En las entrañas del
gigante tecnológico Google, hay un empleado que tiene una tarea inusual: hacer
más feliz a la gente y llevar más paz al mundo.
Hace unos años Chade-Meng Chen, uno de los primeros ingenieros
contratados por la firma en Mountain View, California, notó que muchos de sus
colegas se sentían agobiados y descontentos en la oficina.
Meng convenció a sus jefes de crear y encargarse de un curso que le
enseñara a los empleados técnicas de mindfulness, o concienciación
plena, para mejorar la inteligencia emocional e impulsar el bienestar.
En un guiño a su compañía, el gigante de las búsquedas, lo llamó
"Busca en tu interior", un nombre ciertamente cursi que es también el
título del libro que escribió sobre el tema.
Cuando este año asistí al festival South by Southwest Interactive (SXSW)
en Austin, Texas, me llamó la atención una ponencia suya titulada:
"Conviértete en la persona más feliz de la Tierra".
En un salón abarrotado Meng aseguró que nos enseñaría el secreto de la
felicidad "científicamente demostrado" en tres fáciles pasos.
Quedé fascinado por la charla, pero naturalmente escéptico. Así que en
las semanas siguientes, decidí probar sus consejos.
También observé más de cerca los argumentos científicos que, según él,
respaldan sus técnicas.
Primer paso:
"Calma tu mente"
Para introducir su primera recomendación, Meng presentó un corto
ejercicio colectivo de respiración.
Meng propone encontrar formas sencillas de tomar pausas durante el día y
de ser conscientes de nuestra respiración. "Si resulta demasiado difícil,
entonces no pienses en nada por un momento", bromeó.
Un estudio de 2006 encontró que quienes anotaban sus experiencias
positivas en un diario manifestaban mayores sentimientos de satisfacción con la
vida.
En su libro abunda en más detalle, concentrándose en lo que es la
meditación y cómo comenzar a practicarla.
Y cita un estudio hecho por Jon Kabat-Zinn, de la Facultad de Medicina de
la Universidad de Massachusetts, en el que se reportó que la conciencia plena
reduce la ansiedad.
Meng no es el único que sugiere que la meditación y la conciencia plena
son buenas para nuestra salud mental.
Un reciente análisis de 209 estudios encontró que contribuyen en el
tratamiento de la depresión, la ansiedad y el estrés.
Algunos investigadores incluso aseguran que la reducción del estrés,
prometida por la meditación, podría ayudar a reducir los efectos del
envejecimiento.
Aquí es necesario destacar que enfrentar la depresión y la ansiedad no es
necesariamente lo mismo que impulsar la felicidad.
Aun así, la primera recomendación de Meng parece tener cada vez más
asidero científico.
Segundo paso:
"Lleva un registro de momentos alegres"
Simplemente, mientras degustas un buen café, te ríes del chiste de un
amigo o compras la camisa que querías, dite a tí mismo: "¡Tengo un momento
de alegría!.
Cuando nos pasan cosas negativas tenemos la tendencia de aferrarnos a
ellas, mientras que las buenas son más rápidas y efímeras.
Las cosas buenas parecen tener una duración más efímera que las malas.
Meng sostiene que al reconocer conscientemente las buenas, aumentamos las
probabilidades de hacer un balance positivo y concluir que fue un día feliz.
Intuitivamente, es una hipótesis que tiene sentido.
Todos podemos identificarnos con el poder de un solo incidente, así sea
breve, que nos echa a perder todo el día, pero rara vez lo contrario parece ser
verdad.
Recientes estudios han intentado explorar este efecto. Uno, hecho por la
especialista en psicología positiva Barbara Fredrickson, indicó que necesitamos
una proporción de 3 a 1 de pensamientos positivos sobre negativos para liberar
nuestras mentes.
Sin embargo, ese estudio en particular generó controversia, ya que
algunos investigadores cuestionaron la validez de sus aseveraciones
matemáticas.
Pero otro, hecho en 2006, encontró que quienes anotaban sus experiencias
positivas en un diario manifestaban mayores sentimientos de satisfacción con la
vida.
Tercer paso:
"Deséale felicidad a otras personas"
Según Meng, los pensamientos altruistas nos benefician porque dar nos
proporciona una gran alegría, incluso más que recibir.
