Todas
las técnicas de respiración, relajación, concentración, recitación de mantras,
meditación o proyección astral, se constituyen en un verdadero entrenamiento
para elevar nuestra frecuencia vibratoria y facilitar las experiencias. Espero que os agrade y sea útil.
Desde
luego, la importancia de adentrarse en estos ejercicios no es el contacto
extraterrestre, sino el encuentro cercano con uno mism@, el único camino que
abre todas las puertas del mundo invisible. Además, debo aclarar que estas
prácticas no son garantía de una experiencia con los seres del cosmos, pues hay
muchas variables en juego para una aproximación o comunicación con ellos. Las
prácticas y los conocimientos espirituales solo son herramientas que favorecen
las condiciones del contacto y un mejor estado mental para afrontarlo.
La Respiración
Al
investigar detenidamente las experiencias más relevantes de contacto, en donde
se ha mantenido la comunicación con seres extraterrestres a través de
experiencias concretas, es sencillo hallar un patrón en los testigos: su
facilidad para conectar con otros estados de consciencia. Muchos de ellos
incluso practicaron yoga u otras técnicas de relajación y meditación antes de
recibir sus primeros mensajes. Obviamente, no es un accidente. Esa
"sensibilidad" les permitió captar los mensajes y mantener el
contacto.
En
nuestra experiencia, por propia sugerencia de los seres que nos contactan,
debíamos "reaprender" a respirar y relajarnos, a despejar la mente y
conectarnos con las energías más sutiles de la naturaleza. Según los
extraterrestres, es un paso fundamental para equilibrarnos. Y todo empieza con
una correcta respiración.
De
acuerdo a estos seres, el aire es energía, y mediante una correcta respiración,
esta fuerza puede ser eficientemente asimilada por el organismo, revitalizando
el cuerpo y fortaleciendo inclusive nuestro campo inmunológico frente a las
enfermedades. En tiempos antiguos, los sabios maestros de la India denominaban
prana a aquella misteriosa fuerza que se hallaba en el aire como elemento de
vida. De hecho, si nos encontramos ligeros de alimentos y realizando prácticas
de meditación, podremos ver sin mayor dificultad esa energía como si se tratase
de "pequeñas chispas de luz". Ello ocurre especialmente en la
naturaleza. Respirar conscientemente esas "chispas" genera
gradualmente un cambio importante en nuestro cuerpo.
Cuando
una persona está enferma ⎯o por
decirlo de otra forma, con su campo de energía personal desequilibrado⎯, caminar a orillas del mar, respirar el aire de
campo, respirar profundamente en las montañas o abrazar gruesos y antiguos árboles,
la naturaleza y la correcta respiración de esas “chispas de luz” le
devuelve el balance y “transmuta” la energía no armónica.
Hay
un sinfín de técnicas de respiración. Pero básicamente se debe procurar una
respiración profunda, llenando totalmente nuestros pulmones, de tal forma que
al inhalar no veremos sólo nuestro pecho hincharse, sino la parte inferior del
abdomen.
Como
un ejemplo, los cuatro pasos de la respiración correcta son
los siguientes:
1.
Exhalar: Y así eliminar los residuos de oxígeno de los pulmones.
2.
Inhalar: Incorporar no sólo el aire, sino la propia energía que contiene.
3.
Retener: Importante para que la energía pueda distribuirse en nuestro
organismo.
4.
Exhalar: Se despide el aire residual para dar paso a un nuevo ciclo de
respiración.
Este
proceso debe ser lento y profundo. Una bien lograda respiración no debería
exceder 12 inhalaciones por minuto. Y acompañada de ejercicios rítmicos y
armónicos (psicofísicos), la respiración hace incluso más fluido el torrente
sanguíneo, permitiendo una mejor asimilación alimenticia. Además, mejora
considerablemente la atención, memoria y coordinación motriz del practicante.
Todo ello sólo con respirar correctamente. Al principio es natural que uno
"piense" en cómo hacerlo. Pero la práctica ayuda a recordar a nuestro
cerebro cómo debemos respirar.
Un
ejercicio útil es empezar por tomar tres ciclos de respiraciones, lentas y
profundas, al levantarse y al acostarse. La diferencia se nota en el mismo día.
