La cereza es uno
de los mejores alimentos antioxidantes. La cereza ( Prunus
cerasus ) se ha considerado desde siempre como una de las mejores
frutas para depurar el organismo y liberarlo de toxinas.
Las
propiedades depurativas de este alimento provienen especialmente de su riqueza
en antocianinas. Las antocianinas son pigmentos de color morado que
pertenecen al grupo de los flavonoides. Éstos proporcionan
los colores a muchas frutas. En el caso de las cerezas son los
responsables del color rojo-morado tan llamativo.
Las
antocianinas, como el resto de flavonoides, poseen propiedades
antioxidantes muy destacadas, capaces de neutralizar los radicales
libres que son los principales responsables de la aparición de muchas
enfermedades degenerativas como la artritis, el cáncer o
el Alzheimer. Hay que destacar la importancia de estos componentes en la
prevención de las enfermedades cardiovasculares que se van
adquiriendo con el proceso de envejecimiento. Este componente es capaz de
proteger el corazón favoreciendo la circulación. Entre sus funciones
principales también se encuentra la protección de los capilares de la retina,
por lo que desempeña un papel fundamental en la conservación de la vista.
No
menos importante resulta la acción de las antocianinas, combinadas con la
vitamina C y los aminoácidos, en la prevención del envejecimiento de
la piel y del cuidado de las uñas y el cabello. Estos
componentes tienen la capacidad de neutralizar la acción de los radicales
libres sobre el las células de la piel, de manera que nos protegen de la
aparición de arrugas, manchas, flaccidez y otras anomalías
de este órgano y nos ayudan a mantener un aspecto más joven.
Las
cerezas son las frutas más ricas en antocianinas
Estudios
realizados en la Universidad de Arizona por el equipo de la doctora Cinthya
Thomson sobre la composición de esta fruta demostraron que la capacidad
antioxidante de la cereza se debe a su alto contenido en antocianinas, con un
contenido muy superior a otras frutas que tienen una gran reputación de
contener este mismo principio. Las cerezas contienen unos 82 mg por taza, las
más ricas, superando a las ciruelas ( 12 mg por taza), las frambuesas ( 38, 7mg
por taza) y a las uvas negras ( 44,9 mg por taza).
Además
de las antocianinas, estos estudios demostraron que las cerezas eran muy ricas
en otros componentes antioxidantes como la quercetina, melatonina y otros
fitoquímicos. Destacaban la gran riqueza en componentes de esta fruta comparado
con el poco poder calórico que proporciona y recomendaban que fuese incluida en
la dieta habitual como uno de los mejores alimentos depurativos y antioxidantes.
De
hecho la cereza figura en la lista del Departamento de Alimentación de Estados
Unidos como uno de los alimentos con más poder antioxidante.
La
fruta ideal para las dietas depurativas
Según
la mayoría de los especialistas en alimentación, consumir unos 200 gr diarios
de cerezas puede ayudar a prevenir o mejorar muchas enfermedades. Igualmente
importante resulta su ingestión para mantener un aspecto joven y saludable.
La
capacidad depurativa de los antioxidantes combinada con su riqueza en agua, que
supera el 80 %, su carencia de grasa y su elevado contenido en potasio, un
mineral muy adecuado para solucionar la retención de líquidos, combinado con la
falta de sodio la hace ideal en las dietas depurativas. Igualmente le ayuda en
este sentido su elevado contenido en vitamina C, uno de los principales
antioxidantes. Bien conocida resulta la dieta de cerezas que consiste en beber
de 1 a 2 litros diarios de zumo de de cereza durante 3 días.
Estas
dietas depuran el organismo, liberándolo de toxinas y de ácido
úrico y ayudando a quitar grasa del organismo, por lo que se utiliza a
veces como recurso para perder peso en las dietas de adelgazamiento.
