La Mente Divina es la única y absoluta realidad. Cuando incorporamos las
ideas que forman esa Mente en nuestra propia mente y al concentrarnos en dichas
ideas, una fuerza muy poderosa surge dentro de nosotros.
Entonces tenemos una base para el cuerpo espiritual, el cuerpo no
construido con las manos, eterno en los cielos.
Cuando el cuerpo espiritual es creado en conciencia, su fortaleza y poder
le son transmitidos al cuerpo visible y a todas las cosas que tocamos en el
mundo que nos rodea.
El juicio espiritual manifiesta que nos encontramos ahora –en los inicios
de una nueva era –con que las viejas normas sobre provisión y sostén están
pasando rápidamente y que nuevos métodos están preparándose para manifestarse.
En las próximas negociaciones comerciales, el hombre, dejará de ser un esclavo
del dinero. Las necesidades cotidianas de la humanidad serán cumplidas por
medios que actualmente no se consideran prácticos. Serviremos por el placer de
servir y la prosperidad manará a nosotros y a través de nosotros en corrientes
de abundancia. La provisión y el sustento que el amor y el entusiasmo pondrán
en movimiento, no han sido usados por el hombre aun, pero aquellos que han
experimentado su poder proveedor hablan maravillas al respecto.
El poder dinámico de la Super-mente en el ser humano ha sido extendido
esporádicamente por hombres y mujeres de cada país. Este poder es comúnmente
asociado con algún rito religioso en el cual el misterio y la autoridad
sacerdotal predominan. El llamado “rebaño común” es conservado en la ignorancia
con relación a la fuente del poder sobrehumano de adeptos ocultos y de hombres
consagrados.
Se ha visto una gran luz en el descubrimiento realizado por físicos de
que el átomo encubre energías electrónicas cuya ordenación matemáticas
determina la esencia de todos los elementos básicos de la naturaleza. Dicho
descubrimiento ha desvirtuado la ciencia basada en la antigua teoría sobre la
mecánica atómica, pero al mismo tiempo ha traído a los metafísicos Cristianos
una nueva comprensión respecto a la mecánica detrás del Espíritu.
Actualmente, la. ciencia ha mencionado el postulado de que la fuente de
toda vida es el espacio y no la materia. Explica que el aire mismo está vivo y
que posee fuerzas dinámicas en espera de que el hombre se apodere de ellas y
las use; y que dichas energías invisibles y omnipotentes poseen a su vez,
potencialidades superiores a nuestra mas elevada comprensión. Todo lo que hemos
aprendido sobre las glorias del cielo palidece de insignificancia cuando se
compara con las glorias de los rayos radiantes –comúnmente conocido como el
“éter”- . La ciencia nos habla de que hemos usado muy poco este inmenso y
poderoso océano de éter para producir a partir de el la luz y fuerza de la
electricidad. La aparente gran fuerza, generada por los voltios de nuestros
dínamos, es tan sólo una débil gotera que emana de un Universo de
energia.
Las ondas invisibles que llevan los programas de radio a todas partes son
sólo insinuaciones de un poder inteligente que penetra y está difundido en cada
germen de vida visible e invisible. Mentes científicas en todo el mundo han
sido movidas enormemente por estos descubrimientos revolucionarios, de tal modo
que no han encontrado un lenguaje apropiado para explicar su magnitud. A pesar
de que los científicos han escrito muchos libros, exponiendo cuidadosamente los
efectos trascendentes que inevitablemente surgirán cuando el ser humano se
apropie con facilidad del accesible éter, ninguno de ellos se ha atrevido a
decir la historia en su totalidad.
El asunto es que el mayor descubrimiento de todos los tiempos que ha
hecho la física es que todas las cosas aparentemente tienen su origen en el
invisible e impalpable éter. Eso que Jesús enseño con tanta profundidad en
símbolos sobre las riquezas del reino de los cielos, se ha comprobado como una
verdad.
