El OM hasta hace unos setenta años solía ser un secreto iniciático, que
solamente se impartía en las escuelas esotéricas avanzadas, y naturalmente en
los ashrams para fines meditativos, fines constructivos.
Pero el OM en sí, como lo define el Maestro Tibetano, es el sonido de
resurrección, entra dentro de los tres cuerpos un aire refrescante, un aire
nuevo, un aire renovado que procede de las capas internas, no viene de lo
externo.
En cambio, el AUM que corresponde al Amén de los cristianos, los
cristianos dicen: “Aaaméennnn”, y el significado es “Hágase la Luz”; y en
cambio, el OM es “La Luz se hizo”, son tres tonos ¿verdad?
Entonces, podríamos decir que la nota del OM se basa en el sonido
interno, no tiene nada que ver a veces con la voz externa, implica el
desarrollo en cierta manera del centro de la garganta, del centro laríngeo, y
como efecto de este despertar, de este desarrollo, el mantram surte efectos en
el ambiente, efectos dévicos, porque el sonido está conectado con los devas,
con los ángeles, con todo el conjunto del mundo desconocido, lo que vamos
conociendo poco a poco en la medida que vamos avanzando por el Sendero.
El sonido inicial, el sonido original, no está a nuestro alcance, no
podemos llegar a este punto trascendente, tenemos que estar siempre al cuidado
de los sonidos que conocemos del mundo físico. Por ejemplo, cada cual tiene una
voz definida, puede ser un tenor, barítono, o bajo, en el hombre, las tres
voces que constituyen la trinidad del sonido; en la mujer la soprano, la
mezzosoprano y la contralto, en todo se ve, y luego hay un punto céntrico,
dentro del cual la voz del hombre entra a dar ciertos, digamos, ciertos
arpegios de la voz femenina, y la voz femenina que suele tener ciertos arpegios
de la voz del hombre, y recuerda aquella voz que llamamos incolora, que no sabe
si es hombre o mujer. Es el paso que va de la mujer al hombre y del hombre a la
mujer en el caso del andrógino, que no tiene sexo, pero, tiene esta
particularidad, pero no es esta voz que puede ser masculinoide en la mujer o
feminoide en el hombre, sino que es un voz que lleva todos los matices de la
creación, y esto naturalmente constituyen etapas de desarrollo en el Sendero
para llegar a ciertos puntos de coincidencia dentro del orden de sonidos y
producir efectos ambientales.
En la meditación, el OM repetido tres veces tiene por objeto equilibrar o
integrar el cuerpo físico con el etérico, el cuerpo emocional y el cuerpo
mental, constituye lo que decimos la integración del cuerpo inferior, del
triple cuerpo inferior del hombre. Cuando se va produciendo este alineamiento
y, entonces, por efecto de este alineamiento evocativo —porque corresponde a
nuestro propio ser— estamos buscando la parte invocativa, lo que corresponde al
Ángel Solar, entonces, hay que saber que hay silencio, con el oído muy atento a
ver cual es el sonido que va a surgir de la conciencia, y a veces será una nota
más grave o más aguda, depende de los Tatwas ambientales, depende de la calidad
de los devas que están funcionando a nuestro alrededor, depende del poder
invocativo del propio individuo, de su grado de desarrollo en el orden de
sonidos, para llegar a un punto dentro del cual hay un integración con el nivel
superior a través del OM, del triple OM, se está creando el Antakarana, y a
través del OM egoico se está creando el Antakarana ya con el Ser superior. Es
decir, hay dos tipos de Antakaranas, hasta el medio y al final que llega hasta
la cumbre del proceso.
Y hay también una voz que se llama el sonido original, que corresponde a
la Mónada. Con este sonido no tenemos nada que hacer, y con el sonido OM en
ciertos tonos, tampoco, porque como digo hay que estar muy silenciosamente
expectantes, hasta que dentro surge como una nota luminosa que te dice la forma
que va a tener el OM, el aspecto, digamos, del sonido, y una nota a veces que
no tiene nada que ver con nuestra propia voz, la voz que tenemos de tenor, de
barítono o de bajo, o de soprano, de mezzosoprano o contralto, es algo más,
está por encima de estas cosas. Son los fieles ordenadores del sonido en la
vida de la naturaleza.
