¿Si el sexo es una
parte tan maravillosa de la experiencia humana, por qué tantos líderes
espirituales predican la abstinencia? ¿Y por qué, aparentemente, tantos
maestros fueron célibes?
Por la misma razón que la mayoría de ellos han sido representados como
viviendo simplemente.
Aquellos que han evolucionado a un nivel elevado de entendimiento
alcanzan un equilibrio entre sus deseos físicos y sus mentes y almas.
Los seres humanos están integrados por tres partes, pero la mayoría de
las personas se experimentan a sí mismas sólo como un cuerpo. Incluso la mente
se olvida después de los 30 años. Ya nadie sigue leyendo. Nadie escribe. Nadie
enseña. Nadie aprende. Se olvida la mente. No se nutre. No se expande.
No hay entrada de información nueva. Se requiere el mínimo rendimiento.
La mente no se alimenta. No se despierta. Está adormecida inactiva. Se hace
todo lo que se puede para desconectarla. La televisión, las películas, los
libros baratos de bajísima calidad. ¡Cualquier cosa que se haga, el objetivo es
no pensar, no pensar!
Así la mayoría vive en un nivel corporal. Alimenta el cuerpo, viste el
cuerpo, proporciona "material" al cuerpo. Muchos no han leído un buen
libro en años, un libro del cual puedan aprender algo. Pero te pueden decir
toda la programación televisiva para la semana. Esto es extraordinariamente
triste.
La verdad es que la mayoría no quiere tener que pensar. Elige líderes,
apoya gobiernos, adopta religiones que no requieran pensamiento independiente.
"Pónmelo fácil. Dime que debo hacer."
La mayoría quiere eso. ¿Dónde me siento? ¿Cuándo me pongo de pie? ¿Cómo
debo saludar? ¿Cuánto pago? ¿Qué quieres que haga?
¿Cuáles son las reglas? ¿Dónde están mis limites? Dime, dime, dime. Lo
haré, ¡qué alguien me lo diga!
Después se siente disgustada, desilusionada. Siguió todas las reglas,
hizo lo que se le dijo. ¿Qué salió mal? ¿Cuándo se amargó? ¿Por qué se vino
abajo?
Se vino abajo en el momento en que abandonó su mente, el mayor
instrumento creativo que haya tenido.
Es hora de volver a entablar amistad con la mente. Ser una compañía para
ella - se ha sentido muy sola -. Es el momento para alimentarla - ha pasado
mucha hambre.
Algunos - una minoría - entienden que poseen un cuerpo y una mente.
Tratan bien a su mente. Sin embargo, incluso entre aquellos que honran a su
mente y lo que le atañe, pocos aprendieron a usarla en más de una décima parte
de su capacidad. Si supieras de lo que es capaz tu mente, nunca dejarías de
participar de sus maravillas y sus poderes.
Y si crees que es reducido el número de personas que equilibran su vida
entre cuerpo y mente, el número de las que se ven como seres de tres partes -
Cuerpo, Mente, Espíritu - es minúsculo.
Sin embargo, todos ustedes son seres de tres partes. Son más que su
cuerpo, y más que un cuerpo con una mente.
¿Nutres tu mente? ¿La notas siquiera? ¿La mantienes sana o la perjudicas?
¿Estás madurando o te estás marchitando? ¿Te estás expandiendo o te estás
contrayendo?
¿Está tu alma tan solitaria como tu mente? ¿Está aún más descuidada? ¿Y
cuándo fue la última vez que sentiste que se expresaba tu alma? ¿Cuándo fue la
última vez que lloraste de felicidad? ¿Escribiste poesía? ¿Compusiste música?
¿Bailaste bajo la lluvia? ¿Horneaste un pastel? ¿Pintaste algo?
¿Arreglaste algo que estaba descompuesto? ¿Besaste a un bebé? ¿Sostuviste
a un gato junto a tu rostro? ¿Escalaste una colina? ¿Nadaste desnudo?
¿Caminaste al amanecer? ¿Tocaste la armónica?
