La
cebolla es miembro de la familia Allium y es rica en azufre, que contiene
compuestos que son responsables de su olor acre y de muchos de los efectos
beneficiosos para la salud que tiene este bulbo.
Beneficios
cardiovasculares
Hay
pruebas de que los compuestos de azufre presentes en la cebolla tienen
capacidad anticoagulante y ayudan a prevenir la formación de grumos no deseados
de las plaquetas de la sangre. También se ha demostrado que los compuestos de
azufre de la cebolla pueden hacer disminuir los niveles de colesterol y
triglicéridos de la sangre y también mejorar la función de la membrana de los
glóbulos rojos. Los beneficios de la cebolla en el contexto general de la dieta
se extienden a la prevención del infarto del corazón. El contenido de
flavonoides de la cebolla explica estos resultados de la investigación.
Beneficios
para los huesos y tejido conjuntivo
Estudios
en humanos han demostrado que la cebolla puede ayudar a aumentar la densidad
ósea y aportar beneficios especiales a las mujeres en edad menopáusica que
experimentan pérdida de densidad ósea. Además, hay pruebas de que las mujeres
que han pasado la edad de la menopausia pueden reducir el riesgo de fractura de
cadera comiendo diariamente cebollas.
En
esta investigación sobre la densidad ósea en las mujeres mayores, se observó
que la ingestión escasa de cebolla —por ejemplo, una vez al mes o menos— no
aportaba mucho beneficio. El consumo diario de cebolla favorece el
mantenimiento de la densidad ósea.
Por
esta razón no conviene que escasee la cebolla cuando se define un plan de dieta. El
alto contenido de azufre de la cebolla puede proporcionar beneficios directos a
su tejido conjuntivo*, para cuya formación se necesita azufre.
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