Pues bien, ahora estamos entrenándonos para pronunciar bien el OM,
habiendo producido efectos ambientales. No se puede trabajar en magia sin
conocer el tono que corresponde en cada momento, en cada circunstancia,
prescindiendo de la voz que cada cual puede tener, surge una voz que es
desconocida. Primero, se oye como un sonido que viene mentalmente, después se
siente dentro del corazón y, finalmente, surge por la garganta, sin darle más
importancia que al sonido del Yo, el Yo interno, ya no el yo externo que está
tratando con los tres cuerpos inferiores, es el Yo que trata con los aspectos
superiores de sí mismo, entonces, hay los contactos, hay todos los
condicionamientos psicológicos que lleva el OM encima. Lleva el movimiento o la
limpieza del sonido, la voz se hace más agradable y, entonces, una persona
puede penetrar dentro del campo de los sonidos misteriosos de la naturaleza,
ocupado por los devas, y cada deva responde a ciertos tonos musicales o a
ciertas notas mantrámicas.
De ahí, que cuando se habla sobre la voz, sobre el Mantram Yoga, cuando
se habla del poder de los sonidos en la vida de la naturaleza, se tiene que
tener un conocimiento muy exacto de la persona que va a recibir estos
conocimientos, porque si un aprendiz de brujo —y hacemos referencia mucho a la
atención del grupo porque es un caso muy corriente—, para suministrarle, para
impartirle ciertos mantrams definidos, para producir ciertos resultados
ambientales que pueden ser peligrosos; primero, porque el sonido atrae a los
devas y todos los sonidos son ramificaciones del OM Sagrado o del AUM, que
corresponde a los mundos inferiores, pero os digo que el peligro existe porque
una voz o un sonido destemplado surgido del desconocimiento de las leyes del
sonido, puede provocar una catástrofe ambiental, puede agravar el karma, puede
producir el despertar prematuro del Fuego de Kundalini dentro de la persona.
Es decir que, es muy importante empezar a trabajar el sonido, o el
mantram, a partir de un gran silencio. Les aconsejaría que de hoy en adelante
practicasen el silencio y los mantrams y nada más, o el mantram según cada cual
a su tono, porque entonces os vais reafirmando progresivamente en el sonido
interno. Aparentemente es el sonido externo que se va trabajando con el sonido
interno, y este sonido interno, cuando se va practicando, os abre un mundo de
posibilidades.
La primera —es lo que hable el lunes en la Sociedad Teosófica— es el
sonido del yo físico, el sonido que da en su conjunto todo el conglomerado
físico y etérico. Es una especie de música que llega a ser molesta por su
intensidad cuando empiezas a dominar mantrams, pero aquel sonido se transforma
en luz, con el tiempo te permite ver etéricamente las cosas, ponerte en
contacto con las pequeñas criaturas del éter, las ondinas de las aguas, por
ejemplo, los gnomos de la tierra, las salamandras del fuego o las sílfides del
aire. Todas estas criaturas obedecen a los sonidos mantrámicos que emite el yo
físico, impelido siempre por el Yo espiritual, porque no basta pronunciar el
mantram que corresponde al yo físico, sino que este mantram debe venir impelido
por la fuerza activa y espiritual del Yo superior, si no, sería destructivo,
porque un mago —un mago negro— que puede reproducir los sonidos que
corresponden a este grupo de devas, puede hacer arquitecturas de formas a su
voluntad y crear espejismos ambientales para los discípulos, y el discípulo
tendrá que luchar contra estas fuerzas.
En determinados momentos de su vida notará que existen fuerzas que tratan
de avasallarle, que tratan de detener su camino progresivo en el Sendero, y hay
que prepararse ahora pronunciando bien los mantrams y creando a través de los
mantrams una coraza protectora luminosa a nuestro alrededor, creando un mundo
de protección para nuestros vehículos y para la seguridad del yo que está
evolucionando. Es decir, es tan extensa la labor que se puede hacer partiendo
de las leyes soberanas del sonido. Recordad que el Universo en su totalidad es
el resultado de una mantram que está emitiendo el Logos Solar, está realizando
una meditación y está pronunciando un discurso en el Cosmos, y en tanto esté
hablando, conversando y emitiendo este discurso, el Universo permanecerá
inalterable. Las moléculas estarán juntas, habrá una expansión total de vida
vitalizadora dentro de las formas, porque la atención y la intención del Logos
está sobre cada una de las formas que componen el Universo.
