Serapis Bey, llamado el egipcio, es el gran maestro ascendido y chohan
(conductor) del cuarto rayo blanco cristalino.
Guarda la llama de la ascensión en el templo etéreo que se encuentra
sobre Luxor. Mira con los ojos de la pura y cristalina diferenciación en los
corazones de sus discípulos.
Se fija en aquello que estos necesitan para continuar su desarrollo y
para alcanzar la sintonía con lo divino. Serapis Bey es un ángel reencarnado.
No ha nacido a partir del espíritu de Dios, sino del corazón de Dios, cuya
conciencia es conocida como el colectivo de los ángeles. En los tiempos de
Lemuria los hombres trabajaban codo con codo con los ángeles al servicio de la
máxima luz. En aquella época se sospecha que comenzó la colaboración entre
Serapis Bey y los seres humanos.
Se reencarnó en numerosas culturas, de las que hoy en día no se conserva
ningún tipo de registro. Vivió entre otros hace más de 11.500 años como alto
sacerdote en los tiempos de Atlántida y aproximadamente en los años 1417-1379
a. de C. fue el faraón egipcio Amenhotep III apodado el Majestuoso. Otra
reencarnación conocida de Serapis Bey fue Leónidas, rey de Sparta
aproximadamente en el año 480 a. de C.; también se cree que fue uno de los
arquitectos que diseñó y construyó el templo de Palas Atenea, el Partenón de la
Acrópolis. En el año 400 a. de C., aproximadamente, ascendió. Fue el primer
ángel que alcanzó este nivel. A él se le encomendó la tarea de establecer un
puente de comunicación entre el reino de los ángeles y de los maestros.
En el siglo XIX Serapis Bey colaboró estrechamente con Djwal Khul, con
Kuthumi, El Morya y con otros maestros, que estaban en contacto con la sociedad
teosófica. El nombre de Serapis procede de un dios egipcio todopoderoso y
universal que sustituyó a Osiris. Serapis significa adorar. En su honor se
cantaban las sietes santas vocales.
Frecuentemente se le representa con una serpiente ascendente, la cual ha
recorrido el camino de regreso hacia la unidad con Dios. En épocas pasadas se
dice que fue el transmisor entre los diferentes reinos y mundos y por esta
razón transfiere conocimientos a sus alumnos procedentes de unos reinos y de
otros. Su función consiste en purificar y preparar para la ascensión hacia la
Luz, la energía vital que se ha utilizado durante numerosas reencarnaciones.
Como ser angelical, Serapis Bey está en contacto con la armonía de los reinos
celestiales que se manifiesta en forma de arte, música y poesía. Las melodías
que lo identifican son Der Liebestraum (Sueño de Amor) y Solitude (Liszt), así
como Celeste Aida (Verdi).
fuente:La presencia de los Maestros
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