¿Conversaste hasta romper el día? ¿Hiciste el amor durante horas... en la
playa, en el bosque?
¿Comulgaste con la naturaleza? ¿Buscaste a Dios?
¿Cuándo fue la última vez que te sentaste a solas con el silencio,
viajando a la parte más profunda de tu ser? ¿Cuándo fue la última vez que
saludaste a tu alma?
Cuándo vives como una criatura unifacética, te quedas preso en los
asuntos del cuerpo: dinero, sexo, poder posesiones, estímulos y satisfacciones
físicos, seguridad, fama, ganancia económica.
Cuándo vives como una criatura bifacética, amplías tus intereses para
incluir asuntos de la mente.
Compañerismo, creatividad, estimulación de nuevos pensamientos, ideas
nuevas; creación de nuevos objetivos, nuevos retos, crecimiento personal.
Cuándo vives como un ser de tres partes, por fin alcanzas un equilibrio
contigo mismo. Tus intereses incluyen asuntos del alma: identidad espiritual;
propósito de vida; relación con Dios; la senda de evolución; crecimiento
espiritual; destino fundamental.
Mientras evolucionas a estados cada vez más altos de conciencia, llevas a
la realización plena cada aspecto de tu ser.
Sin embargo, la evolución no significa abandonar algunos aspectos del Ser
a favor de otros. Significa simplemente expandir el centro de atención;
separarse de cualquier compromiso casi exclusivo con un aspecto, y dirigirse
hacia el amor genuino y la apreciación de todos los aspectos.
¿Por qué, entonces, tantos maestros fomentan la total abstinencia del
sexo?
Porque no creen que los humanos puedan lograr un equilibrio. Creen que la
energía sexual, y las energías que rodean otras experiencias mundanas, es
demasiado poderosa para moderarla simplemente; llevarla al equilibrio. Creen
que la abstinencia es el único camino que conduce a la evolución espiritual, en
vez de ser meramente un posible resultado de ella.
¿No es verdad, sin embargo, que algunos seres que evolucionaron muy alto
"renunciaron al sexo"?
No en el sentido clásico de la palabra "renunciar". No es un
desprendimiento obligado de algo que todavía quieres pero sabes que no es
"bueno que lo tengas". Más bien es una simple omisión, un
alejamiento, como cuando uno rechaza la segunda ración de postre. No porque el
postre no este bueno, ni siquiera porque no sea benéfico para ti. Se trata
simplemente de que, delicioso como era, ya tuviste bastante.
Cuando puedas renunciar a tu interés en el sexo por esa razón, es posible
que quieras hacerlo. Y a la vez, podrías no quererlo. Es factible que nunca
decidas que ya "tuviste suficiente" y siempre seguirás deseando esa
experiencia, en equilibrio con las otras experiencias de tu Ser.
Así es, en efecto. Es verdad. Las personas activas sexualmente no están
menos calificadas para la iluminación, ni menos evolucionadas espiritualmente,
que las inactivas sexualmente.
La iluminación y la evolución propician que desistas de tu adicción al
sexo, de tu profunda necesidad de tener la experiencia, de tus conductas
compulsivas.
Asimismo, se desvanecerá tu preocupación por el dinero, el poder, la seguridad,
las posesiones y otras experiencias del cuerpo. Sin embargo, no desaparecerá,
ni debe hacerlo, tu apreciación genuina por estos aspectos del vivir. La
apreciación de todo lo que conforma la vida es lo que honra el Proceso que has
creado. El desdén por la vida o cualquiera de sus alegrías, incluso las físicas
más básicas, es desdén hacia Mí, el Creador.
¿Cuándo llamas impía a Mi Creación, como me llamas a Mí? Sin embargo,
cuando calificas de Sagrada mi creación, santificas tu experiencia de ella, y a
Mí, a la vez.
Yo te digo: no he creado nada desdeñable, y como dijo Shakespeare, nada
es "malo" a menos que el pensamiento le adjudique ese calificativo.
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