¿De dónde proviene
el poder de un mago? De su capacidad para suministrar a las entidades del mundo
invisible la materia prima gracias a la cual éstas entran en contacto con el
plano físico y actúan en él.
Según sean sus
preocupaciones, sus actividades, desprende unos fluidos de una naturaleza determinada,
y son estos fluidos los que permiten a las entidades tomar forma y actuar. Un
ser animado por intenciones criminales, atrae con sus emanaciones a una
multitud de espíritus tenebrosos: acuden para alimentarse con todas las miasmas
que se desprenden de él y hacer el mal. No es el hombre mismo el que hace el
mal, pero suministra los medios para hacerlo, la materia que utilizarán los
otros.
E, inversamente, la
presencia de un mago blanco suministra a los espíritus luminosos la materia de
la que se servirán para aportar bendiciones por todas partes. ¿Trabajáis para
la luz?, ¿hacéis el bien? Se desprende entonces de vosotros una materia muy pura
que las entidades celestiales vienen a recoger. Exactamente como las abejas
recogen el néctar de las flores para preparar la miel.
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