Esta raíz dulce y ligera actúa como un bálsamo en el estómago y fortalece
las defensas. Además es muy rica en betacaroteno, un gran aliado de la vista y
la piel.
Pero tres sustancias
destacan especialmente en esta raíz
La zanahoria apenas aporta grasas (0,2%) ni proteínas (1%). Debe su sabor
dulce a sus hidratos de carbono (5,2%), de los que proceden básicamente sus
escasas calorías: solo 27 por 100 gramos. Es una fuente aceptable de vitaminas
del grupo B, así como de las antioxidantes C y E. Una ración de 200 gramos
proporciona el 10% de las vitaminas B1 y B6 que el organismo precisa al día, el
18% del ácido fólico, el 27% de la vitamina C y el 10% de la E.
Los minerales y los oligoelementos están todos presentes, aunque en mayor
cantidad el hierro (35% de las necesidades diarias tomando 200 gramos), y el
potasio y el yodo (15%).
Carotenoides. Entre ellos sobresale el betacaroteno: 100 gramos de zanahoria cubren
las necesidades diarias de vitamina A. Los carotenoides son unos pigmentos
imprescindibles para el buen funcionamiento de la retina y, sobre todo, para la
visión nocturna o con poca luz. También favorecen el buen estado de la piel y
las mucosas, contrarrestan el efecto de los radicales libres e intervienen en
la producción de glóbulos rojos. La cocción no reduce el betacaroteno, sino al
contrario: mejora su absorción.
Fibra vegetal. La zanahoria contiene un 3%, la mayor parte de ella en forma de
pectina, sustancia glucídica que suaviza las mucosas del aparato digestivo y
normaliza el tránsito intestinal.
# Aceite esencial. Confiere a la zanahoria su peculiar aroma y sus efectos
vermífugos (contra los parásitos intestinales).
Poder medicinal
La zanahoria se considera antianémica, aperitiva, carminativa,
cicatrizante y depurativa; también ejerce un ligero efecto diurético, ayuda a
regular el flujo menstrual, refuerza la inmunidad y actúa como expectorante.
Está indicada en numerosas afecciones:
Diarrea y
estreñimiento.
Problemas de la piel. Previene la sequedad, las arrugas o el acné, y también fortalece las
uñas y el cabello.
Trastornos de la
vista.
Afecciones pulmonares. Al ser expectorante, favorece la expulsión de secreciones que
taponan los bronquios y combate la tos, el asma y la afonía.
Alteración de las
mucosas. La vitamina A interviene en la estabilidad de
las mucosas por eso resulta útil en la prevención de la litiasis urinaria y
biliar.
Debilidad y anemia.
Anticancerígena. Su gran concentración en betacaroteno y en fibra explica su acción
preventiva del cáncer.
Artritis. El zumo de zanahoria cruda, depurativo, ayuda a eliminar residuos
del metabolismo como el ácido úrico.
Curas de
desintoxicación. Es depurativa. Resulta
adecuada para quienes desean dejar de fumar, ya que acelera la eliminación de
la nicotina y regenera las mucosas del aparato respiratorio.
Desequilibrios
metabólicos. Ayuda al crecimiento,
regula la función de la glándula tiroides, es hipoglucemiante, disminuye la
tasa de colesterol y combate la astenia que acompaña a la depresión nerviosa.
Abcesos, úlceras y
quemaduras.
Estrella de la cocina
sana
Aunque humilde, la zanahoria es una gran aliada en la cocina. Forma parte
de preparaciones básicas a las que otorga complejidad aromática –caldos,
salsas, asados, guisos y sofritos–, pero gracias a su sabor, color y textura
también resulta excelente como protagonista de guarniciones y recetas muy
variadas.
Funte:Rosa Guerrero
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