De acuerdo con el griego, el idioma en el que llegó a nosotros el Nuevo
Testamento, Jesús, en sus enseñanzas, no utilizó la palabra cielo , sino la
palabra cielos . El no hablaba sobre las glorias de un sitio muy lejano llamado
cielo sino que nos revelaba las cualidades de los cielos alrededor de nosotros,
denominadas por los físicos “espacio” y “éter”. Jesús enseño no solo su
propiedad dinámica sino también su naturaleza inteligente, y dijo que la
entidad que lo gobierna está dentro de nosotros mismos: “el reino de los cielos
está dentro de ti” . En sus numerosas parábolas Jesús no solo describió este
reino de los cielos sino que hizo que el hombre pudiera alcanzarlo, como uno de
los más grandes objetivos del ser humano sino que El mismo lo logro, probando
con ello que Su enseñanza es tan práctica como verdadera.
Los científicos aseguran que el éter esta cargado de electricidad,
magnetismo, rayos de luz, rayos X, rayos cósmicos, y otras irradiaciones
dinámicas; que el es la fuente de toda vida, luz, color, gravitación, energia,
repulsión, atracción, en pocas palabras, que es la esencia ínter penetrable de
todo lo existente sobre la tierra. Es decir, la ciencia le concede al éter
todas las cualidades del cielo, sin decirlo directamente. Jesús resumió el tema
del éter cuando dijo a Sus seguidores que era el reino del cual Dios vestía y
alimentaba a todos sus hijos. “Buscad primeramente el reino de Dios y su
justicia; y todas las demás cosas os serán dadas por añadidura”.
La ciencia nos dice que las partículas eléctricas que se descomponen en
la luz en la atmósfera de nuestra tierra, son también una fuente de toda
Sustancia y materia. Jesús nos dijo que el era la Sustancia y el pan que venia
de los cielos. ¿Cuándo empezara nuestra civilización a adueñarse y a utilizar
de verdad este poderoso océano de Sustancia y vida, tanto espiritual como
físicamente?
Dicha Sustancia mental que es infinita, esta disponible en todo lugar
para todos los que han aprendido a adueñarse de ella de manera consciente. La
forma más sencilla, corta y directa de lograr esto la explico Jesús cuando
dijo: “Cualquiera…que no dudare en su corazón, sino creyere que será hecho lo
que dice, aquello que diga le será hecho”. Cuando reconocemos que algunas ideas
potentes existen en las expresiones invisibles de la mente, llamadas ambas por
ciencia “éter” y “espacio”, y que nosotros hemos sido dotados de una mente para
apropiarnos, resulta fácil poner la ley en acción por medio de la palabra y el
pensamiento.
Shakespeare dijo: “Existe una marea en la vida de los hombres, que cuando
está llena, conduce a la fortuna” . Dicha marea nos espera en los espacios
cósmicos, el paraíso de Dios.
La sustancia espiritual, de donde emana toda riqueza visible nunca se
agota. Se encuentra contigo todo el tiempo y responde a la fe que deposites en
ella y en las peticiones que hagas sobre ella.
No se afecta en absoluto por nuestra conversaciones ignorantes sobre
tiempos difíciles. Sin embargo, nosotros somos los afectados, toda vez que
nuestros pensamientos y palabras gobiernan nuestras acciones. Pero el recurso
infalible está siempre dispuesto para dar. No existe otra alternativa al
respecto; tiene que dar, debido a que esa es su naturaleza.
Vierte tus palabras vivientes de fe en la omnipresente Sustancia y
tendrás Prosperidad aunque todos los bancos del mundo cierren sus puertas.
Cambia la gran energía de tus pensamientos por ideas de abundancia y tendrás
lo suficiente de todo lo que necesites, sin importar lo que digan o hagan los
que te rodean.
Dios es Sustancia, pero si esta afirmación significa que Dios es
material, es decir, algo sujeto a cambio, a tiempo o condiciones, entonces
debemos decir que Dios no es Sustancia.
Dios está limitado a aquella forma de Sustancia que llamamos materia.
Dios es la esencia intangible de aquello que el hombre ha formado y llamado
materia. Materia es una limitación mental de esa divina Sustancia cuya vital e
inherente naturaleza se manifiesta en toda expresión de vida.
La Sustancia de Dios puede ser concebida como energia de Dios, o Luz
Espiritual, y Dios dijo:“Hágase la luz” y la luz fue hecha. Todo esto concuerda
armónicamente con las conclusiones de algunos de los físicos más avanzados. Sir
James Jeans dice en El Universo Misterioso : “La tendencia de los físicos
actuales es descomponer todo el universo en ondas. Estas ondas se dividen en
dos clases: ondas aprisionadas que llamamos materia y ondas libres, que
llamamos irradiación o luz. El proceso de aniquilación de la materia es
meramente la liberación de ondas de energia aprisionada que han sido dejadas en
libertad para viajar por el espacio”.