No
menos importante resultan las dietas depurativas en las personas con
enfermedades que requieren una eliminación habitual de toxinas y líquidos del
organismo para sentirse mejor. El uso de esta fruta, mediante dietas exclusivas
de este alimento o incluido de forma abundante en la dieta habitual, resulta
muy interesante para todas las personas. Entre todos ellas mencionaremos
especialmente a las personas con artritis, con gota, a las personas
con obesidad o las que sufren de hinchazón por edemas o
de celulitis. Estas mismas propiedades las hacen muy adecuadas en la
prevención de los cálculos de riñón o de vesícula.
Cerezas
para fortalecer los huesos
Por
otra parte, dada la riqueza de esta fruta en hierro, calcio y
zinc, ayudara a prevenir o combatir la anemia ferropénica (anemia por
falta de hierro), la osteoporosis o debilitamiento óseo y otros
problemas en la formación de los huesos o los dientes. Por todo ello se
recomienda comer cerezas a las mujeres que han llegado a la menopausia,
periodo en el cual suelen aparecer muchas de estas anomalías.
No
menos importante resulta, en este sentido, su inclusión habitual en la
alimentación de los niños por lo que se refiere a su crecimiento o a la salud
de sus dientes.
Hay
que tener bien presente que las dietas muy rigurosas y exclusivas de cerezas no
deben aplicarse con niños o ancianos. Su uso tampoco resulta adecuado para las
personas con problemas de insuficiencia renal o hepática.
¿Pueden
comer cerezas las personas con diabetes?
Las
cerezas se han prohibido tradicionalmente en la dieta de las personas con
diabetes. Se ha defendido que son muy ricas en azúcar y, por lo tanto, las
personas con esta enfermedad no deberían comerlas.
Las
cerezas, como el resto de las frutas frescas, contienen abundantes hidratos
de carbono aunque, como la mayoría de las frutas frescas deben figurar, de
una manera modera, en la alimentación diaria de los diabéticos. Sin embargo,
por su papel protector de la vista no pueden faltar en la dieta para la
diabetes ( en raciones adecuadas).
Las
investigaciones llevadas a cabo en los últimos años parecen defensar más sus
ventajas que sus inconvenientes en la dieta del paciente diabético. Un estudio
llevado a cabo en el Centro Cardiovascular de la Universidad de Michigan por un
equipo médico dirigido por Seymour y Bolling, realizado sobre ratones obesos,
llegó a la conclusión que los animales que se alimentaban de cerezas ácidas
presentaron al final de este experimento niveles más bajos de azúcar en
la sangre y un índice menor de grasa corporal, colesterol y
triglicéridos. Estos investigadores creen que las antocianinas son las
responsables de producir estos cambios. No se sabe todavía si estas propiedades
resultarían aplicables a los humanos, aunque tienen intención de realizar estudios
en personas próximamente.
Comer
cerezas de una manera moderada resulta adecuado para los diabéticos teniendo en
cuenta que este alimento posee uno de los índices glucémicos más bajos de todas
las frutas. Su índice de glucemia es 22. El índice de glucemia es el que marca
la velocidad con la cual el azúcar se vierte en el torrente sanguíneo. Así, por
ejemplo, el alimento que tiene un mayor incide glucémico es el azúcar o glucosa
al que le corresponde un índice de 100. La soja es uno de los alimentos
con un índice más bajo, ya que este es solo de 18 . Los mangos tienen
un índice medio de 55. Las peras tienen un índice de 35, lo cual estaría
dentro del límite de los que se considera bajo ( hasta 50). Otras frutas con
índices glucémicos bajos serían, por ejemplo, las ciruelas ( índice 24) o
los melocotones ( índice 28).
Las
mejores cerezas
Las
mejores cerezas son aquellas que se recogen o se compran bien maduras. Dado que
la cereza no madura bien en casa conviene comprarlas en su punto. Si deseamos
comerlas crudas o en zumo, es mejor comprar cerezas dulces. Si queremos
preparar tartas, pasteles, mermeladas, puddings, yogur , licores,
sorbetes, etc, es mejor comprar cerezas ácidas. En el mercado también existen
cerezas híbridas que pueden servir para todos los propósitos.
