La
felicidad se compone de pequeños momentos, de detalles vividos en el día a día
y es definida como una condición interna de satisfacción y alegría.
Hace muchos
miles de años, un poco antes de que la humanidad existiera, se reunieron varios
duendes para hacer una travesura.
Uno
de ellos dijo:
-
Pronto serán creados los humanos, serán una perfecta obra divina, deberíamos
quitarles algo, pero... ¿qué?
Después
de mucho pensar uno dijo:
- ¡Ya
sé!, vamos a quitarles la felicidad, pero el problema va a ser en dónde
esconderla para que no la puedan encontrar.
Propuso
el primero:
-
Vamos a esconderla en la cima del monte más alto del mundo!.
A lo
que inmediatamente repuso otro:
- No,
recuerda que tienen fuerza, alguna vez alguien puede subir y encontrarla, y si
la encuentra uno, ya todos sabrán donde está.
Luego
propuso otro:
- Entonces
vamos a esconderla en el fondo del mar!
Y
otro contestó:
- No,
recuerda que tienen curiosidad, alguna vez alguien construirá algún aparato
para poder bajar y entonces la encontrará.
Uno
más intervino y dijo:
-
Escondámosla en un planeta lejano a la Tierra.
Y le
dijeron:
- No,
recuerda que les han dado inteligencia, y un día alguien va a construir una
nave en la que puedan viajar a otros planetas y la van a descubrir, y entonces
todos tendrán felicidad.
El
último de ellos era un duende que había permanecido en silencio escuchando
atentamente cada una de las propuestas de los demás duendes.
Analizó
cada una de ellas y entonces dijo:
-
Creo saber dónde ponerla para que realmente les cueste muchísimo trabajo
encontrarla...
Todos
voltearon asombrados y preguntaron al unísono:
-
¿Dónde?
El
duende respondió:
- La
esconderemos dentro de ellos mismos... estarán tan ocupados buscándola fuera,
que algunos nunca llegarán a encontrarla...
Todos
estuvieron de acuerdo y, desde entonces, ha sido siempre así:
"El
hombre se pasa la vida buscando la felicidad, sin saber que la trae
consigo"
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