El Espíritu no es materia. El Espíritu no es una persona. De manera que
uno pueda percatarse de la esencia del ser, tenemos que soltar de nuestra mente
toda idea de queDios, está suspendido de alguna manera, a algo, o tiene algunas
de las limitaciones que nosotros asociamos con cosas o personas que tienen
forma o cuerpo. “No te harás imagen, ni ninguna semejanza entre lo que esta
arriba en el cielo, con lo que esta abajo en la tierra”.
Dios es Sustancia, no materia, porque la materia está formada, mientras
que Dios es sinforma. La Sustancia de Dios está detrás de la materia y la
forma, mas no se convierte en forma como una finalidad. La Sustancia no se
puede ver, tocar gustar u oler, y aún así es más sustancial que la materia, por
ser la única sustancia en el Universo. Su naturaleza es sostener o “estar por
debajo o detrás de la materia como su sostén y única realidad”.
El libro de Job dice: “El todopoderoso será tu defensa y tendrás plata en
abundancia” . Lo anterior se refiere a la Sustancia universal, toda vez que
plata y oro son manifestaciones de una Sustancia presente en todo sitio y se
usan como símbolo de ella. Lew Eallace, en su obra Ben Hur, se refiere al reino
como “oro molido”. Seguramente, en tu propia experiencia, cuando has entrado en
el silencio has captado con tus propios ojos esta sustancia omnipresente,
cayendo al parecer, como dorados copos de nieve. Esta fue la primera
manifestación de la superabundancia de la Sustancia universal en tu conciencia.
Antes que nada, a la Sustancia se le da forma en la mente, y a medida que
se manifiesta pasa por una actividad triple.
Para apropiarte la Sustancia en la mente y manifestarla, tú eres quien
desempeña un papel muy importante y debes hacerlo de acuerdo a un decreto:
“Decretarás una cosa y ésta se establecerá en ti ”.
Constantemente estamos decretando, unas veces de manera conciente y
muchas otras de forma inconsciente y con cada pensamiento y palabra aumentamos
o disminuimos la actividad triple de la Sustancia. La manifestación resultante
corresponde a nuestro pensamiento: “Según piense el hombre, así es el” .
No hay escasez del aire que respiras. Al contrario, abunda el aire, hay
todo lo que necesites, pero si tu te niegas a respirar cerrando tus pulmones,
no podrás recibirlo y hasta te podrás sofocar por falta de aire.
Cuando reconoces la presencia de aire abundante y abres tus pulmones para
respirarlo profundamente, tu inhalación es mayor. Esto es exactamente lo que
tienes que hacer con tu mente con respecto a la Sustancia.
Existe una toda-suficiencia en todas las cosas. La única escasez está en
nuestra falta de apropiación.
Debes buscar el reino de Dios y apropiártelo rectamente si es que han de
llegarte las cosas en toda su plenitud .
Existe un reino de abundancia de todo bien y puede ser encontrado por
aquellos que buscan y están dispuestos a cumplir con sus leyes. Jesús dijo que
es muy difícil para un hombre rico entrar en el reino de los cielos. Esto
obviamente, no es debido a su riqueza, no es por el dinero, sino por el
concepto que el hombre tiene acerca del dinero: su fuente, su pertenencia y su
uso, es lo que lo aleja del reino. Los conceptos del hombre con respecto al
dinero son similares a sus conceptos acerca de todo clase de posesiones; ellos
creen que las cosas que emanan de la tierra son suyas para reclamar y controlar
como propiedad individual y que pueden acumularse la necesidad que otros
hombres tengan de ellas. Los mismos conceptos prevalecen entre ricos y pobres,
y hasta si estas dos clases intercambiaran lugar, a pesar de eso las
desigualdades de riqueza no serian corregidas. Sólo un cambio fundamental con
respecto a las ideas de la riqueza podría lograr esto.