El Universo es físico, y acordaos que el AUM corresponde al “Hágase la
Luz” bíblico. Este mantram corresponde: Hágase, a la Voluntad, y Luz
corresponde al tercer aspecto, y el punto de relación es la A es el que
corresponde a la U del AUM. Cuando se va avanzando, porque acordaros que el AUM
estaba muy vigente durante la época atlante, en las primeras subrazas, pero que
fue en la raza aria cuando se empezó a acortar el sonido y hacerlo más
sintético, entonces, el AUM se convirtió en el OM, y el OM con el tiempo se
convertirá en un sonido definible, desconocido todavía por los Grandes Adeptos
de la Jerarquía, que es el sonido inicial o el sonido original, o el mantram
sagrado que corresponde al nombre entero de nuestro Logos Planetario. El OM
corresponde a la mitad de Su nombre y el AUM corresponde a una letra de Su
nombre. Así que hay que empezar a trabajar con el OM y conocer la mitad del
nombre que corresponde, hablando en términos de sonidos cósmicos, a nuestro
Logos Planetario, es decir, al Ángel Celestial de nuestro Esquema, y de aquí,
ir viendo la importancia que tiene en meditación y en magia, la pronunciación
correcta del OM, de este sonido mantrámico que nos fue revelado en el principio
de la raza aria, y que tenemos que perfeccionar, perfeccionando, ganando en
tonos y subtonos, enriqueciendo su color, porque es un color en el espacio, y
ennobleciendo por simpatía vibratoria las formas geométricas que se pongan a
nuestro alcance o que estemos creando en el éter a través de las meditaciones,
a través de las palabras que emitimos o a través de los propios deseos.
La intensidad de una meditación se basa mucho en el poder del OM, en la
cualidad del OM, en la intensidad el OM, en la capacidad que tenemos de
pronunciarlo siguiendo directrices internas y no siguiendo los imperativos del
yo inferior que quiere entrometerse constantemente en estas cosas y no está
capacitado para ello. Sé que cuando intentéis pronunciar el OM, daros cuenta si
la intención es pura antes de pronunciar el OM, ver lo que pretendéis cuando lo
estáis emitiendo, seguramente que estáis tristes y apesadumbrados o que tenéis
algún problema y entonces vais a buscar el OM para que os solucione el
problema, lo cual es una forma muy directa de agravar de problema, porque la
intensidad del OM puede aumentar el ritmo vibratorio del problema, en tanto que
el OM es efectivo cuando la mente está en silencio, está serenamente
expectante, está en calma profunda; entonces, cuando emite el OM, si vieseis el
espacio como se están creando formas armónicas muy parecidas a las notas
musicales vistas en forma clarividente, quedaríais asombrados, entonces,
vendría aquella responsabilidad, a la cual hacíamos referencia, cuando estamos
hablando sin ton ni son, porque el hablar se ha convertido en un hábito y no en
una necesidad.
No sé si me explico, hablamos más por hábito que por necesidad. Si hay
una diferenciación entre el iniciado y el discípulo, y entre el discípulo y el
hombre corriente, es que el iniciado y el discípulo avanzado hablan cuando
conviene, en cambio, los inexpertos, hablan cuando quieren. No es lo mismo
¿verdad? Pues, ocurre lo mismo con los mantrams. El mantram será tanto más
efectivo cuando sea necesario pronunciarlo. En un caso de necesidad, cuando hay
un dolor ambiental, más allá de nosotros, que corresponde a la humanidad,
cuando hay estos accidentes que estamos viendo por doquier, constantemente,
entonces, enviad el OM, buscando la serenidad primero. Primero, que nuestro
cuerpo emocional no tome parte en el proceso, la tristeza —recordad— aumenta la
tristeza, por lo tanto, el ánimo sereno está más allá de la tristeza y de la
alegría. Si estáis en el centro de está situación, si estáis en el centro de la
conflictividad, entonces emitid el OM en dirección a aquella desgracia, a aquel
accidente, entonces, asistiréis a un proceso de servicio llevado por los
Maestros de la Jerarquía, estaréis colaborando con los ángeles, que están
pendientes del trabajo que está realizando la Jerarquía con esos casos, con
esos accidentes, con ese dolor, con ese sufrimiento humano.
Cuando una persona está sufriendo, en lugar de orar, enviadle el OM, que
es un sonido de resurrección, y este OM llevando buena intención, con el
tiempo, llegaréis a emitir la nota justa y apropiada para cada situación. Vemos
que siente una nota definida, vemos que es un tono determinado, dejaos llevar.
Más que pronunciar el OM, dejar que el OM os pronuncie a vosotros. Esto
corresponde a la educación que recibe el discípulo en los ashramas, porque hay
la tendencia, habida cuenta que en el ashrama se transmiten mantrams, mantrams
de dominio, mantrams de control, mantrams de ayuda, mantrams de elevación del
Ser superior, mantrams de protección, todo esto está dentro de la enseñanza
ashrámica. Suele esto impartirse en una cueva que hay en la Primera Esfera de
Shamballa.
FUENTE: VICENTE BELTRÁN
Excelente
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