Los
mandalas, y la construcción de un mandala en sí, es una “meditación activa”, un
instrumento de contemplación, concentración y relajación. Representan el mapa
del cosmos: una pequeña muestra totalizadora de la proyección geométrica del
mundo.
Es
esa porción del universo que ocupa nuestro ser, nuestra esencia. Desde el punto
de vista psicológico, tiene una función lúdico-terapéutica. No tiene un
objetivo explicito, la libertad en la creación va revelando imágenes de la
organización interior de la persona, consciente o inconscientemente.
Su creación
no exige habilidades intelectuales especificas, es una respuesta instantánea,
son ejemplos ysímbolos cuyo propósito consiste en entender “intuitivamente” las
posibilidades infinitas del subconsciente humano.
Básicamente
es hallar la sabiduría a traves de figuras geométricas que combinadas,
instintivamente, y con la magia y la vida de los colores, representan nada
menos, que nuestro interior. Un mapa que devela el camino sutil hacia nuestro
propio centro, el punto a partir del cual se desarrolla nuestro propio
universo.
El
estilo y significado de cada mandala se explica según la época y la comunidad
que lo realiza, pero todos hablan de un orden circular con un centro definido.
Existe
un punto central, la irradiación de ese punto, él circulo que envuelve al
centro y él limite exterior. Estos son los componentes básicos y comunes del
mandala. Desde el punto de vista espiritual, son centros energéticos de
equilibrio y purificación que colaboran con la transformación del entorno y de
la mente de quien medita en ellos.
Es un
poderoso instrumento para crear, contener, entender y preservar el propio
espacio sagrado.
Los
mandalas en el Mundo
En la
cultura egipcia, los mandalas eran utilizados debido a la fuerza que estos
transmitían, llenando de energía el lugar y como instrumento demeditación
profunda. También se usaban dentro de las casas para atraer la energía o
transmutar la negativa en positiva, así como para crear armonía y balance en la
morada.
A
pesar de que los mandalas se encuentran presentes en cada rincón del mundo, sus
origenes nacen en el Janaismo, Tantrismo, Hinduismo, Budismo y lamaísmo. Su
nombre hace referencia al sánscrito, en tibetano es KYLKHOR (KYL: centro KHOR:
circulo) literalmente seria “el centro de los alrededores”. En la civilización
China aun en la actualidad, son utilizados para generar abundancia y
prosperidad así como para fortalecer la salud.
En
tribus indígenas americanas se hacen presentes en coloridos bordados adornados
con plumas y animales nativos. En algunas tradiciones se empleaban como
protección contra los malos espíritus y como una especie de amuleto para
promover la valentía y el coraje.
Los
mandala de los nativos Navajo
Los
nativos Navajo celebraban ceremonias elaboradas, las cuales incluían oraciones
y pinturas de arena representando diversos mandalas. Estos no eran permanentes,
invocaban a los seres sagrados a la vez que servían como altares provisionales.
Se dibujaban dentro de los hogares beneficiando, con cada mandala, no solo a
los habitantes de esa casa, sino también a todos los miembros de la tribu.
Los
mandalas de los Dogon de Mali
Los
Dogon de Mali poseen una metafórica relación entre el lenguaje y los símbolos,
sus complejos mandalas hablan del “huevo de amma” como el vientre que alberga
los signos del mundos, de ahí que el mandala mas representativo de esta
maravillosa cultura tiene forma ovoide, trazado por una cruz en su interior, la
misma divide al mandala en cuatro partes distintas que representan a su vez lo
cuatro elementos y los cuatro puntos cardinales.
Los
Dogon llaman “bummo” (huellas) a todos los elementos presentes en sus mandalas.
Para esta cultura, meditar y trabajar la propia evolución sobre la base de sus
mandalas, es un elemento esencial para llegar a comprender su lugar en este
mundo así como para identificarse con el cosmos y con el infinito.
La
cábala y los mandalas
La
Cábala, ciencia sagrada que obedece a las leyes más simples de la naturaleza,
posee dosprincipios que la sostienen: las letras del alfabeto hebreo y los
“Sefirot”. Los sefirot están formados por diez esferas, en las cuales la luz
divina es recibida y se manifiesta a trabes de ellas. Las diez etapas sucesivas
de la luz, dan al hombre la posibilidad de comprender el infinito.
Las
22 letras hebreas pasan por los 10 sefirot del árbol de la vida, formando así
el mandala. Cada sefirot representa distintos planos de la conciencia por los
cuales es necesario transitar para evolucionar y encontrar así, la esencia del
ser en una unión con lo absoluto. Las runas de las tradiciones nórdicas, son
contenedoras de diversos símbolos que representan la búsqueda de la armonía en
relación con lo interno y lo externo. Representan energías sagradas que hacen
referencia a los distintos planos de la conciencia.
Cada
tipo de mandala enseña una lección distinta.
Cada
figura que integra un mandala posee varios propósitos: como objeto de adoración
a una determinada deidad, como adornos de templos y lugares sagrados, como la
manifestación concreta de alguna deidad, como foco de visualización y
meditación, o bien como expresión plástica y artística del camino recorrido
hacia el progreso y la evolución espiritual.
Mandala
es sinónimo de espacio sagrado. Pareciera ser que existe más allá de una
cultura en particular, incluso al margen de ésta, hallamos mandalas en el mundo
natural, y más allá de nuestro planeta tierra nos encontramos con el espacio y
sus maravillosas formas cósmicas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario