Meditar es abrir tu corazón, para recibir en tu propio corazón a cada
corazón, a cada ser humano y sentirlo profundamente como parte de ti mismo.
Meditar es crear conciencia, es crear luz, es crear paz, es conocerse,
porque el gran dicho afirma que conociéndote a ti mismo conocerás al Universo.
Conocerás a cada ser, conocerás la naturaleza y conocerás a Dios.
La meditación tiene mucha importancia en el crecimiento de un ser
espiritual. Nosotros hemos preferido, en los trabajos de la sanación,
introducir la meditación por su importancia en el propio crecimiento espiritual
de las personas.
Cada cierto tiempo todo tiene que florecer, todo tiene que crecer, en
este momento de la evolución de la tierra no se puede crecer. No se puede
crecer en luz y en paz interior si no se medita. No se puede llegar a avanzar
si uno no se conoce a sí mismo y si uno no encuentra su silencio interior, su
quietud interior. Sin quietud y sin silencio interior no es posible avanzar en
el camino del desarrollo espiritual. La quietud y el silencio interior lleva consigo
un autocontrol, lleva consigo el que uno pueda sumergirse en la emoción sin que
la emoción te domine, en una pasión sin que la pasión te arrastre, en un
pensamiento sin que este se transforme en problema, en un problema sin que este
te cree en tu interior el desasosiego, la ansiedad y la desesperación.
A los seres humanos les gusta las canciones y les gusta cantar pero
muchas veces se olvidad que cantar es una meditación y que la letra que
contiene una canción es para los humanos. Cuando uno no es capaz de captar los
valores humanos que contienen las lecturas espirituales, o que contienen las
canciones, o que contienen los conocimientos o que contienen los himnos,
entonces tienen que aprender a apreciar todo ese contenido.
Nadie puede entrar a meditar sino aprende a mirar en sí mismo, a verse a
sí mismo dentro de sí mismo. No es posible el crecimiento espiritual sino se
amplia la conciencia. Para que un ser humano pueda ampliar su conciencia y
aprender a ver la luz en otro ser humano o en su corazón, o aprender a sentir
el corazón de otros seres humanos primero tiene que aprender a sentir su propio
corazón y a sentir y percibir su propia luz .
Es por eso que cada cierto tiempo nosotros venimos aquí, cambiamos todo
para que las cosas no se transformen en hábito, para que no se repitan como
papagayos, para que no se queden pegados a la forma sino a la esencia, para que
seamos capaces de entender que el Universo habita en cada ser humano, fluye y
crece constantemente.
No somos amantes de rituales eternos o de formulas eternas que siempre se
mantienen, rígidas, inalterables, por el transcurso de los milenios. Como las
humanidades, la naturaleza, todo tiene que estar en constante
transformación. Cada primavera las plantas crecen, las flores se renuevan, los
tallos crecen, de esa forma se van renovando aun cuando hasta ahora las formas
y rituales se han mantenido estáticos, no es el modelo del mundo espiritual.
El modelo del mundo espiritual es que los seres humanos cambien,
evolucionen, las formas, las conciencias, cambien los modelos y las formulas y
el mundo. Y así el amor crece porque el amor no es una cosa rígida, cualquier
cosa que se mantiene rígida se muere, se transforma en algo cristalizado con
los años.
Claro la gente no está acostumbrada a reconocer que el valor no está en
la forma, sino en la esencia, que el valor está en que los seres humanos vibren
de corazón. Si un ser humano vibra de corazón no hacen falta fórmulas, el se
sienta, abre su corazón al universo y si ese corazón es puro la luz va hacia él
y a sus hermanos.
Ustedes están acostumbrados a pensar y a sentir que solamente hacen algo
espiritual cuando se da dentro de un ritual, o cuando existe dentro de una
forma en donde se reverencia o invoca a las Jerarquías del Universo o Grandes
Seres. Sin embargo llegó el momento en que cada ser humano tiene que aprender a
ver al ser desde su propio ser, la luz desde su propia luz y el amor desde su
propio corazón para de esta forma poder expandir para otros seres humanos.
No es la forma lo que genera la pureza de una persona, no es el hábito lo
que hace al monje, es el corazón el que hace que siempre se mantenga la luz
perenne y pura en cada ser humano.
Vuestra civilización, tan amante de la forma, se viste de traje
elegantemente, sin embargo las formas internas de sus vestidos externos no
corresponden con la belleza o la fealdad que hay en sus corazones.
Llego el momento en el que los seres humanos tienen que ser capaces de
trascender las formas y las apariencias para poder llegar al corazón humano y
poder comenzar a sentir las razas, comenzare a sentir a los seres, a los
diferencias de los seres, a los diferentes hábitos, simplemente como procesos
de un camino de crecimiento y de evolución. Aquel que más grande es, es aquel
que más sabe adaptarse, fluir y crecer con las formas. Las formas son
necesarias pero ellas no pueden ser estáticas, tienen que estar constantemente
sujetas a la metamorfosis.
En este momento que vive vuestra humanidad, occidente precisa de la
meditación. Precisa sentarse a meditar, conectarse con su ser, con su silencio
interior. Especialmente con su silencio interior que es el que le va a dar la
paz, el autocontrol y la calma y la actitud necesaria para poder abrir sus
corazones y sus mentes y recibir y percibir el mundo espiritual. El mundo
espiritual solamente se puede percibir con el corazón, por eso para poder abrir
y tener un paso en tu camino de evolución tienes que silenciarte para que se
abra el corazón. Si no hay silencio interior y calma interior no se puede abrir
el corazón. Cuando uno tiene esa calma interior comienza a discernir
vibraciones puras o impuras, luminosas u oscuras, bellas o feas, las
polaridades de la luz y del sentimiento que constantemente se hacen presentes
en el día a día de cada ser humano. Solamente es posible despertar esa
sensibilidad si los seres humanos son capaces de meditar, meditar 15 minutos,
20 minutos 2 veces al día. Es como alimentar a tu cuerpo y a tu alma .Cuando
uno medita calma su mente y sus emociones, es capaz de enfrentarse en su vida a
las situaciones y a las pruebas, a las circunstancias, a los conflictos con
mucha más entereza, mucho más autocontrol y mucha más calma.
Si uno no es capaz de mirar dentro de si mismo y reconocer lo que le
desequilibra, le pone nervioso, le hace sentir celos, envidia, le hace
preocuparse, si uno no es capaz de centrarse en si mismo no avanza en su camino
de evolución, por mucho que sea capaz de recitar las más bellas poesías, leer
los más bellos libros o cantar las más bellas melodías. Las más bellas melodías
para una persona silenciosa se transforma en el corazón en sintonías, sinfonías
que pulsan con tanta fuerza que inundad una habitación. Las más bellas
canciones non son cantadas con la boca, si no se sintonizan con el corazón se
limitan a ver solamente la expresión de un sonido que expande en el
espacio con una vibración que cuando vuelve del espacio ya coge a todos los
seres humanos en su propio corazón.
Es por eso que hoy venimos ha hablar de la meditación.
En esta fase, en este trabajo que iniciamos, como en toda fase, cada X
años cambiamos todo y advertimos que todo lo cambiaremos en el momento que
veamos que ustedes se duermen en las formas, en los rituales, en las
costumbres, en los hábitos. Porque queremos a las personas despiertas,
conscientes, alerta, queriendo trabajar y crecer, queriendo avanzar en el
camino de evolución. E igual que la sociedad va a cambiar, cambiará en los próximos
años cada 7 años, en estos momentos, quizás dos o tres años, deben profundizar
en la meditación, como una experiencia que todos los aquí presentes, los que
están presentes en este trabajo tienen que hacer. Profundizar en la meditación
para recordarles que no hay crecimiento espiritual sino hay meditación primero,
no hay crecimiento espiritual sino hay quietud en la mente, sino hay
conocimiento, sino hay transformación.
