Una mayoría de los seres humanos cree que tiene muchos problemas, pero en
realidad el único problema es que no los tiene.
Nos hemos acostumbrado a un nivel de necesidades básicas cubiertas, de
modo que cualquier pequeña contrariedad nos parece un problema. Entonces,
activamos la mente y empezamos a darle vueltas y más vueltas sin solucionarlo.
Yo puedo definirme como una persona normal, por tanto, pienso muy a
menudo igual que una mayoría de vosotros. Lo que me diferencia es que mi mente
ha sido tranquilizada, calmada y entrenada para permanecer así. Lo que
significa que no suelo seguir a mis pensamientos. Ellos vienen, pero no afectan
ni a mi mente ni a mi corazón. Esa sería la manera de vivir una vida plácida,
sin demasiados contratiempos. No se consigue en un día, pero si yo he podido,
tú puedes!!
Reflexión: Si el problema tiene solución, ya no es un problema. Si no la tiene,
tampoco.
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