión más importantes, aunque también están los rasgos físicos como el bigote
del padre, la risa de la madre, el uniforme el padre, la suavidad de la piel de
la madre, el vello en exceso del padre, etc. Cualquier rasgo que haya quedado
grabado en esa etapa. Pudiendo llegar a sorprendernos que encontremos hasta 5 ó
6 rasgos de unión que tiene en común nuestro progenitor con nuestra pareja.
Hay veces que el niño toma preferencia con el padre y la niña preferencia
con la madre, lo que se denomina Edipo/Electra invertido.
También casos en que se toma preferencia por familiares cercanos como
herman@s o ti@s. Si el niñ@ aprecia que el preferido del padre es el hermano
mayor va a establecer afinidades con éste, para que también sea apreciado,
querido y valorado de la misma forma.
Asimismo se producen casos en los que el, la, los padre/s estaban
ausentes, o eran violentos. Con lo que la tendencia será a buscar a parejas
ausentes, que viajan mucho, trabajan fuera, violentas en su relación,
revelando problemas no resueltos con el padre o la madre. En estos casos se
recomienda revisar la entrada sobre “El Duelo” y sobre todo consultar con un
especialista.
Hasta el momento las parejas sobre las que he indagado, sus fechas
coinciden, tanto en uno como en otro cónyuge, con la fecha de nacimiento/concepción
de la madre o del padre, con el mismo nombre o con el santoral. Me ha parecido
un principio relevante, que merece ser investigado.
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