¿Por
qué actúan los países como lo hacen?
Los
gobiernos saben que la población no los apoyaría si entendiera las razones
reales para la mayoría de las decisiones políticas. Esto es aplicable a
los gobiernos de todas partes. Son muy pocos los gobiernos que no engañan
deliberadamente a sus pueblos.
El engaño es parte del gobierno, ya que pocas
personas elegirían ser gobernadas en la forma en que se les gobierna - pocas
elegirían que se les gobernara siquiera - a menos que el gobierno las convenza
de que sus decisiones fueron para el bien de la población.
Y este
convencimiento es bastante difícil, ya que la mayoría de la gente percibe
claramente la torpeza del gobierno. Por consiguiente, el gobierno tiene que
mentir para retener, al menos, la lealtad del pueblo.
El
gobierno es la perfecta representación de la exactitud del axioma de que si tus
mentiras son bastante grandes, y mientes durante suficiente tiempo, la mentira
se convierte en la "verdad".
Quienes
ejercen el poder nunca pueden permitir que el público sepa cómo llegaron a esa
posición – ni todo lo que han hecho y están dispuestos a hacer para permanecer
en ella.
La
verdad y la política no se mezclan y no pueden mezclarse debido a que la
política es el arte de decir únicamente lo necesario - y decirlo en la forma
adecuada -, a fin de alcanzar el objetivo deseado.
No toda
la política es mala, pero el arte de la política es un arte práctico. Reconoce
con gran habilidad la psicología de la mayoría de las personas. Observa
simplemente que esa mayoría opera en razón del interés propio. Por lo tanto, la
política es la forma en que los que están en el poder buscan convencer de que
su interés es el de dicha mayoría.
Los gobiernos
entienden ese interés propio. Por eso los gobiernos son muy hábiles para
diseñar programas que dotan de algo a la población.
Originalmente,
los gobiernos tenían funciones muy limitadas. Su propósito era simplemente
"preservar y proteger". Después alguien añadió "proveer".
Cuando los gobiernos empezaron a ser el proveedor del pueblo, así como el
protector, los gobiernos empezaron a crear la sociedad, en vez de preservarla.
¿Pero acaso los gobiernos no
hacen simplemente lo que quiere la gente? ¿No es verdad que
los gobiernos sólo proporcionan el mecanismo por medio del cual la población
provee para sí misma en una escala social?
Por
ejemplo, en Estados Unidos le adjudicamos un valor muy alto a la dignidad de la
vida humana, la libertad individual, la importancia de la oportunidad, lo
sagrado de los niños. Y así, hemos promulgado leyes y pedido al gobierno la
creación de programas para proveer ingresos para los ancianos, a fin de que
puedan conservar su dignidad después de sus años productivos; para asegurar la
igualdad en el empleo y oportunidades de vivienda para todas las personas,
incluso aquellas que son diferentes a nosotros, o con cuyo estilo de vida no
estamos de acuerdo; para garantizar, por medio de leyes laborales para los
menores, que los niños de una nación no se conviertan en esclavos y que ninguna
familia con hijos carezca de los elementos básicos para una vida decorosa -
alimento, vestido, vivienda.
Esas
leyes son favorables para esta sociedad. Sin embargo, cuando se provee para las
necesidades de la población, debe tenerse cuidado de no despojarla de la mayor
dignidad: el ejercicio del poder personal, la creatividad individual, y el
ingenio firme que permite a las personas darse cuenta de que ellas pueden
proveer para sí mismas. Es indispensable lograr un equilibrio delicado. Parece
que ustedes sólo saben cómo ir de un extremo al otro. O quieren que el gobierno
"lo haga todo" para el pueblo, o quieren aniquilar todos los
programas del gobierno y borrar mañana mismo todas las leyes vigentes.
