En algunos círculos, en especial los relacionados con la práctica del yoga
o estudios tradicionales orientales, es muy habitual escuchar como saludo o
despedida la palabra Namasté. Espero que
os agrade.
Una palabra llena de simbolismo que, si bien en las culturas del sur de
Asia como la India y Nepal se utiliza como saludo cotidiano, tanto para
despedirse como para saludarse al encuentro con alguien, tiene un significado
mucho más profundo.
El vocablo Namasté, como tal, proviene del sánscrito y se compone del
vocablo namas, que significa ‘reverencia, adoración’, y te (del pronombre
personal tuám, que significa ‘tú’, ‘usted’), y que se traduce como ‘a ti’ o ‘a
usted’. Así, literalmente, namasté significa ‘te reverencio a ti’ o ‘me inclino
ante ti’, y es la forma más digna de saludo de un ser humano a otro.
En la cultura india y nepalí, para expresar este saludo se hace un gesto
con las manos abiertas y juntas, delante del pecho, con una ligera inclinación
de cabeza, sin obligación de decir nada. Este gesto expresa un gran sentido de
respeto, invoca la idea de que todas las personas comparten la misma esencia
divina, la misma energía, el mismo universo, por lo que la palabra y la acción
tienen una fuerza pacificadora muy fuerte.
Otra forma de hacer este saludo es poniendo ambas juntas manos delante de
la frente, mientras que si se trata de una reverencia a un dios o santidad, las
manos se colocan completamente por encima de la cabeza.
En algunas partes de la India como, por ejemplo, en el área donde se
habla el idioma punjabi, namasté se utiliza no solo para saludar a los hindúes,
sino para todo el mundo y se acepta en todas las religiones.
La palabra namasté, como saludo, es de uso habitual entre quienes
practican yoga, disciplina proveniente de la India. Es interpretado como una
expresión de saludo o buenos deseos. El gesto en sí significa ‘me inclino ante
ti’.
La importancia del
mudra
Sin embargo, la palabra no es importante en el sentido esotérico, lo es más el mudra, la postura que se utiliza para pronunciarla. El mudra adecuada para el saludo o despedida con namasté es concretamente con las palmas abiertas y juntas, sobre el pecho o barbilla (en algunos lugares encima de la cabeza) y mientras se pronuncia la palabra namasté se inclina ligeramente la cabeza.
El hinduismo considera que la mano derecha es el asiento de los pies de
la divinidad, y la palma izquierda representa el cuerpo espiritual del devoto. El
mudra pues, representa la unión entre la espiritualidad de la persona y la
unión de todos los demás devotos a los pies de la divinidad. La inclinación de
cabeza es una señal de respeto a la persona saludada.
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