A pesar de que todos tenemos un alma maravillosa que, en la mayoría de
los casos, está directamente conectada al universo y a su fuente de energía, de
vez en cuando, cuando el alma abandona este plano dimensional (la persona
muere), ocurren ciertos problemillas que se pueden convertir
en incomodidades e inconvenientes y que dan lugar a los
llamados espíritus, fantasmas o poltergeist.
Espíritus anclados
en nuestra dimensión
Cuando morimos, por definición, nuestra alma inicia un ascenso hacia
dimensiones superiores saliendo de nuestro plano y volviendo así al “hogar”
donde se inicia otra etapa de aprendizaje, reposo, preparación para
otra vida, etc. El recorrido hacia estos otros planos se hace acompañado de
unos guías o seres que trabajan exclusivamente en la “recolecta” y
acompañamiento de almas de personas que acaban de fallecer, y se encuentran muy
a menudo en sitios como hospitales. Estos seres acompañan al alma fuera de la
influencia de la energía de esta dimensión para que puedan cruzar al “otro
lado”.
Sin embargo, ocurre (mucho más a menudo de lo que nos pensamos), que
muchas personas mueren en estado de shock, presas del pánico, en
situaciones extremas, o simplemente son personas que tienen tanto miedo a la
muerte, que cuando fallecen, no quieren o no pueden aceptar que han de irse, y
literalmente, no hacen caso de la llamada de estos seres que vienen a
recogerla. Estas almas se convierten en espíritus “errantes” y se quedan,
en casi todos los casos, cerca de algún ser o familiar querido, que
les sirve de fuente de energía para subsistir como “ente”.
Estos espíritus pueden darse cuenta que ha fallecido, pero se niegan
a abandonar este plano, por lo que, con el consentimiento o no de aquellos a
los que se anclan, se mantienen en los planos inferiores del astral donde
sobreviven de la energía del aura de la persona a la cual están enganchados.
Fantasmas
Cuando un espíritu lleva cierto tiempo desencarnado pero
atado todavía a nuestro plano dimensional, puede empezar a conocer
“trucos” para obtener energía sin depender del todo del aura de la persona que
tiene como “fuente”. Estas almas pueden llevar decenas de años muertas, y han
aprendido a sobrevivir a partir de la energía del entorno, de varias personas a
la vez, del inconsciente colectivo, etc. Puesto que tienen cierto control
y poder sobre su fuente de alimento, no dependen tanto de una sola persona y
pueden moverse más a sus anchas. En todo caso, no tienen porque causar ningún
tipo de problemas, simplemente están ahí deambulando porque se sienten todavía
ancladas a su vida anterior en la Tierra, y no encuentran o no quieren ver la
forma de salir de aquí.
Poltergeist
Un poltergeist ya es algo más serio, porque se trata de fantasmas que
llevan tanto tiempo (cientos de años incluso) desencarnados pero en nuestro
plano dimensional, que han dominado el tema de la energía, y no solo viven
tranquilamente del entorno, sino que además pueden conscientemente manipularlo,
mover objetos, hacer ruidos, etc. No son dañinos por si mismos, sino que buscan
reconocimiento y que se les ayude a salir de la situación en la que
se encuentran porque por ellos mismos ya no encuentran un modo de “cruzar al
otro lado”. Un poltergeist es como un niño de cinco años, con las mismas
rabietas y pataletas cuando no les hacemos caso, pero obviamente con otra forma
mucho más caótica de expresarlo. Los poltergeist suelen estar
anclados a un lugar, y no a una persona, por lo que saliendo del lugar donde se
encuentra directamente evitamos sus “jueguecitos”. Para ayudarlo a que de una
vez salga de esta dimensión y vuelva a su “hogar” es necesario
evidentemente todo un trabajo de limpieza energética del sitio donde
se encuentre.
Así que ya sabéis, un alma no siempre lo tiene fácil para
volver “a casa” tras haber muerto el cuerpo que ocupa, y cuanto más tiempo pase
y tarde en cruzar más complicada se le vuelve la situación. No por eso
hemos de temer estás cosas, aunque evidentemente han sido tan explotadas por el
cine y la televisión que quien no se asusta cuando ve un fantasma!
fuente:DavidTopí
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