Sigue
adelante, y haz siempre lo que realmente te guste! No hagas otra cosa! Tienes
muy poco tiempo. Espero que os agrade.
¿Cómo
puedes pensar en perder un solo momento haciendo algo que no te gusta para
ganarte la vida? ¿Qué clase de vida sería esa? ¡Más que ganarte la vida, sería
ganarte la muerte!
Si
dices: "Pero... hay otras personas que dependen de mí... bocas que
alimentar... una esposa que cuenta conmigo", Yo Dios te responderé que, si
insistes en que tu vida se basa en lo que hace tu cuerpo, es que no has
entendido para qué has venido aquí. Por lo menos, haz algo que te agrade, que
manifieste Quién Eres. Con ello podrás alejar de ti el resentimiento y la
cólera hacia aquellos que imaginas que te privan de tu alegría. No es que lo
que hace tu cuerpo no sea importante. Pero no del modo en que tú crees. Las
acciones del cuerpo constituyen reflejos de un estado del ser; no intentos de
alcanzar un estado del ser.
En el
verdadero orden de las cosas no se hace algo para ser feliz, sino que se es
feliz y, en consecuencia, se hace algo. No se hace algo para ser compasivo,
sino que se es compasivo y, en consecuencia, se actúa de determinada manera.
En una
persona de conciencia elevada, la decisión del alma precede a la acción del
cuerpo. Sólo una persona inconsciente trata de producir un estado del alma a
través de lo que hace el cuerpo. Esto es lo que significa la afirmación:
"Tu vida no se basa en lo que hace tu cuerpo".
Sin
embargo, es cierto que lo que hace tu cuerpo es un reflejo de aquello en lo que
se basa tu vida. He aquí otra dicotomía divina. Pero si no lo entiendes, al
menos entiende esto: Tienes derecho a tu propia alegría. Tengas o no tengas
hijos; tengas o no tengas esposa. ¡Búscala! ¡Hállala! Y tendrás una familia
alegre, prescindiendo de cuánto dinero ganes o dejes de ganar. Pero si, en
lugar de eso, te abandonan, entonces déjales partir con amor en busca de su
propia alegría.
Sí, por
otra parte, has evolucionado hasta el punto de que los asuntos del cuerpo han
dejado de preocuparte, serás aún más libre para buscar tu propia alegría, así
en la Tierra como en el Cielo. Dios dice que es bueno ser feliz; incluso ser
feliz en tu trabajo. Tu trabajo en la vida es una afirmación de Quién Eres. Y
si no lo es, entonces ¿por qué lo haces? ¿Acaso crees que tienes que hacerlo?
No tienes que hacer nada. Si "el hombre que mantiene a su familia, cueste
lo que cueste, aún a costa de su propia felicidad" es Quién Tú Eres,
entonces ama tu trabajo, puesto que facilita tu creación de una afirmación
viviente de tu Yo. Si "la mujer que realiza un trabajo que detesta para
hacer frente a las responsabilidades que considera que tiene" es Quién Tú
Eres, entonces ama, ama, ama tu trabajo, puesto que sostiene plenamente tu
imagen de tu Yo, tu concepto de tu Yo.
Todo el
mundo puede amar todo lo que hace desde el momento en que entienda qué está
haciendo, y por qué. Nadie hace nada que no quiere hacer.
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