Esta
nutritiva y sabrosa combinación de cereales, frutas y semillas no solo aporta
energía y vitalidad: también protege el corazón y el sistema nervioso.
El
muesli se ha convertido en sinónimo de desayuno sano. Reúne todas las
cualidades que se piden a la primera comida del día: se prepara fácil y rápidamente,
y aporta energía y nutrientes. Quienes lo eligen para empezar el día, además
disfrutan de sus beneficios a largo plazo, pues ayuda a prevenir trastornos
frecuentes asociados al paso de los años.
El
muesli como medicina
Los
estudios científicos modernos indican una larga serie de efectos beneficiosos
concretos y mesurables. La riqueza en fibra, en especial del tipo soluble como
el betaglucano de la avena, baja el colesterol LDL o «malo». Estudios
realizados en pacientes con tasas superiores a 220 mg/dl muestran que 3 gramos
de fibra de avena (la que suele contener un bol de desayuno) puede bajar el
colesterol entre un 8% y 23%. Esto reduce en un 30% el riesgo de
arteriosclerosis e infartos cardiaco y cerebral, según un estudio de la
Universidad de Harvard (Estados Unidos).
Además,
el betaglucano estimula el sistema inmunitario ante las infecciones
bacterianas, según han mostrado experimentos realizados en el hospital Rhode
Island de Nueva York.
Otros
compuestos del salvado de la avena –las avenantramidas– favorecen también la
salud cardiovascular gracias a su efecto antioxidante, que protege las paredes
arteriales y evita la oxidación del colesterol LDL, según un estudio de la
Universidad de Tufts (Estados Unidos). Además, el efecto benéfico se prolongaba
si el muesli se tomaba con una fuente de vitamina C, como naranjas o kiwis. Los
ácidos grasos poliinsaturados y monoinsaturados de los frutos secos refuerzan
la protección sobre el sistema circulatorio.
Azúcar
bajo control
El
muesli está indicado para prevenir y tratar la diabetes. Gracias a la fibra y a
que el grano no ha sido molido, la velocidad de absorción de sus azúcares es
mucho menor que la del arroz o el pan. Tomarlo como desayuno ayuda a mantener
estable el nivel de glucosa durante el día, sobre todo si se complementa con
una dieta rica en vegetales. Por otra parte, el contenido en magnesio de la
avena favorece el control del azúcar.
En la
avena también abunda el selenio, que tiene propiedades antioxidantes y colabora
con la vitamina E en la lucha contra los radicales libres, reduciendo el riesgo
de cáncer. Estas propiedades anticancerígenas son reforzadas por otros
antioxidantes presentes en el salvado de los granos enteros y de los copos.
A
todo esto se suma el efecto de los lignanos, que añaden protección especial
frente al cáncer de mama. También ejercen un efecto positivo sobre los niveles
de azúcar y colesterol, así como sobre la elasticidad de los vasos sanguíneos.
Mejora
el estado de ánimo
Las
propiedades del muesli actúan incluso sobre el estado de ánimo. Bircher-Benner
le atribuía una ganancia general de vitalidad y Kollath observaba que sus
pacientes tenían menos pensamientos negativos.
Cómo
crear un muesli
Una
de las razones de que esta receta se haya popularizado tanto radica en lo
sencilla que resulta su preparación. Aunque se pueden encontrar mueslis ya
elaborados muy diversos, nada impide hacer mezclas propias para adaptarlas a
nuestros gustos y necesidades. Sale más económico, los ingredientes se
conservan mejor al guardarse por separado. La mezcla puede ser muy variada:
Una
base de cereales (avena, copos de maíz, centeno y cebada, fruta fresca o
desecada (manzana, bayas de arándanos o moras, uvas pasas,dátil y coco.
Copos
de trigo
Frutos
secos.
Se
puede endulzar con miel, melaza de cereal, concentrado de manzana o jarabe de
arce.
Si se
quiere enriquecer más la receta, se puede añadir germen de trigo, salvado,
semillas, bayas de goji e incluso polen.
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