Sí, y
el problema consiste en que son tantos los que no pueden proveer para sí mismos
en una sociedad que proporciona rutinariamente las mejores oportunidades de
vida para aquellos que portan las credenciales "correctas" (o, tal
vez, que no portan las "equivocadas"); los que no pueden proveer para
sí mismos en una nación donde los propietarios de casas no se las rentan a
familias numerosas; las compañías no promueven a las mujeres; la justicia, con
demasiada frecuencia, es un producto de la posición social; el acceso a la
medicina preventiva está limitado a aquellos con suficientes ingresos, y en la
que existen muchas otras discriminaciones y desigualdades en una escala masiva.
¿Los gobiernos deben, entonces,
reemplazar la consciencia de la gente?
No. Los
gobiernos son la consciencia del pueblo, franca, abierta. Es a través de los
gobiernos que la gente busca, espera y determina corregir los males de la
sociedad.
Sin
embargo, en el intento de garantizar a las personas la oportunidad de respirar,
deben tener cuidado de que las leyes no los sofoquen!
No
puedes legislar la moralidad. No pueden obligar a la igualdad.
Lo que
se necesita es un cambio en la consciencia colectiva y no una ley aplicable a
la consciencia colectiva.
La
conducta (y todas las leyes, y todos los programas del gobierno), deben surgir
de la Existencia, deben ser un verdadero reflejo de Quienes Son.
Las leyes de nuestra sociedad, sí
reflejan quienes somos! Les dicen a todos:
"Así es la situación aquí en Estados Unidos. Esto es lo que son los
estadounidenses".
En el
mejor de los casos, tal vez. Pero con mayor frecuencia, esas leyes son los
pronunciamientos de lo que piensan quienes están en el poder que deben ser
ustedes, pero no son.
Los
"pocos elitistas" instruyen a los "muchos ignorantes" por
medio de la ley.
¿Y eso que tiene de malo? Si
hay unos pocos de los más brillantes y mejores entre nosotros que están
dispuestos a atender los problemas de la sociedad, del mundo, y proponer
soluciones, ¿acaso no beneficia eso a los muchos?
Depende
de los motivos de esos pocos. Y de su claridad. En general, nada es más
benéfico para "los muchos" que permitirles que se gobiernen a sí
mismos.
Anarquía. Eso nunca ha funcionado
No
pueden crecer y volverse grandes cuando el gobierno constantemente les dice qué
deben hacer.
Se
podría argumentar que el gobierno - con eso quiero decir que la ley por la cual
hemos elegido gobernarnos a nosotros mismos - es un reflejo de la grandeza de
la sociedad (o falta de), puesto que las grandes sociedades promulgan grandes
leyes.
Y muy
pocas. En las grandes sociedades, se necesitan muy pocas leyes.
Sin
embargo, las sociedades sin leyes verdaderamente son sociedades primitivas,
donde el "poder es para el más fuerte". Las leyes son el intento del
hombre de nivelar el campo de juego; de asegurar que prevalecerá lo que
realmente está correcto, sin que importe la debilidad o la fuerza. ¿Cómo
podríamos coexistir sin códigos de conducta en los que concordemos mutuamente?
No
estoy sugiriendo un mundo sin códigos de conducta, sin acuerdos. Estoy
sugiriendo que acuerdos y códigos se basen en un mayor entendimiento y una
definición más amplia del interés propio.
Lo que
dicta la mayoría de las leyes es lo que conviene a los intereses creados de los
más poderosos.
Veamos
un ejemplo: Fumar.
Ahora
la ley dice que no pueden cultivar y usar una cierta clase de planta, hachís
(mariguana), o cáñamo indio, porque el gobierno dice que no es bueno para
ustedes.
Sin
embargo el mismo gobierno dice que está bien que se cultive y se consuma otra
clase de planta, el tabaco, no porque sea benéfica para la población (en
efecto, el mismo gobierno dice que no lo es), sino, presumiblemente, porque
siempre se ha consumido.
La
verdadera razón para que la primera planta esté proscrita y la segunda esté
libre de restricciones, no tiene nada que ver con la salud. Tiene que ver con
la economía. Es decir, con el poder.
Por lo
tanto, las leyes no reflejan lo que la sociedad piensa de sí misma y desea ser;
las leyes reflejan dónde está el poder.