Relajación
La
relajación se produce como una combinación de dos fuerzas: la correcta
respiración, y una eficiente concentración —como veremos más adelante⎯. Consiste en generar un estado de paz y
tranquilidad en el organismo, indispensable antes de cualquier práctica de
meditación, visualización mental o proyección astral. Para lograrla, se
recomienda mantener las respiraciones lentas y profundas, tal y como lo
mencionamos líneas atrás. En la medida que se respira, el practicante visualiza
atentamente cada parte de su cuerpo, empezando desde los pies y culminando en
la cabeza. Entonces aplicará suaves masajes "mentales" a cada zona de
su cuerpo, como si lo estuviese realizando con sus propias manos físicas.
Gradualmente, ese "masaje" mental, acompañado de la respiración
consciente, irá relajando el cuerpo.
Cabe
mencionar que la visualización puede ser acompañada con colores y energías que
faciliten la relajación, como por ejemplo el verde brillante, asociado con la
vitalidad y la salud. Así, luego de recorrer todo el cuerpo —exterior e
interiormente—, el practicante habrá generado un estado de equilibrio y paz.
La
relajación procura eliminar la tensión y dirigir toda la atención del cuerpo
hacia la mente. Luego de este paso, es ideal que nuestra mente entre en acción
hacia un punto focal con más intensidad.
Concentración
La
concentración nos conduce hacia el dominio de la mente por el fortalecimiento
de la voluntad a través de la disciplina interior. La concentración empieza con
un proceso de limpieza mental de todo aquello que no sirva a nuestros
propósitos de crecimiento espiritual. Con la concentración lograremos evitar
las ansiedades y preocupaciones que distraen la mente y la fatigan.
Un
ejercicio práctico de concentración es la observación de la flama de una vela.
El practicante concentrará su vista y toda su atención en la flama, procurando
inclusive no pestañear mientras dure la observación. Esta práctica desarrollada
eficientemente y con cierta frecuencia, es muy útil para adiestrar la mente
frente a un punto único de referencia u objetivo, sin que nuestros pensamientos
o interferencia alguna nos estorben o distraiga. Esta práctica sólo debe realizarse
con asesoramiento de una persona de mayor experiencia. Idealmente se sugiere
unos 15 minutos de observación, y tres veces por semana, dejando un día de
descanso.
Otro
ejercicio de concentración, como un test o prueba, consiste en visualizar un
limón. Luego un cuchillo de cocina, con el cual se cortará el limón en dos
mitades. El practicante debe visualizar con detalle cada acción. Seguidamente
visualizará una de las mitades del limón que cortó y, lentamente, se la
acercará a la boca para exprimir todo el néctar en ella y saborearlo.
El
siguiente paso es abrir los ojos. Si al practicante se le hizo "agua"
la boca, tiene capacidad de sobra para seguir los pasos de una meditación
dirigida o proyección mental.
La meditación
La
meditación es tan sólo la interacción con nosotros mismos. Existen muchas
formas de meditación, pero todas ellas permiten lograr el objetivo final que es
la integración con uno mismo. Históricamente se sabe que es una práctica humana
que tiene, al menos, más de 3.000 años.
Hay
meditaciones en absoluto silencio; contemplativas; dirigidas; en grupo e
individuales.
En
las etapas iniciales de la meditación, hay una tensión entre la concentración
en el objeto de la meditación y los pensamientos que distraen. Con mucha
práctica llega un momento en que los obstáculos desaparecen completamente.
Entonces la concentración aumenta de una manera perceptible. En la meditación
el practicante puede “hallarse” ante paisajes, objetos, personas, colores y
sensaciones que guardan un profundo significado simbólico ⎯hablan de nosotros⎯,
por tanto debemos no sólo aprender a estar en meditación, sino saber
interpretar correctamente todas las señales que se nos puedan presentar como un
mensaje.
Siempre
he pensado que el mejor intérprete es uno mismo, pues muchas veces los símbolos
guardan un significado distinto de acuerdo a la persona que los vio. No
obstante, se podría interpretar "globalmente" el posible significado
de las imágenes hasta que el propio practicante devele su verdadero
significado.
Las
meditaciones dirigidas a través de la "visualización creativa" son
maravillosas y muy importantes. Pero el que se busca a sí mismo no debería
quedarse allí. Es importante experimentar la meditación contemplativa, o en
completo silencio, para lograr que ese contacto con uno mismo sea menos
"mental" y trascendamos los arquetipos y símbolos para una verdadera
fusión con nuestro real ser.
Durante
una meditación, el cerebro emite un campo eléctrico distinto, llevándonos a
otro estado que con un debido entrenamiento apertura nuestras potencialidades
psíquicas.
El
ser humano vive, pues, cuatro principales "estados transitorios de
conciencia o de atención", por denominarlos de alguna forma, y que son
estudiados con rigurosidad por diversos científicos.
Estos
estados son:
1.
Beta: Estado de vigilia o de atención enfocada.
2.
Alfa: Estado pasivo. Relajado.
3.
Theta: Trance profundo.
4.
Delta: Sueño.
La
clave es poder moverse en esos estados a voluntad. En el contacto
extraterrestre, y los mensajes que se podrían recibir en comunicaciones
telepáticas, se trabaja en el estado Alfa principalmente: el contactado está
relajado, pero consciente de la recepción. En el estado Delta se dan otro tipo
de experiencias, como los viajes astrales.
Diversos
estudios científicos indican que un practicante de meditación desarrolla mayor
“plasticidad mental”, capacidad de organizar mejor sus ideas, expresarlas, y
tomar decisiones con rapidez. Los científicos comenzaron a interesarse por esta
técnica ya en los años 60 y demostraron que el uso de la meditación
proporcionaba una extraordinaria concentración. El profesor de medicina de la
Universidad de Harvard, Herbert Benson, a través de sus investigaciones llegó a
la conclusión de que la práctica milenaria contrarrestaba los mecanismos
cerebrales asociados al estrés. Por si ello fuera poco, un equipo de
investigadores de la Universidad de Wisconsin-Madison en Estados Unidos,
descubrió que la meditación tiene efectos biológicos sobre el cuerpo. Del
estudio se desprende que la meditación produce cambios en el cerebro asociados
a emociones más positivas y mejoras en la función inmune. Los estudios
neuronales han demostrado un incremento de actividad en el lóbulo frontal
izquierdo, que es la residencia de las emociones positivas.
Los mantras: otra forma de
meditar
Los
mantras son cantos sagrados que procuran elevar el nivel vibratorio del
practicante y el entorno, estimulando estados sublimes de consciencia y
meditación. Estas palabras de poder no sólo deben ser vocalizadas, sino
pensadas y sentidas; es decir, visualizar el propósito del trabajo y ser uno
con él. La palabra mantra viene del sánscrito y significa "visualizar y
liberar" (man "pensar" y tra "liberación"). El
"sonido invisible" ⎯como se le
denomina⎯ que se desprende del mantra como una segunda
onda (a veces como un zumbido) constituye una poderosa vibración que al ser
percibida correctamente facilita al practicante su conexión con el Universo.
Para
graficar mejor esto, recordemos que diversos científicos han obtenido la escala
de vibraciones comprobando que sus valores progresan desde 0 a 16.000.000 de
ciclos por segundo. Se descubrió que nuestro órgano auditivo sólo puede
percibir desde 16 hasta 32.000 ciclos. Y así como sucede con los sonidos,
también ocurre con los colores. No obstante, todos los sonidos, audibles o no
para nuestro oído, provocan reacciones. Todo sonido actúa con sus vibraciones
sobre los demás cuerpos. Afecta el ordenamiento molecular, influye en los
procesos físico-químicos, modela formas geométricas, provoca fenómenos de
atracción y repulsión e incluso influye en la cohesión orgánica de la materia.
Esotéricamente se supo esto desde siempre, y desde el año 1994 el científico
japonés Masaru Emoto parece demostrarlo a través de su estudio de las
"Moléculas del Agua".
Dentro
de todos los mantras, el OM es uno de los más poderosos. Se puede meditar
manteniendo una vocalización sostenida de esta palabra que alude al inicio de
la Creación o al "Sonido Primordial". Y si queremos empezar por algo
más básico, otro ejercicio para facilitar nuestra conexión con los mantras es
trabajar con la interacción de las vocales. Como sabemos, toda palabra humana está
compuesta por consonantes y vocales; estas últimas son el eje vibratorio de la
comunicación, influyendo en nuestro organismo y el entorno.
En
los ejercicios de mantras se puede sentir la resonancia de las vocales en
diferentes órganos del cuerpo.
Al
elevar como un mantra cada una de las vocales, deberías sentirlas especialmente
vibrar en las siguientes zonas del cuerpo:
A:
Pulmones
E:
Garganta
I:
Cabeza
O:
Corazón
U:
Genitales y Sacro
La
aplicación correcta y consciente del sonido puede inclusive sanar distintas
dolencias o desequilibrios. Por ejemplo, la continua vocalización de la vocal
"i", puede aliviarnos de una cefalea o jaqueca. Todo ello está
relacionado con el sistema humano de "chakras" o "ruedas de
poder", siete centros energéticos que se ubican desde la base de la
columna hasta la coronilla, relacionados con glándulas y órganos importantes
del cuerpo. También he de destacar que los ejercicios de visualización y
mantras se pueden acompañar de posiciones o "gestos de poder",
también conocidos como "Mudras", que hacen circular la energía de
forma distinta en nuestro cuerpo físico y vehículos sutiles. Con la combinación
de todo ello, el campo de fuerza que se puede generar es increíble, efectivo
para armonizar y aplicar su fuerza en la sanación.
Proyecciones mentales y
astrales
Luego
de dominar la respiración, la relajación y la concentración, de meditar y
trabajar concientemente con el sonido, estamos a un paso de entrar en el mundo
de los sueños e interactuar en esos otros planos a través del denominado
"Viaje Astral".
El
principio básico de las proyecciones se basa en la capacidad de trasladar
nuestra mente, o el cuerpo astral, hacia un punto diferente de nuestra
ubicación física.
Por
ejemplo: Imaginemos que nos encontramos de viaje por motivos de trabajo, muy
lejos de casa y preocupados por nuestra familia ya que es la primera vez que
nos ausentamos por un tiempo largo. En el hotel, al descansar, nuestro último
pensamiento "vuela" hacia el hogar, imaginando a todos lo componentes
de la familia y deseando su bienestar. Visualizamos cada habitación de la casa
y todo cuanto ocurre allí en ese momento. Esta situación, que he citado
expresamente por ser un caso muy repetitivo en diversas personas, cobra cierta
"magia" cuando se comprueba que todo lo observado en el viaje mental
se ajusta de forma exacta y aparentemente inexplicable con los hechos ocurridos
en casa durante la ausencia… Como si realmente se hubiese estado allí. Seguro
que a más de un practicante le habrá ocurrido, al menos espontáneamente. En
este ejemplo que vimos, el ingrediente que facilitó la proyección mental fue,
desde luego, el intenso deseo de compartir con la familia. El objetivo de las
prácticas es lograr estas proyecciones a voluntad y en forma consciente.
Como
adelantaba, los primeros pasos para lograr la proyección se sustentan en la
relajación y una eficiente concentración. El practicante puede visualizar un
túnel de luz que lo conduzca al punto elegido de proyección, y luego concatenar
todo lo vivido en su experiencia con elementos que se ajusten a la observación.
En el caso del viaje astral, la experiencia ocurre cuando nuestro cuerpo físico
se encuentra en su punto máximo de relajación, en el estado que comúnmente
denominamos "sueño".
Cada
vez que dormimos abandonamos nuestro cuerpo físico en el cuerpo astral,
vehículo de las emociones y los deseos (uno de los siete cuerpos del ser
humano). Al dormir, el cuerpo astral se desprende para captar energía cósmica
que necesita nuestro cuerpo y continuar nuestro aprendizaje en otros planos y
dimensiones.
En
un estado de proyección astral, las leyes de la física no funcionan. Podemos
volar, atravesar una pared, o viajar a cualquier punto con tan sólo desearlo.
Nos movemos con la velocidad del pensamiento. Hay muchos casos de personas que
se han visto de pronto caminando en la sala de la casa, sin saber explicarse
cómo se hallaron allí cuando en ese momento se encontraban durmiendo. Entonces,
al volver a la habitación, se observan descansando en la cama llevándose una
fuerte impresión, que los devolverá de inmediato al cuerpo físico, ya que se
encontraban en realidad proyectados astralmente. Si bien es cierto todos los
sueños son viajes astrales —conscientes y no conscientes— no todos los viajes
astrales son sueños, en el sentido que podemos generar una proyección sentados
en meditación o realizando cualquier otra práctica que relaje totalmente el
cuerpo.
