Amuletos
y talismanes han convivido con nosotr@s desde que el mundo es mundo. Casi cualquier
objeto, animado o no, puede convertirse en un poderoso amuleto y/o talismán.
En
este caso, os traigo un sencillo ritual para conjurar un anillo, convirtiéndolo
en un poderoso anillo mágico. A través de un anillo transformado en un talismán o amuleto puedes
obtener protección, amor, paz e incluso prosperidad.
Su
forma circular nos habla de infinitos, de eternidad y de círculos protectores.
Un anillo mágico es un precioso objeto que protege a quien lo lleva y a quien
lo recibe como regalo. Dependiendo de en qué dedo se coloque el anillo,
éste tendrá una energía u otra. Al respecto de los anillos, cada detalle
cuenta; detalles como la piedra que lo adorna y si está relacionada con tu
planeta regente o cualquier otro que esté ejerciendo influencia indirecta sobre
ti.
Aun
no teniendo demasiado conocimiento acerca de qué planeta rige tu signo zodiacal
o cómo éste te afecta según tu carta astral, no te preocupes, ya que los
anillos tienen un enorme poder.
RITUAL PARA CONJURAR UN
ANILLO
Dependiendo
de lo que se desee obtener, quien lo vaya a usar y si se ofrecerá como un
regalo, el ritual puede cambiar ligeramente. Antes de nada es importante
consagrarlo, ya que antes de llegar a ti, el anillo ha estado expuesto a un
sinfín de energías, posiblemente haya acumulado cargas negativas, incluso en el
proceso de fabricación.
Los
más conocidos rituales para purificar un objeto se realizan por medio del agua
y el fuego. Hay quienes realizan ambas consagraciones en un mismo ritual. El siguiente
ritual es muy respetuoso con todas las creencias y puedes adaptarlo a las
energías de la forma en que tú desees.
Elementos:
1 Vela. *Si te atraen los
arcángeles, puedes utilizar el color que más se identifique con tu ángel
favorito, por ejemplo: para Miguel, el protector, utiliza una vela azul; para
Rafael, el sanador, utiliza una vela verde; para Camael, el ángel del amor,
utiliza una vela rosa.
Cerillas
Agua
Sal marina
Salvia
Copa pequeña de cristal
Mantel blanco
Ofrenda: una flor o una varita de incienso
Procedimiento:
Procedimiento:
Busca
un sitio donde te sientas relajada/o, en paz y armonía. Debes estar totalmente en
equilibrio antes de efectuar cualquier ritual. Coloca el mantel blanco en un
altar (mesa o tabla) y sitúa sobre éste y a la derecha la copa con agua y la
sal marina; a tu izquierda coloca la vela, el anillo en el medio y la ofrenda
sobre el anillo.
Al
prender la vela, utilizando una cerilla pide a Dios, Santo o ángel que te ayude
a purificar el anillo y que le atribuya la función deseada: para protección,
para fomentar el amor, para mejorar las relaciones en el trabajo y si lo
deseas, también para atraer prosperidad.
El
que sigue es solo un ejemplo al pedir al Arcángel Rafael sanación y salud con una
oración:
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, acerca a tu ángel sanador Rafael a mí, permite que ilumine mi vida con tu poder y con su poder sanador y que llene de energía sanadora este anillo (u otro objeto). Gracias Padre, Gracias Arcángel Rafael.
Después
de invocar a tu Santo, toma el anillo y lo dejas caer en el agua con sal marina;
hazlo desde una altura suficiente para que se oiga al caer. Toma una pizca de
salvia y échala en el agua, cierra los ojos y visualiza una llama verde
sanadora y regeneradora cubriendo el anillo. Seguidamente, recita el siguiente
texto tres veces:
Purifica mi anillo, llénalo de energía sanadora,
trae salud a mi vida, regeneración y transformación.
Mientras
visualizas el anillo lleno de poder y cargado de energía divina, sácalo del
agua y recita el siguiente texto:
Purifica mi anillo, séllalo con el poder sanador
concedido por Arcángel Rafael, Dios desde siempre.
Seguidamente,
lo pasas por la llama de la vela de manera circular tres veces. Para terminar,
deposita el anillo nuevamente en el centro del altar pero ahora sobre la
ofrenda, da las gracias por los favores concedidos y pide humildemente que
acepten tu ofrenda por su amor desinteresado y abundante.
Deja
que la vela se consuma por completo. Después, tira el agua fuera de tu casa
(nunca a un desagüe) y entierra los restos de la vela y la ofrenda dando
gracias de nuevo, y dando por terminado el ritual.
De
la misma forma puedes ritualizar y consagrar cualquier tipo de objeto. Así que
te animo a probar y experimentar.
Gracias por compartir saludos atte
ResponderEliminarGracias a ti, Juan, por dejar tu comentario. Un abrazo.
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