“Hombre” era un ser humano que
estaba a punto de sufrir un ataque al corazón. Una mañana experimentó fuertes
enojos, tristezas y situaciones que lo hicieron explotar interiormente.
Hombre llevaba una vida tan
adormecida y alejada de la conexión interior, que en realidad no sabía
conscientemente lo que le estaba sucediendo.
Esa noche, Hombre tomó
pastillas para dormir. Ésa misma mañana había firmado el divorcio con su
(ahora) ex mujer. Luego de realizar miles de intentos por mejorar la relación,
Hombre ha terminado siguiendo fielmente el registro de su ADN, ya que al igual
que sus padres, han terminado en la destrucción de la familia y el matrimonio.
Los negocios y el trabajo han
empeorado en su vida; el rendimiento de las ventas de su empresa han disminuido
notablemente debido a una falta de control, equilibrio y buena comunicación con
sus empleados.
Hombre, un ser humano de 59
años de edad, ha repetido la misma historia de sus padres…
Su conciencia humana y
cuatridimensional no se ha detenido a reflexionar, discernir y encontrar una
verdadera solución a todo lo que le pasa.
Esa noche Hombre ingresa en un
sueño profundo, efecto producido por los calmantes y medicamentos que ha
ingresado a su cuerpo para que relajase su maquinaria interna, la cual no puede
parar con el poder de su conciencia. Por ello decide algo externo a él que
pueda ayudarlo. Sencillamente es un acto de ignorancia ya que Hombre no sabe
que existen otras maneras de calmar todo el tormento emocional y mental que
está experimentando. Lo más cómodo en esos momentos es recurrir a lo que es
“conocido” para su conciencia.
Lo que Hombre no sabe es que su
corazón pronto va estallar. En todos sus años de vida no le ha prestado demasiadas
atenciones, se olvidó de preguntarle “¿qué es lo que él quería?”, “¿cómo se
sentía con respecto la vida que llevaban?” y lo más importante se olvidó de
honrar a ése órgano tan importante, que más que un órgano físico y
tridimensional es un motor interdimensional que les permite a los seres humanos
conectarse con la sabiduría y el amor de Dios, El Padre.
Hombre se introduce en un sueño
muy profundo… De repente aparece en un lugar extraño. Experimenta la sensación
de estar despierto, pero en realidad hay una parte en su conciencia que sabe
que está dormido…
Se encuentra en un lugar que
parece tener paredes, pero en realidad crean un espejismo muy desconcertante
para su conciencia, ya que si bien se encuentra rodeado de una energía que
podrían llamarse “paredes muy cristalinas”, no acaban en ninguna parte, se
extienden hacia lo infinito y a su vez parecen estar ahí…
Hombre se encuentra sentado en
ése lugar durante el sueño esa noche…
Observa para todas partes, y
pregunta: “¿hay alguien aquí?”. Solo escucha un eco de regreso con su propia
voz.
Al cabo de unos momentos Hombre
escucha una voz que le dice: “Querido Hombre Yo Soy Tu Corazón”
Hombre no puede creerlo, a
pesar de estar soñando y ser consciente de ello, no comprende “¿qué hace su
corazón hablándole desde afuera de su cuerpo?, y ¿cómo es posible que pueda
hablar o expresarse?”.
Hombre comienza a hacer fuerza
para irse de ese lugar, todo le parece disparatado y sin sentido. Regresa a su
estado normal, que a decir verdad es el estado de adormecimiento, ya que en el
lugar que había estado en el sueño era más real de lo que su conciencia humana
podía imaginar.
Se levanta de la cama, prepara
un te de tilo para intentar seguir durmiendo. El efecto de la medicación parece
que ha terminado y aunque Hombre intenta volverse a dormir no puede.
Sentado en el sofá de su lujosa
casa, Hombre mira una revista que algún amigo seguramente habría dejado el día
anterior.
Como no tenía nada más que
hacer en ése momento, la toma en sus manos y comienza a hojearla. Ni siquiera
había observado el nombre de la revista, pero cuando comenzó a verla se dio
cuenta que no se trataba de una revista habitual de las que él solía comprar
para ver las últimas novedades de la farándula.
