No
hace falta cuestionar nada de lo que te pueda suceder. Aceptar cualquier
situación te permitirá llegar a la comprensión de tu razón de ser. El aceptar
te abre a la energía del corazón.
Desde
el corazón conectas con la presencia del observador, surge entonces la
posibilidad de soltar toda identificación. Ya no te ves como parte de la
situación, así que pierde sentido el buscar una razón, te das cuenta de que se
trata solo de una demanda mental. Ya no necesitas comprender lo que surge del
ego, esta es la comprensión que requieres, se llama el despertar de la
conciencia de tu presencia.
A
lo que te resistes, persiste. Lo que te afecta, te corresponde. Lo que cargas,
es lo que llamas. La conciencia no te marca destinos ciegos, sino el camino
hacia la sabiduría del corazón. No condiciones tu felicidad a una determinada
situación. Insistir en perfeccionar algo denota conflictos internos. Para amar
no precisas de arreglar nada, sino solo de aceptarle tal cual es. Para ser no
necesitas hacer, sino sostener. Para fluir hay que soltar lo que te produce
sobrepeso para mantener el equilibrio. Quien fomenta el apego vive con dolor.
Aceptar no es sinónimo de conformarse, aguantar o sufrir, sino de comprensión,
trascendencia y liberación. La sabiduría del corazón surge en la medida que nos
desidentificamos con las formas y estructuras egoicas. Cuando experimentes
algo, ten presente que primero tuviste que crearlo. Son procesos que se generan
en base a tus pensamientos y sus correspondientes cargas emocionales. La
realidad se crea desde el inconsciente. Pensamiento y emoción hacen toda
creación… ¿Quieres saber que tienes por dentro?… observa todo lo que
experimentas, eso habla de aquello con lo que estas creando sin darte cuenta.
Sostener
le debes comprender como el acto que te mantiene conciente y presente en cada
instante de tu vida, sin pretender juzgar ni valorar nada de lo que te pueda
suceder. Sosteniendo se ama, se integra, se transmuta, se sana y libera con el
poder de la consciencia… ¿Y de que te liberas?… Ciertamente no se trata de algo
que este mal en ti, sino de la incomprensión, de los juicios e interpretaciones
que emites en determinada situación. Eso es lo que te causa el remolino
emocional, lo que tú crees que te hunde, rechaza y avergüenza, descalifica o
vuelve indigna(o)… El origen de tu tensión emocional es la desvalorización que
persiste en tu sistema de creencias. La disfunción mental siempre te acarreará
desequilibrio emocional. Tus pensamientos son los que te causan dolor y roban
la paz.
Al
amor no se llega por el camino del mérito, sino por medio de la comprensión y
la aceptación, de la bondad y la integración. Todo afán por justificar y poseer
denota un contenido mental erróneo. Todo lo que supones te hace indigna(o), es
la tierra de cultivo para sembrar la disfunción y quedar atrapados en la
telaraña del ego, tu identidad falsa… Desde la perspectiva del amor cualquier
situación es propicia para sembrar su semilla.
Cuando
hablamos de liberar, nos referimos a soltar la autodesaprobación e
insatisfacción por todo cuanto nos parezca mal de nosotros mismos. No se llega
al amor rechazando o condenando, culpándose o autoflagelándose. Estos recursos
egoícos son una excelente excusa para vivir fuera del amor, con ello no
arreglas nada, solo expandes el problema. Tu propio juicio es una trampa mental
que se recrea en tanto no elijas una perspectiva basada en la energía del
corazón.
Comienza
por comprender que todo cuanto piensas importa, ya que tienes el poder de
convertirlo en real. En tanto no cambies tu forma de pensar y relacionarte
contigo misma(o) no habrá terapia o curso que te brinde una solución
definitiva. El comprender que tus pensamientos son los que generan los estados
emocionales que te afectan, será el principio del fin, te conducirás hacia la
puerta de salida. No por mucho limpiar y liberar tus emociones, vas a conseguir
limpiar tu mente de todas las cargas de desvalorización.
Quieres
ver un cambio en tu vida??
Si alguien te asiste en el proceso de interiorización de los esquemas mentales que
te desvalorizan y te frustran, evitarás perderte en el laberinto de las
interpretaciones erróneas. Trabajar con las creencias es todo un desafío, es la
parte más sensible de nuestro ser, y por ende, la menos atendida. Sin embargo, este aspecto es lo que se precisa para obtener soluciones reales para tu vida,
lo demás son paliativos para suavizar la tensión interior. La vida interior no depende de recetas mágicas, ponte esto, tomate
aquello, deja de comer aquello, vacúnate, purifícate, protégete, aíslate, etc... Nono…El equilibrio interno es un asunto de consciencia, y para llegar al nivel
requerido hay que comprender los procesos mentales que originaron cargas emocionales
que condicionan nuestra libertad interior.
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