Esto puede parecer una tontería, pero es uno de los recursos más poderosos
que me he encontrado en mi vida. Sonríe cinco veces al día sin ningún motivo
especial.
Y, desde luego y claro está, sonríe en seguida, ampliamente, cuando sí
tengas algún motivo para sonreír.
Hay personas que no sonríen nunca, o muy rara vez. No son capaces de
sonreír ni siquiera cuando todos los presentes se están riendo a carcajadas.
Estas personas pueden ser simplemente tímidas, o pueden tener un dolor
profundo. Pero lo importante es saber que la sonrisa es capaz de curar estas
dos dolencias. La sonrisa no tiene por qué ser un mero acto reflejo. La sonrisa
puede ser un acto deliberado e intencionado. Cuando lo es, se convierte en un
acto de creación y, por tanto, en una herramienta poderosa. Sonríe con
facilidad y comparte con facilidad tu sonrisa con los demás. Iluminarás tu
corazón, e iluminarás también el lugar donde estés.
Hace años encontré un libro estupendo, Sonríe, aunque no tengas motivo,
de Lee L. Jampolsky. Léelo; lo encontrarás maravilloso.
Lo que estoy diciendo aquí es que ¡hay que sonreír más! La sonrisa
cambia, verdaderamente, las vibraciones de tu cuerpo. Modifica fisiológicamente
la química de tu ser. Libera endorfinas de efecto salutífero. ¿Lo sabías? Lo
dice la ciencia médica, y es verdad.
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