¿Qué es lo primero que has pensado al leer el encabezado? Probablemente
la respuesta sea: en un elefante rosa.
Es bueno saber que nuestra mente elimina la palabra “no” de muchas de las
órdenes que recibimos. De este modo, al decirle a un niño que se dirige hacia
un enchufe: ¡No pongas los dedos dentro del enchufe! Lo primero que hará
inevitablemente será tocar aquello que queremos evitar.
Al decir “No toques el enchufe” no le estamos dando ninguna otra opción a
elegir a parte de tocar el enchufe. Tal vez podríamos cambiar la orden por
“párate”, “Juan, mira lo que tengo” o “coge el juguete que tienes al lado”.
Así daremos una orden clara y le ofreceremos al niño otra opción a la
hora de actuar que le hará pensar en algo que no lleve la palabra “enchufe”
incorporada.
Podemos trasladar este hecho a la vida adulta con los ejemplos que habrás
escuchado alguna vez:
“No te preocupes”
“No
estés triste”
“No pienses en
eso”
“No mientas”
Sin duda, estas frases consiguen en nosotros el efecto contrario:
“¿Qué no me preocupe?”, “¿Entonces hay de qué preocuparse?”, “¿Tan
importante es el asunto como para poder estar preocupado?”… Y así podríamos
seguir con un sinfín de preguntas que nos dejarían mucho más ansiosos de lo que
estábamos en un principio.
Será mucho más positivo oír: “puedes estar tranquilo”, “haz una actividad
que te haga sentir alegre” o “dime la verdad”. Así, casi sin darnos cuenta,
daremos a elegir entre verdad, alegría y tranquilidad en lugar de tristeza,
mentira y preocupación.
POSITIVO EN VEZ DE
NEGATIVO
En una buena terapia es de suma importancia establecer objetivos en positivo
con el cliente. Muchas veces, al preguntarle qué es lo que espera conseguir de
la terapia, responde inmediatamente con negaciones como:
- No quiero pensar más en el trabajo.
- No quiero preocuparme tanto por mis familiares.
- No quiero sentir miedo a ese plan de futuro.
Sin embargo, unos objetivos formulados en positivo serán más
concretos:
- Quiero disfrutar de actividades de ocio.
- Quiero hacer mi día a día pensando que mi familia se encuentra
bien.
- Quiero atreverme a llevar a cabo ese plan de futuro.
Resumiendo, si nos planteamos objetivos, instrucciones y deberes en
negativo es probable que nos estemos convirtiendo en nuestros propios
saboteadores y terminemos sintiendo o haciendo aquello que intentamos
evitar.
Al definir nuestros deseos u órdenes en positivo aparte de tener un mayor
abanico de posibilidades de acción, conseguiremos mucho antes aquello que nos
proponemos.
Fuente:AnnaValls
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