No te pido que te embarques en grandes servicios o devociones. Sólo te
pido que vivas en el mundo como si fuera el mismo cielo, donde eres parte de la
comunidad universal del amor.
Confía
y ten fe en ti mism@, ama a los demás y demuestra tu amor en los actos
cotidianos. El compartir una sonrisa, un abrazo cálido, unas palabras de
aliento, tus aprendizajes con otros sólo por el placer de hacerlo, te otorga el
milagro de sentirte abrazado por todos, el saberte parte del grupo álmico de
los seres humanos.
Todo
nos muestra que el alma del hombre no es un órgano, no es una facultad, sino
una luz; no es el intelecto o la voluntad, sino el entrenador del intelecto y
la voluntad; es nuestro verdadero Ser, y lo único que eres es una luz
resplandeciente, deja de ocultarte entre las sombras de tu dolor, no tienes que
guardar nada para ti, porque es al darlo que lo multiplicas, tu función es
regalar los dones del amor, en los pequeños actos de tu diario vivir.
En ti
reside toda la sabiduría. Cuando vives a través de tu intelecto, eres llamado
genio; cuando vives a través de su voluntad, eres virtuoso, más cuando vives a
través de tu afecto, eres amor.
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