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jueves, 27 de febrero de 2014

Y TU, ¿A QUE ESPERAS PARA CAMBIAR TU VIDA?

Muchos nos hacemos esta pregunta cuando vemos a gente en una situación límite, personas que ves que tienen lo que yo llamo “no-vida”. 

Son personas que están consumidas en sí mismas, por situaciones que las absorben y que incluso las llevan a la autodestrucción.

¿Qué es lo que les frena? La palabra es miedo. 

Miedo a salir de la zona de confort, miedo a lo que pueda suceder si toman acciones para cambiar esa situación, miedo a desprenderse de personas que les frenan, miedo a hacer un viaje interior para descubrir que es lo que les está mermando física y psicológicamente, hasta que llegan a una edad en la que se dan cuenta que han estado viviendo un espejismo, una vida que no es la que habían soñado hacer cuando eran pequeños.

Desgraciadamente, no se puede ayudar a nadie que no quiera ser ayudado, ni se puede cambiar a nadie que no quiera hacerlo. Es un trabajo que debe realizarse de forma individual, un viaje profundo hacia el interior para desechar todos aquellos lastres y corazas que hemos ido acumulando durante los años, que nos han hecho vivir en una burbuja, sin apreciar las maravillas del entorno que nos envuelve.

¿A cuántas personas mayores les escuchado decir … “Lo que haría si tuviera tu juventud y supiera lo que sé ahora”?

¿Porque no cumplimos los sueños y deseos que tenemos cuando somos pequeños? 

La sociedad, nuestro entorno, incluso nuestras propias auto exigencias nos marcan una serie de pautas que hacen que olvidemos a ese niño fantasioso, lleno de luz y de alegría que podía con todo, que nada ni nadie le detenía cuando se proponía hacer algo, el que actuaba dejándose llevar por su ímpetu e impulsos.

Desde pequeños nos inculcan miedos y decretos que nos frenan para ser lo que somos en esencia y a medida que nuestra vida avanza, vamos cargando con más y más lastres y vamos poniendo más y más corazas, hasta que incluso podemos llegar a aislarnos completamente de nuestra misión y propósito, a aquello que hemos nacido predestinados, sin poder potenciar nuestros dones. Esto nos lleva a sentirnos vacíos, incluso estando en pareja y rodeados de gente.

Buscamos en ellos aquello que realmente buscamos en nosotros mismos. Proyectamos en terceros nuestras carencias, intentando llenar un vacío que tan solo se llena cuando se inicia la búsqueda hacia tu interior.

Hay mucha gente que cambia radicalmente de vida una vez ha tenido que superar una situación límite: Un accidente de tráfico, una enfermedad muy grave… Estas situaciones hacen replantearte tu modo de vida: cambiar de trabajo, pareja e incluso entorno que te envuelve. Pero ¿Es necesario llegar a estos límites?

Desgraciadamente solo reaccionamos cuando se activa nuestro instinto de supervivencia. Hay miles de técnicas para poder ayudarnos a hacer el cambio: Profesionales, cursos de crecimiento interior, libros de autoayuda… Pero realmente la única herramienta válida es una: “COMPROMISO CON NOSOTROS MISMOS PARA REALIZAR EL CAMBIO”. A partir de ahí la vida te pondrá aquello que necesites y personas que te guíen en el camino que debas emprender al salir de tu zona cómoda para descubrirte a ti mismo y al mundo.

Recuerda: No se pueden cambiar las circunstancias, pero sí la forma en que tú las afrontas. En el momento que tú cambias, el entorno que te rodea también lo hará. No es un camino fácil, pero sí que vale la pena hacer.

Nuestro poder interno está en nuestro niño interior. Conecta con él, busca su esencia y él te guiará hacia lo que realmente eres y quieres ser. Déjate fluir, Juega, disfruta, ríe, vive…  

¿Qué pasaría si supieras realmente lo poderoso que puedes llegar a ser? ¿A qué esperas para cambiar tu vida?



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