Entramos ene esta fase. En esta fase de unos años de recogimiento, de
meditación y de transformación, para ayudarles en su propio crecimiento
espiritual.
Meditación no es simplemente rezar. Rezar es crear una vibración que dura
el tiempo que ustedes están rezando. Repetir mantras no es una meditación, es
crear una vibración el tiempo que repites esos mantras.
La meditación es un proceso de introspección. Hay muchas formas de
meditación pero aquellas que hacen que el ser humano crezca en conciencia son
las que les llevan a una introspección. A una introspección en su corazón o a
una introspección en el corazón del ser humano.
Para que tú puedas llegar al corazón de otro ser humano tienes que
saber a través de que método lo haces, no lo puedes hacer desde tu propia
mente. El occidental, y en general la mayoría de los seres humanos de la
tierra, todavía no están acostumbrados a sentir su corazón. Sentir el corazón
antes de elaborar un juicio, emitir un juicio a otros seres humanos.
Es muy fácil de observar aquello que creemos que pensamos que está en
desarmonía, fuera de contexto o desequilibrado o es un defecto de otro ser humano.
Eso constantemente todos los seres humanos lo observan en su día a día, como lo
observan siempre llegan a una conclusión: que el defecto está en el otro.
Una cosa es lo que uno puede observar de las dificultades que tienen en
su camino de evolución otros seres humanos. Por un lado y reconocer
también las energías, los sentimientos que en tu interior se generan cuando
realizas estas acciones. Ese es tu camino de autoconocimiento. Ese sentimiento
que surge en tu interior cuando hacer cualquier observación, cuando se hace por
costumbre genera juicios, que n o son ni buenos ni malos, generan juicios
personales. Esos juicios personales conducen muchas veces a los disturbios, a
las separaciones, a los conflictos entre los seres humanos. No son buenos ni malos
pero si pueden crear unión o desunión, paz o confusión.
En el camino del desarrollo espiritual cada ser humano, igual que debe
tener conciencia de cómo su mente educada, de acuerdo a su vida, constantemente
de acuerdo a sus criterios mentales o culturales o a sus propias experiencias
genera juicios, también debe tener consciencia de que sus sentimientos se
generan en su interior y vienen de sus experiencias vividas en esta vida o
quizás en otras.
Cuando uno reconoce un sentimiento que se cruza con un juicio es muy
común que los seres humanos sean ignorantes de su propio sentimiento y a la vez
sean muy activos en la prisa de sus propias prisas.
No es posible adelantar en tu camino espiritual si tu mundo interior no
está en constante quietud y calma. Que cualquier juicio que emita tu mundo
interior sea un juicio reconocido en ti y mirado en ti, no desde la
identificación con la valoración de lo que considera cada uno que es su propio
juicio. Mirar todo juicio que sale de tu mente como algo fruto de tu propia
circunstancia de tu propia vida.
En el momento que separas tu ser de los juicios comienzas a establecer la
oportunidad de poder observarlos desde un punto de vista más elevado. No es
posible observar tus propios juicios desde un punto de vista más elevado si tú
no entras en tu quietud interior.
Entrar en tu quietud interior te debe permitir la oportunidad de observar
los juicios que aparecen en tu mente desde un punto de vista más elevado,
desde un punto de vista más luminoso, como a la vez les debe permitir, para
entrar en tu interior, ir viendo observando, reconociendo los sentimientos que
subyacen detrás de cada juicio. Muchas veces, evidentemente, a la hora de
elaborar sus juicios cada persona tiene su razón y su verdad con los
juicios que emite en ese momento, sin embargo las razones y la verdad muchas
veces no son tan importantes. Lo más importante es reconocer el motivo que
impulsa, que mueve a buscar y observar esos juicios o a crear esos juicios en
tu interior. Los motivos que nos impulsan a los actos, los motivos que nos
impulsan del pasado, conscientes o inconscientes y que crean nuestros
sentimientos o juicios, es fundamental el reconocerlos para ampliar el nivel de
conciencia.