Volvió hacia la tapa para ver
el nombre de la revista y se llamaba: “Vivir en comunión contigo mismo”
Todos los títulos de las notas
e información parecían estar relacionados a esos temas. En la tapa estaban
resaltados los títulos más importantes de ese ejemplar. Hubo una que llamó
profundamente la atención de Hombre. La nota decía: “Mensaje de un corazón a su
dueño”. Hubo algo que a Hombre le llamó la atención y buscó el número de página
en la que se encontraba para leerla. Casualmente la página donde se encontraba
la nota estaba marcada con un papel rojo. Pensó: “¿Quién habría dejado señalada
justo esta página?”
Dejó pasar esa duda y comenzó a
leerla, la nota decía:
Mensaje de un corazón a su dueño
Había una vez un corazón que
estaba a punto de estallar y dejar de funcionar. Como ese corazón quería seguir
viviendo decidió escribir una carta a su dueño que decía…
Querido dueño,
Antes de enfermarme necesitaba
poder expresarme por última vez ya que no soportaba esta ignorancia en el amor.
Fueron tantos años recibiendo abandonos, carencias e ignorancias que mi motor
se ha desgastado con el tiempo de mal uso. No quisiera dejar de funcionar y
hacer lo que vine a hacer a este mundo: “vivir en tu cuerpo y ser el motor de
la circulación en él”. He retenido muchas injusticias, miedos, desamor y ahora
siento que mi motor se esta apagando…
Antes de terminar las poquitas
reservas de combustible que tenía guardadas quería preguntarte si estás
dispuesto a ayudarme a sanar. Lo que preciso para funcionar libremente es muy
simple y deseo que me lo puedas otorgar.
Y quizá tu me preguntes, “¿qué
necesitas querido corazón de mi cuerpo?”. Y te diré que es simple, lo que
necesito se llama “atención, amor y cuidados de tu parte”. Necesito poder
expresar todo el dolor que he acumulado, pero si tu me reprimes lo seguiré
guardando, archivando y todo eso comenzará a estallar ahora. Has guardado en mi
el resentimiento hacia tus padres, hacia la gente y la sociedad, y por nunca
parar con tus actividades humanas jamás te has detenido a pensar en todo lo que
has experimentado.
Querido dueño, sé que te
hubiese gustado decirle a tus padres y seres queridos cuánto los amabas, pero
por orgullo, miedo y probablemente no saber cómo expresarte te lo has guardado…
Y aquí estoy yo pidiéndote ahora que me liberes de todos estos sentimiento que
decidiste archivar.
Tampoco me has permitido
expresarme a tiempo y en el momento oportuno con respecto a algunas
desilusiones y necesito decirte que toda esa masa de emociones retenidas están
a punto de hacerme estallar…
Todo ese cúmulo de tristezas
han opacado el brillo que sé consciente que tenía, han apagado mi color e
imposibilitado mi expresión… Pero, ¿qué querías que hiciera?, si dependo de ti
y el poder de tu conciencia para determinar si puedo o no sanarme.
He dejado de funcionar como
debería, he dejado de expresar como sabía hacerlo y como se me indicó cuando
fui creado por Dios. Él me explicó cómo debía funcionar estando encarnado aquí
en tu cuerpo. Pero cuando quise expresarme, tú querido dueño me lo impediste, y
ahí quedé yo inundado de cosas por decir y sentimientos que irradiar.
¿Cómo puedo hacerlo si cuando
quiero liberar todo el amor que tengo tu me reprimes por tus miedos a ser
lastimado? Entonces me escondes y mi fuego se va apagando.
Quiero decirte que mi
combustible ahora está en reserva, experimento un colapso emocional ya que se
han acumulado y juntado muchas cosas que no pudieron ser liberadas a tiempo y
en el momento oportuno. Cuando despediste a tu mamá te dije: “Perdona todo lo
sientas que te haya dañado y dile que la amas”, y tú estabas a punto de decirlo
y finalmente te ganó el orgullo y el temor a revivir la ignorancia.
Estoy soportando las últimas
tristezas… Los últimos impulsos de mi motor se están agotando porque necesitan
calor y atención de tu parte. Soy consciente que tú también le exiges al mundo
que te reconozca y te brinden atención para poder llenar esa carencia y
ausencia de amor que quedó cristalizada en la ilusión del pasado por todas las
situaciones vividas, pero tú eres mi dueño, tú eres el comandante de este barco
y sin tu libre elección de ayudarme yo me muero.
Necesito amor, ya que sin amor
mi fuego se apaga.
