Por
supuesto, existen muchos y variados métodos de protección energética. Aquí
vamos sólo a enumerar algunos de los más sencillos y de fácil realización.
Espero que os agrade y sea de utilidad.
Cierre de los centros psíquicos y
chakras superiores
Todo
ataque psíquico externo suele ser percibido y recibido principalmente por los
centros energéticos del cuerpo humano, principalmente los chakras superiores y
centros menores localizados en la cabeza. Así, cerrar y desensibilizar estos
puntos, si creemos que estamos siendo víctimas de algún tipo de asedio, es uno
de los primeros pasos a realizar.
Una forma muy sencilla de hacerlo es reducir el nivel de sangre que llega a la cabeza, haciendo que ésta se acumule en partes inferiores del cuerpo, por ejemplo, comiendo todo aquello que sea lo bastante consistente para tener a nuestro estomago ocupado durante unas cuantas horas, y mantenerlo así, comiendo a intervalos regulares, para reducir nuestra sensibilidad energética durante el tiempo que pueda durar ese ataque.
La segunda
acción pasa por hacer cosas tremendamente mundanas y terrenales, focalizando
nuestras energías y acciones en aquello que nos mantenga concentrados en la
parte más material de nuestro día a día. Dion Fortune ponía como ejemplo que no
hay nada peor para alguien o algo que te quiere “atacar a distancia” y
que mientras te lo está haciendo tu estés jugando un partido de futbol o en un
cine viendo clásicos de la época, pues la mente está completamente focalizada
en temas “banales”, cerrando así parcialmente la recepción de las emisiones
electromagnéticas que se generan durante uno de estos ataques psíquicos. Es
otra de las razones por las que personas “más materialistas” son menos
receptivas a todo este tipo de situaciones, ya que, en su día a día, la mayor parte
del tiempo sus centros energéticos superiores suelen estar semi-cerrados y son
energéticamente menos sensibles.
Otra
forma común de protegerse es darse un baño con sal, esto es más conocido y
muchos lo usan de vez en cuando para soltar lastre y limpiar el aura. Además,
si el baño está lo suficientemente caliente, también se produce una bajada de
tensión y una reducción de la cantidad de sangre que se acumula en la cabeza,
por lo que la sensibilidad en los centros superiores disminuye y, por ende,
todo tipo de emisión electromagnética encuentra menos puertas abiertas para
ingresar en el campo áurico y pasar al sistema nervioso, que es donde se
producen los efectos característicos de este tipo de ataque.
Proteger nuestro campo energético
Por
otro lado, una parte de la energía que perdemos constantemente se produce
cuando interactuamos con personas que absorben más de nosotros que la que nos
proporcionan, de ahí que usemos el termino ladrones energéticos (o vampiros
energéticos en casos extremos) para referirnos a ellos.
Para
evitar que, mientras estás hablando con alguien, éste termine dejándote “seco”,
una forma de parar todo flujo electromagnético saliendo de ti es entrelazar las
palmas de las manos y apoyarlas sobre el tercer chakra, bloqueándolo, y con las
muñecas presionando ligeramente a ambos lados de las costillas. Además,
manteniendo los pies tocándose, habrás cerrado por completo el flujo que
circula por tu interior, creando un circuito cerrado por el que la energía no
escapa. De esta forma, y a pesar de que la otra persona note que realmente no
hay intercambio energético y piense que no estás siendo nada empático, tú no
dejarás salir tu campo electromagnético hacia fuera. Si esto se complementa con
la visualización de burbujas, globos, paredes o cualquier otra protección entre
tú y esa persona, es poco probable que se escape ni una gota de radiación
energética tuya y que te llegue nada de la otra persona. Claro está que la
situación será bastante incomoda si la otra persona no tiene ni idea de lo que
estás haciendo y para qué mantienes esa postura tan extraña.
Limpiar el entorno de
acumulaciones etéricas
En
otros casos, el hecho de ser un poco sensibles y sentirse mal en algún sitio,
está relacionado simplemente por la carga energética que presenta ese lugar.
Esto no es nada nuevo. Hay mucha gente que se agobia al entrar en el metro, en
centros comerciales o en la propia oficina porque el ambiente está “muy cargado
negativamente”. Esto es producto de la emisión de carga etérica negativa, bien
por las personas que se encuentran en el lugar, por las que entran y salen o
bien porque directamente es un sitio con una alta negatividad debido a su
función o a lo que se realiza en él.
Evidentemente,
no se puede ir limpiando el metro energéticamente ni cada sitio donde no te
sientas a gusto, aunque por lo menos puedes mantener tu casa en un estado lo
más puro posible. Muchos ataques a distancia se producen por la proyección de
energías etéricas, ectoplasmáticas en algunos casos, que pueden llegar a
acumularse allí donde vives. Pueden tratarse también de pequeños elementales
creados para infundir algún tipo de miedo o realizar alguna acción puntual
contra ti, y hay que saber lidiar con ello.
Hay
muchas formas de limpiar energéticamente una casa, y se pueden aprender de
muchas maneras distintas. Por ejemplo, con la visualización energética o el
trabajo con las energías “limpias” del planeta, pero también se pueden usar
elementos más comunes. Una limpieza de sonido con un cuenco tibetano es
tremendamente efectiva, pasándolo por toda la casa.
Otro tipo de limpieza que disuelve pequeñas concentraciones de energía etérica es disolver un poco de alcanfor en un poco de vinagre y ponerlo allá donde se aprecie una carga flotando en el ambiente. Esto simplemente disuelve pequeñas bolsas etéricas, lo que es más que suficiente para la mayoría de personas del mundo que no están metidas en ningún tipo de cosas raras y que simplemente se ven afectadas por las energías del entorno donde viven y el inconsciente colectivo que nos rodea.
Con
estos pequeños trucos tan sencillos, uno puede reforzar enormemente su
protección energética y lidiar fácilmente con la mayoría de pequeños problemas
que pueden afectarte en estos casos.
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