Cuando una persona entra en su silencio interior entra en su corazón, al
entrar en su corazón es capaz de mirarse y observarse desde un punto de
vista más elevado. Con la calma cualquier sentimiento que nace de tu interior,
fruto de lo que tú has vivido, puede ser observado de una forma diferente que sin
calma. Cuando no hay calma uno se involucra en su propio sentimiento en una
fuerza que te arrastra y que no puedes dominar, no puedes controlar y al final
tu manifiestas tu antipatía o simpatía, tu agrado o desagrado, tu calma o tu
nerviosismo porque estás arrastrado por un sentimiento que ha surgido en tu
interior fruto de tu propia duda.
Cuando existe la calma uno es capaz de encontrarse con su
sentimiento. Cuando uno es capaz de encontrarse con su sentimiento, desde esa
calma, entra en un juicio sin dejarse arrastrar por la fuerza ni la emoción que
viene del pasado.
Entrar en tu propio sentimiento con calma y vivirlo como una cosa ajena a
tu propio ser, una cosa que es parte de ti pero que es ajena a tu esencia,
entrar en tu mente y observar los juicios como son elaborados, como una cosa
ajena a ti mismo, aun cuando se elaboran dentro de tu conocimiento,
significa que la quietud te conduce a ver las cosas desde un punto de vista más
elevado.
Cuando uno entra en ese punto de vista más elevado que viene a través de
la meditación y la observación, la calma interior y el silenciar todo aquello
que te altera entonces es posible que una vibración superior, la luz superior y
la conciencia superior entre en tu interior. Solamente a partir de esta quietud
es posible que el YO SUPERIOR haga presencia y te muestre su
camino, te guíe y te muestre también todo aquello que quiere que tu desarrolles
en tu interior, valores, virtudes o cualidades que todo ser humano tiene que
completar para desarrollar su avance espiritual. Cuanto más se desarrolla y
completan las cualidades del espíritu más vibración y luz genera y mejor
permite que su YO SUPERIOR se acople, se integre en su
interior.
La primera integración que hará su SER SUPERIOR es a
través de la quietud irá a su corazón, para permitirle sentir el corazón de
otros seres humanos.
Cuando el YO SUPERIOR ha conseguido que el aspirante a
desarrollo espiritual sea capaz de entrar en su quietud y percibir su propio
corazón y el corazón de los demás seres humanos procurará llevarle a la luz de
su mente, a ser capaz de ver con luz y desde un punto de vista superior, desde
un punto de vista universal, amplio y esencial, todos sus propios juicios y
todos aquellas carencias, conceptos y reacciones de los demás que hay a su
alrededor. Cuando ya ha conseguido entrar, llevar la paz y el silencio a la
mente, entonces la luz comienza a radiarla a transmitirla a cada parte de su
cuerpo, en la medida en que la vibración de paz, de quietud va inundando todas
las células, todas comienzan a vibrar en una octava superior y todo tu cuerpo
comienza a irradiar la luz blanca.
La luz blanca solamente puede ser radiada en tu interior a través de la
sintonía con tu YO SUPERIOR.
Aquellas personas que en su aura posean la luz blanca son personas que ya
han conseguido una mínima sintonía con su YO SUPERIOR. En la
medida en que tu aprendes a conseguir más armonía con tu YO SUPERIOR mucho
más estás preparado para ser un servidor, un instrumento, un canal, para que
las cualidades del mundo espiritual como los colores, vibraciones y luces, vida
y fuerza, amor y paz puedan pasar a través de tus manos, como energías de cura,
para llegar a todos los corazones humanos.