¿Cuál es la solución entonces?
La
solución consiste en tener tan pocas leyes - las cuales son límites realmente -
como sea posible.
La
razón para que la primera planta esté proscrita sólo persigue, en apariencia,
conservar la salud. La verdad es que la primera planta no es más adictiva y no
representa un riesgo mayor para la salud que los cigarrillos o el alcohol, los
cuales están protegidos por la ley. ¿Por qué, entonces, no se permite?
Porque
si se cultivara, irían a la quiebra la mitad de los cultivadores de algodón, los
fabricantes de nailon y rayón, y la gente que comercia con la madera.
El
hachís (marihuana) es uno de los materiales más útiles, más fuertes, más
resistentes, y más duraderos en este planeta. No podrían producir una fibra
mejor para ropa, una sustancia más fuerte para sogas, una fuente más fácil
de cultivar y cosechar para pulpa. Se derriban cientos de miles de árboles cada
año para proporcionar el periódico de los domingos, para que se pueda leer
acerca de la destrucción de los bosques del mundo. El hachís (mariguana) podría
abastecer materia prima para millones de periódicos dominicales sin derribar un
solo árbol. En efecto, podría ser un sustituto para tantos recursos naturales,
a un costo de la décima parte.
Y ésa
es la trampa. Alguien pierde dinero si se permite cultivar esta planta
milagrosa, la cual, por cierto, también cuenta con propiedades medicinales
extraordinarias. Y a eso se debe que la mariguana sea ilegal en tu país.
Es la
misma razón por la cual ha llevado tanto tiempo la producción de automóviles
eléctricos en masa, el suministro de una asistencia médica conveniente a un
precio razonable, o el empleo de calor y energía solar en cada casa.
Durante
años se han tenido los recursos y la tecnología para producir todo eso. ¿Por
qué, entonces, no se desarrolla? Averigua quién perdería dinero, y ahí
encontraras la respuesta.
¿Esa es
la Gran Sociedad de la cual estás tan orgulloso? A tu "gran sociedad"
hay que arrastrarla a la fuerza, pateando y gritando, para que considere el
bien común. Cada vez que se menciona el bien común o el bien colectivo, todos
gritan: "¡Comunismo!" En tu sociedad, si el proveer para el bien de
los muchos no produce una enorme utilidad para alguien, las más de las veces
simplemente se ignora el bien de la mayoría.
Esto no
sólo es verdad en tu país, sino también alrededor del mundo.
La
pregunta básica que enfrenta la humanidad es, por lo tanto: ¿Puede el interés
propio ser reemplazado con los mejores intereses, el interés común, de la
humanidad? De ser así, ¿cómo?
En
Estados Unidos se ha tratado de proveer para el interés común, el mejor
interés, por medio de leyes.
Pero
han fracasado miserablemente. Tu nación es la más rica, la más poderosa de la
Tierra, y tiene una de las tasas más altas de mortalidad infantil. ¿Por qué?
Porque los pobres no tienen acceso a un cuidado prenatal y posnatal de calidad,
y la sociedad está impulsada por las utilidades. Cito esto como un ejemplo de
ese miserable fracaso. Deberían preocuparse por el hecho de que los bebés
mueran a una tasa más alta que en la mayoría de las demás naciones
industrializadas. Y no es así. Eso habla mucho de cuáles son sus prioridades
como sociedad. Otros países proveen para los enfermos y los necesitados, los
ancianos y los débiles. Ustedes proveen para los ricos y los acaudalados, los
influyentes y los bien colocados. De los estadounidenses retirados, 85 por
ciento viven en la pobreza.
Muchos
de estos estadounidenses ancianos, y la mayoría de la gente de ingresos bajos,
utilizan la sala de emergencias del hospital local como su "doctor
familiar", en busca de tratamiento médico bajo las circunstancias más
horrendas, y prácticamente no reciben, en lo absoluto, una atención médica
preventiva.
Date
cuenta de que no hay utilidad en personas que tienen poco para gastar... ya
gastaron su utilidad...
Y esa
es tu gran sociedad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario