Recuerda que los milagros son el resultado del amor que emanas. Si
quieres abrir tu corazón, amarte a ti mismo y a los demás, la vida será siempre
un milagro.
Cuando amas profundamente ya no hay espacio para el miedo, ni la
desconfianza, porque te vuelves consciente que nadie puede herirte, que nadie
quiere hacerte daño y en la medida en que te abres y transmites amor, los
milagros se cruzarán en tu camino.
En tu trato con los otros que no son sino una extensión de ti mismo, si
pides con amor siempre vendrá a ti y otorgará lo que te pertenece por derecho
propio. El amor siempre responde, pues es incapaz de negar una petición de
ayuda. Cuando renuncias al ataque estás expresando tu bondad natural, cambia
tus pensamientos de que el otro es tu enemigo, mírale en este momento observa
que está tan asustado como tú y busca la luz dentro de él, de esta manera
emerge lo natural “el amor” que al final es la llama divina que arde como pilar
de nuestra consciencia.
fuente:S.Luz
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