Hay
muchos mitos sobre la proyección astral, pero lo cierto es que es una práctica
segura y maravillosa cuando se domina. Los ejercicios de proyección, además,
nos permiten tener extraordinarias experiencias de contacto con seres
superiores, dispuestos a entregarnos enseñanzas de profundo valor espiritual.
Las proyecciones fluyen en
estos tres estados:
1.
Inconsciente: No se recuerda lo vivido y el cerebro podría decodificar la
experiencia como "símbolos e imágenes sin aparente conexión o
sentido".
2.
Parcialmente Consciente: Sólo se mantiene en la memoria ciertos episodios de la
experiencia.
3.
Consciente: Se vive la experiencia a voluntad, o por lo menos la recuerda en su
totalidad.
Ejercicio práctico:
Muchas
veces se sugiere una relajación con elementos de ayuda visual (visualizaciones
mentales) para facilitar la proyección.También tenderse boca arriba en una
cama, la luz de la habitación apagada y ropa cómoda. Luego tomar respiraciones
lentas y profundas mientras se masajea mentalmente el cuerpo. Finalmente se
visualiza un torbellino o remolino, tratando de sentir su fuerza en nosotros,
para que a través de esta imagen mental, que produzca en nosotros una sensación
de vacío y una poderosa fuerza centrífuga, generemos una exteriorización
consciente del cuerpo astral. Uno siente entonces que se "cae" o se
"desprende" por una zona del cuerpo. La sensación en las primeras
prácticas es extraña, como de vacío, o como hundirse en el agua, pero no hay
nada de qué preocuparse, la sensación es natural y sólo se siente con
intensidad en los primeros desprendimientos.
Desde
luego, existen muchas técnicas y ejercicios para la proyección del cuerpo
astral. Sin embargo, creemos que es importante en primer lugar educar nuestra
mente frente a la posibilidad de la proyección consciente, e irnos
familiarizando con todas las sensaciones que la acompañan desde el principio.
Un
ejercicio muy efectivo sugiere la programación mental de una imagen antes de
acostarse. En ella nos visualizaremos al interior de un ascensor. Nos
encontramos en el primer piso de un edificio, visualizando y sintiendo cómo el
ascensor va ascendiendo hasta llegar al piso número "33". Cuando ello
ocurra veremos la puerta del ascensor abrirse y nosotros cruzarla. Es
importante contar mentalmente cada piso que ascendemos en el ascensor: "1,
2, 3, 4..." y así sucesivamente hasta el 33, donde la puerta del ascensor
se abrirá y nosotros ingresamos en el piso. Esta imagen quedará grabada en
nuestro subconsciente como una orden mental que nos permitirá
"activar" una proyección futura. Aunque es bueno recordar que la
mejor técnica o ejercicio para estos trabajos es la voluntad y perseverancia
del practicante.
¿Y los sueños?
Recordar
los sueños es síntoma de avance en el despertar de consciencia, aunque no en
todos los casos: lo más importante es la capacidad de interpretación de los
mismos. Los sueños vienen a ser mensajes que afloran del subconsciente o del
inconsciente, probablemente tratándonos de advertir algo. Por ello, podemos
distinguir varias clases de sueños y entre ellos están:
1.
Sueños simbólicos: Los mismos que contienen imágenes a ser interpretadas por
muy extrañas o descabelladas que sean.
2.
Sueños premonitorios: Son generalmente avisos sobre eventos futuros como
mecanismos de protección, o adelantos y señales para que sepamos que nuestra
vida está siguiendo una programación conveniente con el Universo.
3.
Sueños experimentales: Verdaderas experiencias en el astral donde recibimos
instrucción y capacitación.
4.
Sueños recordatorios: Llegando a aflorar imágenes de posibles vidas pasadas o
de momentos significativos de nuestra experiencia actual.
Uno
de los objetivos principales de relacionarnos con el mundo astral es perder el
miedo a la muerte: estuvimos en ese plano antes de nacer y allí volveremos, de
manera transitoria, después de abandonar nuestro cuerpo físico al término de la
experiencia terrena.
Espero
que estos conceptos básicos de desarrollo sensitivo os motiven a investigaros
más como seres humanos y por ende haga de tod@s mejores personas, y si ello hace posible llevar a cabo un contacto con una dimensión siempre superior, yo que me alegraré de ello.
Fuente:RGonzález
Gracias por esta publicación es muy interesante y buena.
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