Antes de que ocurra un cambio social o económico fundamental, los hombres
debemos comenzar a comprender nuestra relación con Dios, con nuestros
semejantes, como herederos comunes de los recursos universales, que son
suficientes para todos. Todos debemos borrar nuestros conceptos erróneos acerca
de nuestros “derechos”. Debemos aprender el derecho de que no podemos poseer y
esconder aquello que pertenece a Diossin que nosotros mismos padezcamos la
consecuencia de ello. El pobre no es la mayor victima de esta concentración de
riqueza, porque él no ha concentrado su fe en las cosas materiales ni ha
encadenado su alma a ellas. Son los ricos en las cosas mundanas, quienes debido
a su dependencia sobre dichas posesiones materiales se aferran a ellas y se
sumergen en una oscuridad material.
Cada concepto de posesión debe ser eliminado de la mente para que los
hombres podamos llegar a la provisión invisible. No podremos poseer dinero,
cosas o tierras, debido a que no poseemos ideas universales representadas por
estos símbolos. Asimismo, nadie puede poseer una idea como propia de manera
permanente. Sin duda, alguien podrá poseer su símbolo material por corto tiempo
en el plano de la fenomenología, pero son esas las riquezas que “la polilla y
el orín corrompen, y los ladrones minan y hurtan”.
Los hombres poseemos como tesoros valiosos nuestra educación, nuestra
profesión, nuestras habilidades o talento. Los ministros de los evangelios
poseen erudición o elocuencia y sienten orgullo por estas posesiones
espirituales. No obstante, éstas son cargas de las cuales deberán desprenderse
para poder entrar en el reino de los cielos. Igualmente, el santo que se ha
inflado con su santificada bondad debe deshacerse de su vanidad antes de que
pueda entrar. Quienquiera que sienta ambición por hacer el bien, tratando de
sobrepasar a su prójimo en rectitud, deberá echar a un lado sus ambiciones y
deseos antes de que pueda ver el rostro del Padre todo proveedor.
El reino de las causas puede compararse al vapor de una caldera de
cristal. Si el cristal esta claro uno puede mirarlo directamente sin verlo en
realidad. Sin embargo, cuando tocamos una válvula de escape el vapor sale
rápidamente, se condensa, y se pone visible. Pero en este proceso también a
perdido su poder. La Sustancia existe en el reino de las ideas y es poderosa
cuando la maneja una persona que está familiarizada con sus características. El
ignorante abre las válvulas de la mente y permite que las ideas escapen, dentro
de un reino con el cual no tienen nada en común. Las poderosas ideas de la
Sustancia se condensan en pensamientos de tiempo y espacio, los que la
ignorancia concibe como que son necesarios para que sean fructíferos. Por lo
tanto, su poder se pierde, y una lenta rutina de tiempo de sembrar y tiempo de
cosechar se establece para cumplir las demandas del mundo.
Es la mente que cree en posesiones personales la que limita la idea
completa. El mundo deDios es un mundo de resultados que sigue demandas en total
secuencia. Es en este reino donde el hombre encuentra su verdadero hogar. Ya el
trabajo ha dejado de existir para aquél que ha encontrado este reino interno.
La provisión divina se manifiesta sin luchas complicadas: desear es tener
la realización .
Este es el segundo paso en la demostración para quien se ha dedicado por
completo a la dirección divina. Entra inmediatamente en experiencias más
fáciles y a una mayor felicidad que la que el mundo le pueda brindar, cuando
hace el convenio de seguir solamente el bien. Existe un grado avanzado en este
asunto de iniciación para los ministros de lo divino. Antes de iniciar este
paso hay que someterse a una limpieza mental más profunda y cabal. Una serie de
facultades más elevadas se avivan dentro del cuerpo y nuevas avenidas de
expresión se abren para los poderes el espíritu, no tan solo en el cuerpo sino
también en los asuntos del individuo. A medida que se procede a ejercitar estas
facultades puede darse el caso de que encuentre algunas obstruidas por
pensamientos muertos y cristalizados que los conceptos egoístas han depositado,
y requiere que el individuo se someta a una nueva limpieza. Si él es obediente
al espíritu y esta deseoso de continuar sin cavilación o protesta, el camino
será mas fácil. Si por el contrario, comienza a preguntar y argumentar como lo
hizo Job, se topará con muchos inconvenientes y su jornada será larga y
tediosa.
