Una
cura de naranjas de tres días puede conseguir milagros en los trastornos
digestivos, jaquecas o procesos reumáticos. Su gran riqueza en vitaminas y en
oligoelementos la convierten en la mejor aliada contra el estrés y la
depresión.
La
naranja incluye diferentes sustancias que contribuyen a mejorar el buen estado
del organismo. Entre ellas destacan el calcio, fósforo, hierro, magnesio,
potasa, sosa y las vitaminas. En concreto, el calcio facilita el desarrollo de
los huesos en los niños. El fósforo es sumamente necesario en casos de estrés,
personas nerviosas y en las intoxicaciones. El hierro ayuda a la
hemoglobinización de la sangre.
El
magnesio sobreexcita el peristaltismo intestinal, combatiendo el estreñimiento.
La potasa actúa como depurativo y disuelve las grasas. La sosa, estimula el
jugo pancreático, activa el proceso digestivo gastroduodenal, acciona la
secreción clorhídrica y, junto con el ácido cítrico, disuelve el ácido úrico.
Es muy beneficioso para las glándulas suprarrenales. La naranja posee también
vitaminas A, B, G y, sobre todo, C.
Los
cítricos y, en especial, las naranjas, constituyen la solución perfecta a la
hora de combatir muchos estados patológicos pero también para mantener el buen
tono vital cuando se goza de salud. El ácido cítrico, que es oxidante,
depurativo, desinfectante y microbicida, estimula la eliminación de todas las
sustancias que no se han metabolizado y que reposan en los distintos órganos.
Además, su abundancia en sales minerales equilibra las dosis de nutrientes
necesarios para el organismo
No
sólo corrige las secreciones anómalas de ácido clorhídrico. También actúa como
analgésico en los dolores de estómago –cuando se suministran las dosis
adecuadas-, fortifica los músculos estomacales, desinfecta y disuelve los
residuos acumulados y facilita las secreciones necesarias para realizar la
digestión.
Limpia
el hígado
Los
mismos efectos de limpieza y estimulación se producen en el hígado y páncreas,
cuya contaminación por acumulación de grasas es la causa más frecuente de
diversos trastornos, como dolores de cabeza y mareos. La vejiga- e incluso la
próstata- se beneficia del consumo de este cítrico que, por sus propiedades
diuréticas, facilita la eliminación de esas sustancias que se van depositando.
La
cura de naranjas se ha aplicado también como terapia de los cálculos de riñón,
por lo general con muy buenos resultados, de los que salen beneficiadas las
glándulas suprarrenales. Pero sobre todo, la naranja ayuda a combatir el
estreñimiento. Sus fibras de celulosa facilitan los movimientos peristálticos
necesarios para que se produzca la expulsión de las materias de deshecho. La
naranja, además de provocar la expulsión, limpia el tracto intestinal y
destruye la flora microbiana patógena del colon con una eficacia superior a la
de los laxantes químicos e incluso a la de los poderosos yogur y kefir.
Cura
de naranjas
Cuando
se goza de buena salud, la cura de naranjas evita que se produzcan todas esas
disfunciones. Al realizar una limpieza y estimulación de los órganos
proporcionan vitalidad y buena forma, y también eliminan las molestias
derivadas de la sobrecarga de elementos nocivos: mareos, sequedad de boca,
jaquecas, mal color de la cara, suciedad de la sangre,…
Antes
de poner en práctica una cura de naranjas, se debe tener en cuenta la actividad
que se va a desarrollar puesto que el descanso la hará más beneficiosa. Tres
días de dieta a base de naranja, efectuada en un lugar tranquilo y acompañada
de paseos relajantes, aire puro y respiraciones profundas darán muy buenos
resultados y más de una jaqueca como consecuencia de la movilización de
residuos que ya han comenzado a expulsarse. Por ello, un largo fin de semana es
una buena ocasión para esta limpieza del organismo.
Poner
en orden el organismo
Sin
embargo, cuando resulta difícil hacer acopio de voluntad para este régimen de
tres días se puede disponer con cierta frecuencia de un día más tranquilo a la
semana para poner en orden el organismo.
La
temporada de la naranjas es muy dilatada. Desde que aparece en octubre la más
temprana hasta que en julio termina la más tardía, se turnan diecisiete
variedades de naranjas y mandarinas que proporcionan excelentes oportunidades
de suministrar al cuerpo la cantidad suficiente de vitamina C, necesaria para
afrontar las gripes, catarros y efectos de la contaminación de invierno.
Naranja
para Todo
A la
naranja se la considera la fruta reina de los meses fríos. Las de zumo suelen
ser más ácidas que las naranjas de mesa. Junto a mandarinas, limones y pomelos
es una de las producciones más significativas de la agricultura española. Con
ella se pueden elaborar numerosos platos: ensalada de endibias a la naranja;
lenguado a la naranja; pato a la naranja; helado; sorbetes;…
Siempre
que se ralle una cáscara de cítricos, no se debe incluir la parte blanca ya que
amarga bastante. Si una naranja estuviese un poco seca, es aconsejable
sumergirla en agua templada unos minutos. De esta forma se conseguirá extraer
todo su zumo. La piel se desarrugará un poco pero, quizá, no esté en
condiciones de ser rallada. Las salsas de naranja que acompañan carnes o
pescados se pueden endulzar con azúcar moreno. Le dará un color más dorado
Arma
eficaz en Invierno
La
mayoría de la gente comienza a concienciarse de lo saludable y necesario que es
llevar una dieta equilibrada en donde la fruta esté muy presente. La dieta
mediterránea incluye la fruta, y entre ella, los cítricos como piezas
esenciales.
