A
menudo las personas confunden un alto estadio evolutivo, en el que por supuesto
no entran muchas de las actitudes más habituales en los demás hoy en día, con
ser poco menos que alguien de escasas miras e inteligencia; un imbécil, vamos.
Lamentablemente,
muchos creen que eso se puede aprovechar para tener que trabajar menos y
ganarse una palmada en la espalda. Palmada que, obviamente, se merece otro u
otra.
La
palabra cinismo la empleamos en nuestro idioma para expresar un comportamiento
que solemos presentar los seres humanos, y que se caracteriza por la falta de
vergüenza que presenta un individuo al mentir sobre algo, o bien el descaro que
dispone al asumirse como defensor de alguien o algo que manifiesta un
comportamiento ciertamente reprochable desde la moral o las buenas costumbres.
Es
decir, el cinismo es precisamente defender a ultranza acciones y
comportamientos que son absolutamente condenables y despreciables, ya sea,
porque afectan la sensibilidad de alguien o bien porque se entrometen de modo
inoportuno con algún tema sensible.
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