Las
cerezas se deben comprar cuando están de temporada, es decir durante la
primavera y el verano. El color de las cerezas dulces puede ser rojo o
amarillo claro. Las tonalidades del rojo varían mucho, desde el rojo claro
hasta un rojo morado. El color depende la variedad, aunque las más oscuras
suelen ser las más dulces y las que tienen una mayor proporción de
antocianinas. Las cerezas ácidas suelen tener un color rojo brillante.
Si
compramos cerezas dulces, debemos escoger las que estén bien maduras aunque
deben resultan firmes al tacto y con los rabitos bien verdes. Es mejor comprar
cerezas del país que importadas. Estas últimas contienen más conservantes para
que se mantengan en condiciones durante el transporte.
Las
cerezas con la piel muy limpia y brillante no son en muchas ocasiones las más
recomendables. Muchas veces este aspecto tan pulcro se debe a que han sido
sometidas a procesos de embellecimiento para mejorar su presencia y aumentar
las ventas. En este proceso, además de agua, se utilizan otros productos que, a
la larga, resultan perjudiciales como lacas, abrillantadores, ceras, etc.
Si es
posible elegir, mejor buscar cerezas producidas en cultivos biológicos, en los
que no se hayan utilizado pesticidas, fungicidas, herbicidas u abonos químicos.
Las
cerezas son un fruto que se cómo con piel, por eso, procedan de donde procedan,
es necesario lavarlas bien antes de su consumo. Se deben guardar en la nevera
para que no se estropeen, pero sin lavarlas antes. No conviene colocarlas junto
a otros alimentos muy aromáticos porque absorben sus olores a través de su
piel.
Cuidado
con los huesos de las cerezas!!!
Los
huesos de las cerezas contienen en su interior las semillas. Las semillas
de las cerezas, como la mayoría de las semillas de las rosáceas, son ricas en
glucósidos cianogenéticos, unos componentes que desprenden cianuro cuando se ingieren.
Resulta prácticamente imposible acceder a la semilla si no rompemos el hueso
que la protege, por lo que, aunque traguemos alguno de ellos, este se libra
entero con las heces. No obstante conviene advertir a los niños que no rompan
los huesos para conseguir las semillas porque son tóxicas y que es mejor no
tragar los huesos porque podrían resultar indigestos.
El
aguardiente de cerezas o " Kirsch"
Otra
cuestión diferente la constituye los preparados alcohólicos con estos frutos.
En Alemania se prepara el " Kirsch". Su nombre procede del
alemán"Kirsche", que significa cereza. El auténtico" Kirsh"
se elabora con las cerezas del cerezo negro silvestre centroeuropeo , aunque se
puede obtener por fermentación del jugo de cereza del cerezo dulce ( Prunus
avium) o ácido ( Prunus cerasus) . Se trata de una bebida
alcohólica muy aromática que se puede beber sola o con otros licores en
cócteles, para aromatizar tartas, etc. La destilación destruye los componentes
tóxicos, por lo que, fabricada de esta manera no presenta más toxicidad que la
propia de cualquier bebida alcohólica.
Antiguamente
se confeccionaba exclusivamente con el cerezo ácido y se incluía en su
fabricación el hueso triturado. Por lo tanto la semilla incluida en este
producto producía la disolución de los glucosidos cianogenéticos , los cuales
en cantidades pequeñas, como aromatizantes, pueden no resultar dañinos, pero en
cantidades más elevadas pueden ser tóxicos.
Desafortunadamente,
existen en la actualidad en Internet numerosas recetas de cómo preparar "
Kirsch" casero que deberían desestimarse porque incluyen en su preparación
los huesos de la cereza machacados y macerados en alcohol durante dos o tres
semanas.
Licor
de marrasquino
El
marrasquino es un licor que se obtiene por destilación de las cereras de
Marasca ( Prunus cerasus var. marasca) un tipo de cerezo ácido que
crece en el norte de Italia, Croacia, Bosnia Herzegovina y Eslovenia. En su uso
se utilizan los huesos triturados que son los que le proporcionan su olor
típico a almendras. Para que resulte más dulce se le añade azúcar o miel.
Deben evitarse los preparados caseros que pueden contener dosis superiores a lo
permitido y resultar tóxicos.
Fuente:Botanical
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