Aquel que busca el reino de la Sustancia en busca de los panes y los
peces que en el pueda encontrar, es muy seguro que al final se desilusione.
Podrá encontrar los panes y los peces, es muy posible; pero si aún alberga en
su alma el más leve deseo de usarlos con fines egoístas, el resultado final
será desastroso.
Muchos están buscando la ayuda del espíritu para sanar sus padecimientos
físicos. No desean en absoluto la vida superior, pero al ver que su lujuria y
pasión se han interrumpido por sus enfermedades, desean curase para continuar
dando rienda suelta a su sensualidad. Es la experiencia de todos los que han
tenido contacto con el espíritu: es un estimulante para el cuerpo.
Restaura la vitalidad del cuerpo y lo hace mas sensitivo al placer o al
dolor que antes del avivamiento espiritual. Esta hipersensibilidad pone al
cuerpo mas susceptible y expuesto a un desgaste más rápido si se somete a
ulterior gratificación. Por tal razón, aquellos que reciben tratamiento
espiritual deben ser instruidos adecuadamente con respecto a la Verdad del ser.
Estas personas deben aprender que la indulgencia en las pasiones carnales es un
pecado que cuarta el éxito de cada experiencia en la vida, especialmente en lo
que respecta a las finanzas y la prosperidad. Si la Sustancia se desperdicia
toda clase de escapes comienzan a sentirse. La retribución siempre sigue a la
indulgencia en apetitos y pasiones por mero sensualismo. Tanto los santos como los
pecadores sufren en este valle de insensatez. La alternativa es dedicarte a los
negocios de tu Padre.
Haz un pacto definido y detallado con el Padre, poniendo tus deseos,
apetitos y pasiones a Sus pies y decídete a usar toda tu Sustancia de la manera
más elevada. En ese momento estarás buscando el reino y todo lo demás te será
dado por añadidura .
Deseamos manifestar la Sustancia que la fe ha traído a nuestra mente
perdurable y permanente, de manera que no la perdamos cuando los bancos
quiebren o los hombres hablen de “tiempos duros”.
Tienes que tener, con respecto a tus finanzas, una conciencia de
permanencia de la Sustancia omnipresente según ella mora en ti .
Muchas familias acaudaladas han podido conservar sus riquezas; mientras
otras las derrochan en una generación debido a que no tienen una conciencia de
Sustancia permanente. Para muchos de nosotros existe una de las dos: o la
opulencia más grande o una escasez absoluta en lo que al dinero respecta y
necesitamos esa conciencia de permanencia. No existe razón alguna por la cual
no tengamos una continua y constante corriente de sustancia tanto en las
entradas como en las salidas.
Si haz recibido libremente tienes que dar de igual modo y mantener la
sustancia circulando, confiado en la comprensión de que tu provisión es
ilimitada y que esta siempre a tu disposición en la mente omnipresente de Dios.
Con esta comprensión podemos resistir “ los arcos y flechas de la
injuriosa fortuna ”, de depresiones, perdidas y fracasos financieros y aún así
ver a Dios como abundante Sustancia en espera de manifestarse. Esto fue lo que
Pablo quiso decir: “Tomad toda la armadura de Dios, para que podáis resistir en
los días malos” . La Sustancia en el pasado se ha manifestado en nuestros
asuntos y se encuentra aún aquí. Es la misma Sustancia y no nos puede ser
arrebatada. Aunque aparenta haber una escasez en lo material, hay abundante
sustancia para todos. Estamos parados en medio de ella. Como el pez podemos
preguntar: “¿Dónde está el agua?” , cuando vivimos, nos movemos y tenemos
nuestro ser en ella. Está en el agua, en el aire, dondequiera. Abundante y
gloriosa Sustancia espiritual.
Jesucristo estaba tan cargado de la Sustancia espiritual que cuando una
mujer logró tocar su túnica, una virtud sanadora brotó de ella y la mujer quedó
sanada. Había muchísima gente rodeando a Jesús, pero tan solo aquella mujer que
tenia fe en su Sustancia la obtuvo. Ya estaba fincada en su conciencia y ella
sabía que sus necesidades serían satisfechas con tan sólo hacer contacto con Jesús.