Necesito amor, ya que sin amor
mi fuego se apaga.
Necesito amor, ya que sin amor
mi fuego se apaga.
Firma: Tu corazón
Hombre estaba impactado por
aquel mensaje del corazón a su dueño. Había impactado de tal manera que sin
darse cuenta, durante la lectura había liberado un par de lágrimas. Al cabo de
unos momentos Hombre tomó conciencia de lo que le estaba haciendo a su corazón
y a su propio cuerpo. Reflexionó acerca del hecho de que él nunca le había
prestado atención y que llevaba toda una vida de acumulaciones negativas que
dañaban a su corazón.
Hombre cerró sus ojos y habló
con su corazón en ése momento. Le dijo en voz alta:
“Querido corazón, perdóname. No
ha sido mi intención consciente estar alejado de ti y de tu esencia en todos
estos años. Dime tú, ¿qué es lo que quieres liberar ahora? y dime ¿cómo podemos
expresar todo lo que llevas guardado?. No quiero que lleguemos al estado en el
que estaba el corazón que escribió el mensaje que acabo de leer. ¡Perdóname
querido corazón, lo siento mucho!. Tú sabes que te amo y te honro por ser parte
de mi y permitirme vivir en este mundo. ¿Sabes? A partir de ahora te hablaré
más seguido, te honraré y escucharé a través de mi intuición lo que tu
necesites para estar feliz”
El corazón de Hombre comenzó a
latir más fuerte. Pudo notar que algo se avivaba en él cuando pronunciaba esas
palabras. Finalmente el corazón de Hombre le irradió una energía de felicidad y
alegría.
A partir de ese día Hombre
cambió su perspectiva de vida y comenzó a honrar cada parte de su propio
cuerpo. Ser consciente de su biología era sinónimo de amarse a sí mismo y amar
a Dios, El Creador.
Hombre nunca supo conscientemente
que el mensaje de ése corazón a su dueño era en realidad la expresión de su
propio corazón que lo había conducido a sincronizar ése momento para que leyera
esa carta.
Hombre cambió su vida y comenzó
a expresar más, a tal punto que se convirtió en un “maestro de la expresión”.
Nunca más se guardó un sentimiento, cada vez que experimentaba situaciones
donde él percibía que debía “expresar” hablaba con su corazón y le decía:
“exprésate amado corazón, eres libre para hacerlo”.
Luego de un tiempo de
reflexión, Hombre escribió una oración que tituló: “La oración del
auto-reconocimiento” para honrar su ser, su biología y jamás olvidar que cada
órgano es un ser viviente con conciencia propia y de todas las demás.
Hombre definió a su cuerpo como
un gran sistema compuesto por otros sistemas. Cada sistema tiene conciencia
propia y sabe cual es su función individual y grupal, y a su vez todos los
sistemas vibrando al unísono forman una totalidad que funcionará como un
perfecto equipo. Si una parte del sistema está mal o dañada, afectará a la
totalidad, por ello realizó la siguiente oración para mantener todos sus
sistemas en armonía.
Oración del auto-reconocimiento
Amado cuerpo voy a hablarte a
ti como una totalidad y entidad viviente, pero a su vez también me dirigiré a
tus partes…
Amados pies, los honro y los
amo por ser mi sostén en este mundo. Gracias por acompañarme y pisar firme en
cada caminata por esta tierra. Los honro por transportarme hacia todos los
lugares que deseo ir y por permitirme desplazarme en este hermoso suelo.
Gracias por conducirme hacia mi trabajo para poder desarrollar mi misión y por
permitirme el placer de conocer los hermosos paisaje de GAIA (la madre tierra).
Amados tobillos, pantorrillas,
rodillas, muslos y caderas. Las honro y las amo por permitirme andar, moverme y
desplazarme dentro este diseño y plan divino de la vida humana. Gracias por ser
mis compañeras de viaje y vivir junto conmigo tantas aventuras y viajes.
Perdónenme si las he hecho caminar o andar por lugares o situaciones en las que
no se han sentido cómodas, a partir de ahora solo andaremos por lugares y
situaciones en donde reine el amor y la luz divina.
Amado aparato reproductor
(femenino o masculino) te honro y te amo por ser la puerta de entrada y el
gestor de la vida en este mundo. Gracias por permitirme usarte para disfrutar
del placer que surge del encuentro con otra alma. Gracias por permitirme sentir
placer y ser el canal por donde fluye mi energía creativa.