El campo de la “psicología positiva” apenas tiene dos décadas de
historia.
Elocuentemente, Meng argumenta la necesidad de mostrar más compasión en
nuestras vidas, pero solo cita un estudio para respaldar su afirmación de que
"la generosidad es una fuente sostenible de felicidad".
En su libro "La Felicidad: Una muy breve introducción", el
filósofo Daniel Haybron respalda la postura de Meng citando especialmente al
psicólogo Michael Argyle.
Para Argyle "solo bailar genera 'niveles de alegría' superiores que
hacer actividades voluntarias o benéficas".
Fredrickson también estudió los beneficios de una forma de meditación que
contempla pensamientos positivos sobre los demás.
Solo bailar genera
‘niveles de alegría’ superiores que hacer
actividades voluntarias o benéficasMichael Argyle, psicólogo
Le pidió a la gente poner en práctica la técnica diariamente durante
varias semanas y muchas personas dijeron sentirse más alegres y optimistas.
Sin embargo, aún estamos lejos de concluir que solo pensar bien sobre los
demás es suficiente.
Nos estaríamos engañando si creemos que desearle a otro la felicidad es
lo mismo que hacer algo en concreto, como darle un regalo o, aparentemente,
llevarlo a bailar.
La ciencia frente a
la experiencia
De hecho, cuanto más analizaba las afirmaciones de Meng, menos convencido
estaba de que estuviesen respaldadas por investigaciones existentes.
Chade-Meng Chen, Jolly Good Fellow de Google durante una charla TED.
Según Haybron hay otros factores, apoyados por estudios más sólidos,
vinculados a la felicidad, como la autonomía, el trabajo satisfactorio y
calificado, las relaciones y el amor, el dinero, la seguridad y el
desprendimiento hacia cosas que podríamos perder.
Y, sin embargo, al mismo tiempo cuanto más ponía en práctica el método de
los tres pasos más me parecía que funcionaba.
Comencé a meditar en la oficina. Programé mi celular para que me enviara
recordatorios cada hora para desearle felicidad a los otros.
Y me acordé de pensar “tengo un momento de alegría”, cuando me divertía
con mis hijas, corría en el parque, bebía una deliciosa cerveza e incluso al
escribir esta columna.
Pero me hacía falta conciliar esa brecha entre mi mayor felicidad y la
aparente falta de pruebas para apoyar las recomendaciones de Meng.
Cuestión de
"personalidad"
Decidí consultar al psicólogo Tom Stafford, quien escribe una columna
para BBC Future.
Me habló de lo complejo que resulta el estudio de la felicidad y de las
variaciones que se dan entre la ciencia, que tiende a trabajar con promedios de
grupo, y la personalidad individual.
Agregó que para él lo interesante es preguntarse cuándo confiamos en la
experiencia y cuándo escuchamos a la ciencia.
Un reciente análisis de 209 estudios encontró que la meditación y la
conciencia plena contribuyen en el tratamiento de la depresión, la ansiedad y
el estrés.
"Para algunas cosas no necesitamos a la ciencia (¿si te cae una roca
en un pie te lastimarás? Y para otras sí ¿Es fumar malo para mi salud?) Yo
diría que la felicidad está entre los dos casos", señaló.
Mi investigación me coloca más cerca del ejemplo de la roca, dando más
credibilidad a mi experiencia.
Como indica Stafford, puede ser simplemente que la meditación, el
registro de la alegría y los buenos deseos van mejor con mi propia
personalidad.
Es posible que estudios futuros arrojen más luz sobre el tema. Después de
todo el campo de la “psicología positiva” apenas tiene dos décadas de historia.
"En parte no se consiguen las evidencias porque es algo que no se ha
estado investigando tanto como, por ejemplo, por qué la gente se deprime",
recalcó Stafford.
Para muchos los tres pasos de Meng pueden ser obvios y simplistas. Sin
embargo, él comparó sus consejos a mostrarnos cómo se hace un ejercicio de
flexión de brazos en el gimnasio.
Sabes que te hace bien, pero tienes que hacer el ejercicio todos los días
para obtener resultados.
fuente:BBC
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