Una
época del año en la que se recomienda de forma especial hacer uso de los
cítricos -naranjas, limones, mandarinas, pomelos- es el invierno, coincidiendo
con su tiempo de maduración y mayor excelencia en la calidad de sus vitaminas.
Es precisamente la vitamina C, cuyas concentraciones se encuentran en gran
medida en los cítricos, la que conviene tomar en cantidades generosas de cara
al invierno, ya que ayuda a combatir los catarros tan típicos de estas fechas.
Está
demostrado además, que la ingestión de alimentos que contengan vitamina C,
fibra y minerales, como es el caso de los cítricos, tiene efectos beneficiosos
para mantener el bienestar general de la persona. Hay quienes prefieren, y con
razón, antes que las típicas pastillas solubles de vitamina C concentrada,
tomar una cantidad elevada de cítricos en estas épocas, ya sea naranjas crudas
o zumos, mandarinas o zumo de pomelo por las mañanas.
La
cantidad justa
Esta
es una forma sana y natural de combatir los incómodos catarros que en estas
épocas otoñales y de invierno parecen no salir de las casas. Tampoco hace falta
que la cantidad de cítricos que se ingieran al día sea tremenda, hay médicos
que recomiendan un solo zumo diario, preferiblemente por las mañanas. Para los
más arriesgados queda el tomarse un zumo de limón rebajado en agua, con o sin
azúcar, contiene unas tremendas propiedades antioxidantes y depurativas.
Esta
es una recomendación que hacen la mayoría de los médicos, para quienes es
esencial tomar cada día un zumo de naranja recién exprimida, ya que así este
conserva mejor todas sus vitaminas, en especial la vitamina C con un alto valor
antioxidante. Otra de las propiedades de esta vitamina es que ayuda a que se
reparen mejor las fisuras de los huesos.
Otras
propiedades
Pero,
además de estas propiedades anticatarrales, los cítricos están catalogados como
beneficiosos para ayudar a combatir otras enfermedades. Cientos de estudios han
llegado a la misma conclusión: los nutrientes que se encuentran en la fruta de
este tipo, ya sea ingerida cruda o en zumos, juegan un papel muy importante en
la reducción de riesgo de padecer cáncer y enfermedades del corazón.
Hacer
algunos cambios en la dieta y en el estilo de vida habituales, puede ayudar a
una persona a reducir los riesgos de padecer ciertos tipos de cáncer. Estudios
recientes realizados por el Instituto Nacional de Cáncer (Estados Unidos) han
demostrado la relación directa entre los nutrientes que se encuentran en los
cítricos -entre ellos la vitamina C- y la reducción de algunos cánceres.
¿Y el
peso?
Los
cítricos son también esenciales en una dieta para equilibrar el peso. Son una
fuente natural de potasio y sodio. Las investigaciones llevadas a cabo
demuestran que realizar un ejercicio regular e ingerir una dieta con alto
contenido de fruta y vegetales y pobre en grasas, contribuye muy positivamente
a mantener un peso saludable.
En
España contamos con una gran producción de cítricos, de hecho somos uno de los
primeros productores mundiales. Al año se cultivan unos cinco millones de
toneladas. Más de la mitad es de naranjas y una tercera parte de mandarinas. Se
exportan entre un 50 y un 60% de lo producido y Europa es la principal zona en
la que se distribuye.
Actualmente,
existe una actividad investigadora sobre estos alimentos que lleva a cabo el
Instituto Valenciano de Investigaciones Agrarias. Se están estudiando varios
aspectos como: la mejora del material vegetal (mejora genética y sanitaria, por
ejemplo); técnicas de cultivo (nuevas plantaciones, riego, mejora de la calidad
de la fruta); fisiología y nutrición (mejora de la productividad), etc.
Consejos
Los
zumos de naranja son buenos entre horas. Mientras que en el desayuno, comida y
cena se debe comer la pieza entera y masticarla lentamente. En cuanto a la
cantidad, se comenzará por un kilogramo diario para ir aumentando
progresivamente hasta satisfacer el hambre. Esto es importante, porque su
eficacia depende de la cantidad ingerida y del alto grado de acidez de la
naranja, aunque también las más dulces son buenas para realizar una cura.
Cuando
se opta por una dieta depurativa de más de un día. Junto a las naranjas se
puede consumir pan integral tostado, copos de trigo o avena cocidos con
cebolla, ocho o diez ciruelas secas y previamente remojadas, o dátiles. Otra
posible alternativa consiste en sustituir durante una temporada el desayuno o
la cena por cinco o seis naranjas.
La
primavera brinda la oportunidad de mezclar naranjas con fresas. Este plato- al
que se le puede añadir miel-, que contará con una aportación de vitamina C muy
alta y una capacidad diurética y oxidante muy reforzada por la acción de las
fresas, ha de estar presente sobre todo en las mesas de las personas con
anemia, albúmina, reumatismo o catarros crónicos.
Para
aprovechar al máximo sus ventajas es necesario saber consumirla. Y, por lo
tanto, saber combinarla. La manera óptima de ingerirlas consiste en
acompañarlas de pan tostado, higos, dátiles, queso de soja, plátano, piña,
miel, fresas, arroz hervido sin aceite o, por supuesto, solas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario