Observar las energías
que te rodean. Escuchar las energías. Percibir las vibraciones. Éstos son los
tres niveles de la recepción. Puedes recibir energías viéndolas, oyéndolas y
sintiéndolas. Espero que os agrade.
La energía que ves se
llama luz. La energía que oyes se llama sonido. La energía que sientes se llama
sentimiento. El sentimiento es el lenguaje del alma.
Presta atención a las
energías de la vida. Las estás recibiendo y enviando a cada instante. ¿Están en
resonancia las energías que envías con las energías que recibes?
La felicidad es el
estado de resonancia más elevado. Esta noticia es muy interesante, pues
significa que la felicidad no es algo que nos caiga del cielo, sino que es algo
que podemos crear.
Para crear felicidad
te basta con crear resonancia entre tu interior y tu exterior. Por ejemplo,
puedes conjuntar la energía de la ropa que te pones con el estado de ánimo en
que te encuentras hoy. De hecho, esto lo haces de manera automática. Puedes
conjuntar la energía de los alimentos que comes con la energía de tu cuerpo en
cualquier momento dado.
Estos ejemplos son
sencillos. Aprende a escucharte a ti mismo. Siente las vibraciones de quien
eres, y no hagas nada ni estés con nadie de una manera importante si las
vibraciones no concuerdan.
Yo soy incapaz de ir
a ver una película, ni de escuchar música, ni de comer algo, ni de ponerme
ropa, ni siquiera de decir palabras ni de albergar pensamientos con los que no
esté en resonancia. Estas cosas las sientes. Puedes pasar la mano por encima de
unos alimentos y sentir, literalmente, si te sientan bien ahora mismo. Puedes
sentir a la gente, los espacios, los colores y… sentirlo todo, si prestas
atención. Presta atención a tu vivencia exterior y presta atención a tu
vivencia interior. Asegúrate de estar en resonancia con las personas, con los
lugares y con las cosas que te rodean.
Y escucha.
Simplemente, escucha. Escuchar es un gran arte. ¿Sabes que puedes hacer felices
a las personas con sólo escucharlas? ¿Sabes que te puedes hacer feliz a ti
mismo a base de escuchar a los demás? Escuchar es una de las maneras más ricas
de hacer el amor. Está cargada de gratificaciones, cargada de gozo. Intenta
absorber todo lo que está pasando en tu espacio. Después, mira a ver si hay
concordancia. Y si no hay concordancia, rehuye ese espacio.
Lo que estoy diciendo
aquí es que, cuando sigues este paso, tienes muchas más posibilidades de ser
feliz. No hace falta «seguir la corriente» para poder «llevarse bien». Presta
atención a la energía, capta las vibraciones, y si está en resonancia con Quien
Eres y con Quien Eliges Ser, fusiónate con ella y cocrea con ella. Pero si la
energía y las vibraciones no están sincronizadas con Quien Eres y con Quien
Eliges Ser, apártate de ellas. No de manera brusca, ni grosera, ni con juicios
de valor, sino con suavidad, con dulzura, con delicadeza, con amabilidad… y con
decisión. No cambies de opinión diciéndote: «Bueno, esto lo puedo aguantar…».
Cambia tu vivencia.
Prestar atención a
las energías y a las vibraciones de la vida te puede hacer cambiar tu
alimentación, tus hábitos de lectura, lo que ves en televisión y en el cine, tu
manera de vestir, tu manera de hablar… hasta te puede hacer cambiar de
compañías.
Da la bienvenida a
estos cambios. Son los primeros pasos del viaje a la dicha.
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