Canalización de un Ser de Luz de la más Alta Dimensión, a través de Noor
Canal Espiritual al servicio de la Luz.
Este es el ENLACE al video en mi canal Youtube.
Bienvenidos, mis queridos maestros.
No hay una forma mejor que otra de transitar este camino humano de
regreso al Hogar. Muchos de vosotros habéis pensado que la espiritualidad es
sentarse a meditar, que la espiritualidad es hacer invocaciones, que la
espiritualidad es renegar de lo superfluo y terrenal; ni tanto ni tan poco, me
explico:
Por supuesto meditar forma parte de este camino, ya que con la meditación
se consigue avanzar mucho más deprisa en el campo espiritual, en el campo de la
esencia, de la energía al interiorizar en nuestro corazón, fluyen pensamientos
y sentimientos que, aun estando ahí, difícilmente son vistos en nuestra vida
diaria, en la cotidianidad de nuestra vida.
Por otro lado, las invocaciones a ángeles, arcángeles y seres
espirituales que siempre están a vuestro alrededor sirve para, además de
interiorizar, poder tener al alcance de la mano conocimiento y sabiduría de la
más alta y fina vibración.
Pero dejar de lado la superficialidad o aquello que vosotros creéis
superfluo, no es siempre sinónimo de avance en este camino espiritual. A veces
puede parecer superflua una salida con amigos, y en cambio a nivel espiritual,
en esa salida simple se efectúan grandes contactos, contactos importantes que
probablemente pueden trascender en el tiempo y en vuestras vidas.
A menudo, aquello que vosotros pensáis elevado no lo es tanto y en
cambio, aquello que podéis ver como superfluo tampoco lo es tanto. Sí, ya lo
sé, diréis que se trata de un término medio, como siempre y como en todo; pero
no se trata de eso, queridos maestros, no es sólo eso. En ese término medio
tenemos la inspiración, esa inspiración que va a permitir que podamos
comprender tanto los conocimientos y enseñanzas de estas dimensiones más altas,
como comprender las lecciones aprendidas o por aprender de estas situaciones
mundanales, de estas sensaciones más superfluas, de estas sensaciones que a
veces pueden parecernos demasiado simples para ofrecernos cualquier tipo de
aprendizaje.
Nunca desestiméis nada de lo que suceda en ningún minuto de vuestra vida;
nunca desestiméis nada de lo que suceda ni en vuestro interior y tampoco en
vuestro exterior, porque a veces de eso tan pequeño depende que una lección sea
del todo comprendida o no lo sea en absoluto.
A menudo os hacéis este tipo de preguntas, ¿cómo puedo hacerlo? ¿cómo
puedo profundizar más en mí para elevarme? A veces no es necesario profundizar
tanto en uno mismo, como profundizar en la vida misma, profundizar en aquellas
situaciones y sensaciones que están al alcance de vuestra mano; profundizar en
ellas, a menudo significará una mayor comprensión a un nivel mucho más elevado
del cotidiano, o del que a vosotros os parecía en el momento en que la situación
se dio.
Este canal a menudo duda, duda de su capacidad, duda de su situación
actual, y yo le repito, Querida alma mía, asiéntate en aquello que tienes
alrededor, además de aquello que tienes en tu interior. No desestimes nunca
nada ni nadie que tengas alrededor porque ellos dependen de ti y tú de ellos.
Y así se lleva a cabo uno de los mayores aprendizajes del ser humano,
aprender a jamás desestimar ni situación ni persona alguna porque a simple
vista nos parezca demasiado poca cosa para nuestra comprensión a un nivel
espiritual. Jamás desestiméis, queridos maestros, porque en esa desestimación
se pierden oportunidades.
Voy a contaros una anécdota que sucedió hace muchísimo tiempo, el tiempo
en que nuestras enseñanzas venían dictadas como eso, como anécdotas, como
historias o como parábolas, como prefiráis llamarlas.
"Se trata de un campesino que a su vez tenía una hija. Esta hija un
día se perdió en el bosque y el campesino pensó – Si voy a buscar a mi hija y
dejo la granja sola me pueden robar. Una hija es una hija y tendría que ir,
pero ella es inteligente y se las apañará para regresar. Mi ganado y mis
gallinas no son tan inteligentes para poderse defender y no me puedo permitir
perder ni una sola de ellas. La noche cayó y la hija no regresó. El padre,
preocupado, pensó entonces que había hecho mal en no ir a buscar a esta hija al
bosque. Miro por la ventana y de pronto le pareció ver que una sombra se
acercaba, a los pocos minutos la silueta se desvanecía y en ese mismo momento,
un fuego prendió donde el granjero tenía a sus animales. Poco a poco, las
llamas se hicieron con esa parte de la granja. Una a una murieron todas las
aves, una a una las vacas fueron cayendo y en menos de lo que se tarda en
contarlo, el granjero se había quedado sin ningún animal vivo. A las pocas
horas, su hija reapareció cubierta de arañazos pero viva, el granjero se alegró
pero no demasiado, ya que tristemente le hubiera gustado mantener a sus
animales con vida. La hija, con estupor, vio las lágrimas en el rostro de su
padre y comprendió que no eran por ella, sino que caían por aquello que este
hombre había perdido. Ninguno de los dos dijo una palabra más, la noche pasó y
al día siguiente la hija apareció muerta y el ganado y las gallinas habían
recobrado la vida. Ahora el granjero tenía lágrimas en los ojos y no eran por
sus animales sino por su hija querida."
A veces, queridos maestros, aquello que significa nuestra cotidianeidad,
es mucho más importante de lo que pensamos, ya que para muchos eso es todo lo
que tendrán a lo largo de su vida.
Este granjero amaba a sus animales porque le daban de comer. Y la hija
creyó que era justo intercambiarse por ellos para ver a su padre feliz. Con
esto no logro la felicidad del hombre, pero sí le mostró una buena lección;
jamás desestimes aquello o aquellos que tienes alrededor porque nunca sabes si
tu corazón los puede necesitar.
Hasta pronto, mis queridos maestros, ha sido un placer tenerles aquí.
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