Aquí hay una lección para nosotros. Sabemos que la fuerza se manifiesta en todo
sitio; y esto lo vemos en el mundo de la mecánica. Una gran locomotora sale de
la estación moviéndose muy lentamente al comienzo, pero cuando gana impulso se
desliza sobre la vía con la velocidad del rayo. Igualmente ocurre con la
fortaleza espiritual. Algunas veces comienza con un pensamiento muy pequeño,
pero cuando toma ímpetu eventualmente se convierta en una idea poderosa. Cada
uno de nosotros puede fortalecer su fijación en el pensamiento acerca de la
Sustancia divina hasta que se convierta en una idea poderosa, que nos llene la
conciencia y se manifieste como abundancia en todos nuestros asuntos.
A medida que te apropias esa sustancia con tu mente, haz que sea permanente
y perdurable. Realiza tu unidad con ella. Tú estas unificado con la única
Sustancia viviente que es Dios, de toda suficiencia. De esta Sustancia fuiste
creado y en ella vives, te mueves y tienes tu ser, por ella eres alimentado y
próspero.
La Sustancia espiritual es inmutable, inconmovible y perdurable; no
fluctúa con el mercado de valores. No disminuye durante “tiempos difíciles”, ni
tampoco aumenta en “tiempos de bonanza”. No se puede almacenar en “tiempos de
bonanza”. No se puede almacenar para provocar escasez en el mercado, con el fin
de elevarle el precio. No puede agotarse a través de raciones. Es siempre la
misma, constante, abundante, circulando libremente y disponible en todo
momento.
La Sustancia espiritual es algo vivo, no una inanimada acumulación de paz
que no satisface el hambre, ni agua que no mitiga la sed. Es pan de vida y agua
de vida y aquel que se alimenta de la Sustancia de Dios, jamás padecerá hambre
ni sed. La Sustancia es algo perdurable, no una cuenta bancaria que pueda retirarse
ni una fortuna que se pueda perder. Es un principio infalible que es tan seguro
en su funcionamiento como las leyes de la matemática. El hombre no puede
separarse de su provisión de Sustancia en la misma forma que la vida no puede
separarse de su fuente. Así como Dios ínter penetra el Universo y la vida hace
lo mismo en cada célula del cuerpo, de la misma manera la Sustancia fluye
libremente a través del hombre, libre de limitaciones o calificaciones.
En esta Nueva Era, que aún está en sus inicios tendremos un Espíritu de
Prosperidad. Este principio de Sustancia universal ha de ser reconocido y
aplicado y no habrá espacio para la escasez. La Sustancia estará más nivelada.
No habrá ni producción excesiva ni consumos bajos, ni otras desigualdades en la
provisión, puesto que la Sustancia de Dios será reconocida y usada por toda la
gente. Los hombres no acumularán fortunas en un día para perderlas al día
siguiente, pues no desconfiarán de la honestidad de su vecino, ni tratarán de
quedarse con lo que le pertenece a otra persona .
¿Es esto una utopía impráctica? La contestación depende de ti.
Así como tú, como individuo, reconoces la omnipresente Sustancia y
depositas tu fe en ella, de igual manera puedes hacer que los que te rodean
hagan lo mismo.
“Un poco de levadura fermenta toda la masa”. Y hasta una vida que dé
testimonio de la verdad de la ley de Prosperidad, despertará la conciencia de
toda la comunidad.
En dondequiera que te encuentres y cualquiera que fuese tu necesidad
inmediata puedes demostrar esta ley. Si tus pensamientos son confusos, cálmate
y comprende. Tranquilízate y aprende que tú eres uno con la Sustancia y con la
ley de su manifestación. Afirma con convicción:
Yo soy la fuente e inconmovible sustancia espiritual.
Esto abrirá la puerta de tu mente a un flujo de ideas llenas de
Sustancia. A medida que van llegando a ti, úsalas libremente. No vaciles o
dudes de que te traerán resultados. Son idas de Dios que llegan a ti como
contestación a tu oración para satisfacer tus necesidades. Ellas son Sustancia
inteligente, amorosa, deseosas de manifestarse para llenar tu necesidad.
Dios es la fuente de una poderosa corriente de Sustancia, y tú eres un
tributario de esa corriente, un canal de expresión.
Cuando bendecimos la Sustancia aumentamos su flujo.
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