Amado estómago, colon,
intestinos, hígado, páncreas, vejiga, riñones...
Los honro y los amo por ser
quienes me ayudan a digerir los alimentos y la vida. Gracias por funcionar en
perfecta armonía y permitirme alimentar sanamente a mi cuerpo. Honro cada una
de sus funciones. Perdónenme si les he hecho vivir situaciones difíciles de ser
digeridas, ahora estoy listo/a para digerirlas y procesarlas.
Amados pulmones. Los honro y
los amo por ser quienes me permiten ingresar el aire y oxigenar mi sangre y mi
cuerpo. Gracias por permitirme respirar fluida y profundamente la vida. Amados
pulmones perdóname si he permitido que alguna tristeza quedara en tu interior,
ahora estoy listo/a para liberarla.
Amados hombros, brazos y manos.
Las honro y las amo por ser los canales de mi expresión en este mundo. Gracias
por permitirme ingerir la comida, trabajar, escribir y tomar todo lo que
necesite para andar en este viaje de la vida. Amados hombros perdóname si te he
cargado más de lo necesario, si he esforzado tus capacidades. Ahora estoy listo/a
para liberarlas.
Amada garganta. Te amo y te
honro por ser el canal de mi comunicación con el mundo. Gracias por permitirme
expresar todo lo que mi interior desea. Perdóname si alguna vez no te he dejado
decir lo que querías. A partir de ahora estoy listo/a para decir todo lo que te
has callado.
Amados oídos. Los amo y los
honro por ser el canal a través del cual puedo oír y escuchar a mi prójimo.
Gracias por permitirme disfrutar de la música y las bellas palabras. Perdona si
alguna vez permití que ingresaran en ti malas palabras, agresiones o
expresiones que no sean de luz. A partir de ahora estoy dispuesto/a a permitir
que ingresen hacia ti palabras positivas de amor y luz.
Amados ojos. Los amo y los
honro por ser el canal que me permite ver toda la maravilla que Dios creó en
este mundo. Gracias por permitirme observar la vida, el arte, la flora, fauna,
paisajes… gracias por darme la dicha de poder mirar los ojos de otras personas,
y a través de ello mirar su propia alma. Si alguna vez te he conducido a mirar
situaciones inarmónicas o tristes, perdóname. Estoy trabajando activamente
desde mi lugar de individuo para que el mundo sea cada vez mejor. Para ello
trabajo primero en mi mismo/a, para ser un ejemplo caminante del cambio que
quiero ver en el mundo. De esa manera todo lo que observarás serán episodios de
amor y paz.
Amada nariz y boca. Las amo y
las honro por ser el canal que me permite “sentir” la vida. Gracias por
permitirme sentir el sabor de la comida, el olor de las flores, las bellas
fragancias… perdón si alguna vez hice algo que las pueda haber incomodado.
Amada cabeza. Te amo y te honro
por ser el comando central de mi cuerpo. Gracias por permitirme llevar el
cerebro, quien me permite procesar y razonar. Gracias por llevar en ti mi pelo,
mis ojos, boca, nariz, oídos y ser tan importante en mi cuerpo.
Amado corazón, ¡qué más puedo
decirte! Eres la esencia de la luz en mi vida, eres el amor infinito encarnado
en este cuerpo, eres el aparato que puede conducirme hacia la energía divina de
Dios. Gracias por ser quien bombea la sangre en mi cuerpo y quien permite que
mi experiencia humana continúe teniendo un fin de amor y luz en este mundo. Si
alguna vez he permitido que situaciones externas te dañen, perdóname. A partir
de ahora te permitiré liberarte, ser tu mismo para dar y recibir la energía del
amor.
Amado espíritu de mi cuerpo
gracias por ser el canal de esta experiencia humana. Por darle vida a este
magnífico cuerpo. Te amo, te honro y nos fundiremos nuevamente con el GRAN SER
cuando la experiencia en la materia se acabe.
Así es, así es, así es.
Cuando comienzas por
reconocerte a ti mismo, la necesidad de buscar reconocimiento en los demás ya
no será necesaria. Entonces sólo allí podrás ser feliz contigo mismo/a, estar
en comunión con tu ser interior y no necesitar que nadie reconozca aquello que tú
fuiste capaz de reconocer primero.
No hay comentarios:
Publicar un comentario