El árbol de la graviola o guanábana (Annona muricata) es parecido a la chirimoya, su pulpa es blanda y de color blanco, su textura carnosa, cremosa y jugosa, su sabor es aromático y ácido. La graviola es rica en carbohidratos, fibra, potasio, sodio, magnesio, fósforo, hierro y vitamina C.
Esta fruta se conoce desde el Perú prehispánico y se ha usado tradicionalmente en
casos de diabetes, raquitismo, catarros, indigestión y parasitosis intestinal
por sus propiedades astringentes, depurativas y digestivas.
La
graviola o guanábana es una planta con
poderosos principios activos anticancerígenos, especialmente en el tratamiento
del cáncer de pulmón, páncreas y próstata, según varios estudios científicos
(1). Además, según estos trabajos, las acetogeninas matan las células
cancerígenas sin los efectos de la quimioterapia (daño de las células sanas,
debilitamiento del sistema inmunológico, náuseas, pérdida de peso y del cabello…).
Sin
embargo, estos resultados son o bien fruto de estudios de laboratorio o bien se
han obtenido solo a pequeña escala sobre humanos. Se ha detectado la
imposibilidad de sintetizar artificialmente el principio activo de la graviola
(lo que generaría grandes beneficios en la industria farmacéutica) por lo cual
se ha frenado su investigación científica y su difusión como medicina popular.
Recomendación
de consumo: 30 ml por día antes del desayuno. Agitar antes de consumir. Puede
beberse solo o mezclado con otros jugos de fruta o leche.
(1) Los
estudios referidos se han realizado por el Instituto Nacional del Cáncer, el
Centro Nacional para la Salud y la Universidad de Purdue, en Estados Unidos; la
Facultad de Ciencias Médicas de la Universidad Católica de Corea del Sur y la
Universidad Nacional Mayor de San Marcos de Lima-Perú.
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