Para la mayoría de las personas, meditar equivale a
sentarse a pensar. Cuando se les invita a una meditación, responden que ya
piensan demasiado todo el día como para seguir pensando en más clases. Ignoran que Meditar es justamente lo contrario: No pensar.
Cuando meditamos vaciamos la mente de todo
pensamiento y solo cuando lo intentamos nos damos cuenta de lo difícil que
puede llegar a ser parar a ese narrador incesante que es nuestro ego disfrazado
de intelecto.
La mente-ego mantiene el control sobre nosotros así:
relatándonos historias en donde siempre nosotros somos los protagonistas y es
increíble lo fuerte que puede llegar a dominarnos.
Meditar es callar a este relato y poder escuchar al
alma, al SER, y el ego no soporta pasar a segundo plano y se valdrá de mil
tretas para impedir que escuches al SER, Te recordará que la nevera está vacía
y debes ir al supermercados, te sugerirá que sería mejor ir al gimnasio a
tonificar el cuerpo ya que estás medio “blandita”, Te recordará que es tiempo
de ir a la peluquería, intentará convencerte de que es una perdida de tiempo
esto de meditar y que mejor sería darte un masaje con deliciosos aceites
aromáticos; en fin, el ego siempre buscará modos de sacarte de ese estado para
seguir comandando él.
Aunque no lo creas, esto de la meditación es solo
para valientes ya que al principio puede resultar una tortura esos 20 minutos
de silencio con aroma a incienso… pero con el tiempo, mucho amor propio,
toneladas de disciplina y unas cuantas onzas de paciencia será la entrada al
cielo. A nuestro propio cielo.
En ese Cielo nos encontraremos a nosotros mismos…
descubriremos quienes somos ya que el ego se empeña en hacernos creer que somos
“profesionales”, “inteligentes”, “simpáticos”, “populares o famosos”, “guapos o
bellas”, y la verdad no somos nada de eso, somos simplemente un SER en
constante evolución que asume el rol de guapo o bella, inteligente o famoso,
pero esas son solo etapas de nuestro aprendizaje y el apegarnos esas etapas es
lo que nos trae el sufrimiento.
Meditar en simplemente no pensar y eso puede ser
desde quedarte extasiado contemplando el mar o detenerte a disfrutar de la
belleza y el aroma de una flor… siempre y cuando en esos momentos vacíes tu
mente de todo pensamiento y te entregues al disfrute de ese instante que puede
llegar a ser maravilloso.
Así como trabajamos en tonificar los músculos y la
piel del cuerpo, podemos llegar a entrenar nuestra mente con una meditación
diaria de tan solo 5 minutos, para dejar de pensar y así debilitar un poco a
ese tirano que es el ego.
Meditar es una de las mejores herramientas que
tenemos para sanar el Alma.
fuente:MerVivar
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