Cuando la quietud se ha establecido como un estado de conciencia donde
uno es capaz de ver los propios juicios de los demás y sus propios juicios y
verlos desde la quietud, siempre algo nuevo surge en su interior. Siempre
llegan a coincidir en su interior las energías que hay detrás de los juicios,
las energías de los motivos que mueven a nuestros actos. Muchas veces no es tan
importante el juicio que uno ve y observa en los otros o en si mismo sino en la
intención y el motivo que uno vive. Cuando la intención y el motivo que mueve
una cosa en uno, aunque esté equivocada, es pura, en el mundo espiritual se
considera de una manera y de otra manera los considera cuando los juicios son
emitidos cuando las intenciones o motivos son puramente egoístas, puramente
materialistas. Con lo cual para el mundo espiritual lo más importante es hacer
juicios claros, no juicios personalizados sino juicios claros, también poder
ver los juicios interiores con suma claridad. De esta forma se consigue ampliar
la luz en nuestras mentes y conciencias y el YO SUPERIOR comienza,
a través de la meditación y la introspección a hacer presencia dentro de sus
propios pensamientos y sentimientos mostrando una forma de elevarnos y generar
energías, sentimientos y vibraciones mucho más elevadas de las que hasta ahora
hemos creado.
La quietud, la paz interior es la recompensa de un autodominio, uno no
puede cambiar sus estados de preocupación, de miedo, de confusión, de dolor si
uno no entra a lo profundo de su corazón y encuentra la quietud de su alma.
Cuando uno es capaz de encontrar la quietud de su alma hay aparece todo el
amor, toda la luz, toda la belleza, toda la felicidad. En ese momento podemos
decir que nadie va a ser plenamente feliz mientras no entre en su corazón y
encuentre en su corazón la quietud y en esa quietud encuentre la conciencia de
sus ser divino. Ese ser que vida tras vida ha ido creciendo con las cosas
buenas que cada uno ha ido conquistando, ese ser que trae consigo lo mejor y
más bello que uno conquistó, no solamente en las reencarnaciones físicas, sino
también en todos los actos heroicos, de belleza y de amor que cada uno ha
realizado en el mundo espiritual y en el mundo astral.
Esa fuerza y caudal bello, fuerte, ese lado de luz, cada uno lo tiene
acumulado en su interior y está contenido en lo que es su propio templo
interior. El templo interior de cada ser humano no solamente es este cuerpo,
puesto que este cuerpo es el templo del espíritu, sino que también es el cuerpo
y templo de su SER SUPERIOR.
En el mundo espiritual más elevado mantienen permanentemente, en su
propio MERKABA divino la acumulación de todos los logros
espirituales de todas sus vidas.
Cada ser humano contiene un MERKABA divino donde se
acumula todo aquello que ha conquistado en otras vidas: ES SU TEMPLO
INTERIOR.
Ese templo interior va a ir descendiendo a cada ser humano cuando cada
ser humano sea capaz de identificarse como meta con su propio SER SUPERIOR, con
su espíritu, como la meta más importante. Identificarse con su espíritu
significa entrar en su silencio interior, en su corazón, en la calma interior y
poder verse cara a cara consigo mismo con lo que hoy es su crisis y sus
circunstancias, sus luchas y sus esfuerzos para avanzar en las tareas.
En el momento en que se hace esa comunión interna en tu corazón con
tu YO SUPERIOR, ese caudal inmenso de energías conquistadas por ti,
si tu estás abierto y receptivo puede descender hasta tu propio cuerpo y tu
propia mente y puedes ver y percibir la belleza y la grandeza de ti mismo
fruto de todas tus vidas.
Una fuerza maravillosa, una fuerza inmensa, una fuerza poderosa desciende
hasta ti y te hace descubrir, reconocer como en ti está el poder y las
cualidades del espíritu latentes para que tu las manifiestes en el mundo
físico.
fuente:A.Cerdan
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