El ser humano tiene consciencia de sí mismo, de su entorno, de las decisiones que toma y de las repercusiones de sus actos. Debemos aprovechar estos atributos para progresar y mejorar como personas. Pero en nuestra vida ajetreada esto a veces no es fácil.
CUANDO LLEGA LA RUTINA
Nuestra
vida cuotidiana consiste en la sucesión de días más o menos iguales regidos por
la relación con los familiares, los compañeros de trabajo, los clientes, la
gente, conocida, las personas con las que nos cruzamos… Cuando las cosas se
repiten día a día es fácil que se transformen en rutina y, de forma
inconsciente, actuamos como si tuviéramos el piloto automático: tenemos
demasiadas cosas que hacer antes que analizar cada caso y actuamos según unos
patrones establecidos que se adecuan a cada situación.
Esto, que
en principio puede parecer lógico y necesario en nuestra sociedad ajetreada,
provoca a veces que dejemos de vivir conscientemente las situaciones cotidianas
para ahorrarnos tiempo. A mi entender, esto tiene un gran contratiempo ya que
el hecho de actuar con el piloto automático, sin pensar a fondo sobre como
actuamos en nuestra vida, nos desconecta de nosotros mismos y impide que
progresemos.
SE REPITEN LAS SITUACIONES… Y LAS
REACCIONES
Si nos
paramos un momento y analizamos, por ejemplo, como hemos vivido los días de la
última semana, nos daremos cuenta que son bastante parecidos. Y concluiremos
que nuestro comportamiento acerca de nuestro día a día tampoco no ha variado
mucho. Fijémonos ahora en las cosas que nos disgustan. Ha habido varias en cada
uno de los días. Y hemos actuado de forma similar en todas ellas de una forma
automática y sin pensar. Me vienen a la cabeza cosas tan simples como:
1- molestarnos
porqué el coche de delante nos ha hecho frenar
2-
alterarnos en exceso porqué nos han dicho algo que no nos ha gustado
3-
posponer una visita a un amigo porqué “no tenemos tiempo”
4-
no saludar al vecino porque “es un antipático”
5-
enfadarse porque a nuestra pareja se le ha roto un plato
6-
estresarnos por las muchas cosas que tenemos por hacer
7- (seguro
que encontraréis algún ejemplo a vuestra medida)
Si
analizamos cada uno de nosotros veremos que en determinadas situaciones
actuamos según un guión escrito en nuestro inconsciente que nos hace actuar de
la misma forma día a día, invariablemente. Esto nos lleva a actuar siempre de
la misma forma delante de las cosas que nos incomodan. Pero… ¿y si tomamos
consciencia y miramos de cambiar esas actitudes?
LA TOMA DE CONSCIENCIA
Ser
conscientes de las cosas que nos ocurren nos permite abandonar el piloto
automático, analizar sin condicionantes previos cada situación y actuar sin
guiones establecidos. Así pues, volviendo a los ejemplos anteriores, quizá
concluiremos que:
1- no
debemos molestarnos porque ayer nosotros hicimos frenar a un coche
2- no
sirve de nada irritarse en desmesura cada vez que escuchamos algo que no nos
gusta
3- siempre
hay un momento para visitar a un amigo
4- si no
saludamos al vecino quizá los antipáticos seamos nosotros
5-
¿cuantas veces yo he roto cosas, no es eso normal?
6-
Estresarnos y preocuparnos por las cosas que tenemos por hacer no sirve para
nada, simplemente para alterarnos y para demorar la resolución de los problemas
ALGUNOS CONSEJOS
Cada día
cometemos los mismos errores y actuamos como no debiéramos por falta de
consciencia y esto hace que tropecemos una y otra vez con los mismos obstáculos
que no nos permiten progresar. Os doy unos consejos básicos que espero os
ayuden a tomar consciencia:
- Sed
conscientes y disfrutad de las cosas más básicas y cotidianas como, por
ejemplo, lavar los platos ¡Si os lo proponéis, hasta puede ser divertido! El
simple hecho de ser conscientes de ello hará que disfrutéis más.
-
Experimentad qué sentís en situaciones que no os gustan. Ser conscientes es la
mejor forma de buscar soluciones y evitar reacciones primarias que no solucionan
nada sino que a veces hasta empeoran la situación.
- ¡No
tengáis prisa! Es la peor enemiga para ser consciente de todo lo que ocurre a
nuestro alrededor.
- Pensad
en el ahora. ¿Cuantas veces no vivimos el presente porqué estamos pensando
continuamente en el pasado o en lo que creemos que vendrá?
- Reservad
un momento de vuestro tiempo para reflexionar como ha ido el día. ¿Qué os ha
disgustado? ¿En alguna ocasión habríais podido actuar de otra forma? Tenemos
muchas cosas que hacer pero si prescindimos de lo prescindible (por ejemplo, no
mirar la tele o mirarla menos) tendremos tiempo para lo imprescindible.
-
Proponeos cambiar algún aspecto de vuestra vida. No necesitáis hacer grandes
cambios. Podéis, por ejemplo, plantearos no enfadaros en una situación donde
otras veces os habéis enfadado. Si lo conseguís, os cargaréis de moral y eso os
animará a afrontar retos mayores.
-
Plantearos cada día como una oportunidad para mejorar o superar barreras
con las que tropezáis a menudo. La frase del cantante “hoy puede ser un gran
día, plantéatelo así” no es ninguna demagogia.
Ser conscientes de nuestras vidas es el requisito indispensable para disfrutarlas y dirigirlas, para ser jefes de nosotros mismos, para crecer como personas y para mejorar el mundo en que vivimos.
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