Esta técnica es muy sencilla y solo requiere unos pocos pasos. Empezando
por una relajación normal, nos concentramos en pensamientos, ideas, canciones,
imágenes que eleven nuestra frecuencia y nuestra vibración.
Hemos de intentar hacer la comunicación lo más fácil posible y es mucho
más complicado para nuestros guías reducir su frecuencia hasta algo parecido a
la tercera dimensión que nosotros intentar incrementar la nuestra.
El proceso es básicamente crear un canal más limpio y claro para que las
ondas, pensamientos, energía pueda atravesar las múltiples barreras
dimensionales que nos separan. Incrementar tu vibración es hacer algo o pensar
algo que te haga sentir mejor, más alegre, más feliz.
Abriendo los chakras
El siguiente paso es abrir nuestros chakras, los centros energéticos del
cuerpo, que van a influir y mucho en la calidad de la comunicación que podamos
obtener. Para abrir los chakras podemos hacer cualquier ejercicio de
visualización que conozcamos para imaginarlos rotando, expandiendo su energía,
desde el chakra base hasta la coronilla. A mí me gusta sentir que el último
chakra, en la cabeza, está conectado al universo, es como el túnel que sale de
mí y se expande hacia arriba y por el cual van a circular mis mensajes y voy a
recibir otros.
Creando un lugar de
encuentro
Cuando nos sentimos cómodos hemos de empezar el encuentro. Debes
imaginarte a ti mismo subiendo hacia arriba, donde quieras, pero hacia arriba,
por una escalera, un ascensor, un túnel. Debes ascender, lo cual es lo mismo
que intentar moverte hacia las dimensiones superiores donde se encuentran tus
guías. Échale imaginación. Yo siempre subo por una escalera de mármol enorme, y
tras varios pisos (suelo imaginar que cada piso es una dimensión más) me
encuentro a un simpático anciano que es el guardián de la dimensión donde
residen mis guías. Cada cual que imagine lo suyo. Yo entro por la puerta de esa
dimensión y me voy directo a la “casa” de mi guía (ya conozco el camino de
memoria. Es un lugar que a mí me influye serenidad, relajación y horas de
charla. Visualiza lo que más te convenga: una cabaña en las montañas, un
acogedor salón con chimenea, un café con mullidos sofás, etc.
Tus guías estarán allí esperándote. Salúdales y habla con ellos.
Imagínate la conversación. No importa lo que sea que digas o no digas. Al
principio de todo, yo me imaginaba siempre ofreciéndome una taza de té
energético que me venía de perlas para cargar pilas, a partir de aquí empezaba
la conversación en mi mente.
Dale tiempo al tiempo
Esta conversación que al principio es totalmente imaginaria, derivará con
el tiempo en respuestas o ideas o sentimientos que parecen no provenir de tu
mente. Estarás recibiendo realmente información de tus guías y es un gran
momento ya que empezaras a notar esos mensajes e indicaciones. Pregunta siempre
a tu yo superior o tus guías que es lo más importante que quieren que sepas, e
intentar captar la respuesta. No tengas prisa, a veces los mensajes llegan
horas o dias más tarde cuando estas durmiendo, duchándote o dando un paseo y de
repente lo notas, y lo sabes, que es la respuesta a tu pregunta.
Disfruta de la comunicación y práctica muy a menudo, que el canal este el
máximo de tiempo abierto. Con la experiencia, tus guías aprenderán también a
adaptarse a tu vibración y frecuencia y sabrán como transmitirte sus mensajes
de forma más clara.
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