Viniste
a este mundo para hacer algo, algo especial que sólo tú puedes hacer. Tu deber
es encontrarlo y llevarlo a su máxima expresión.
Tú eres el único que puede
hacer este viaje. Nadie te
puede acompañar y eso significa que esta búsqueda es sólo para ti. No lo haces
porque alguien quiere que hagas algo con tu vida, o porque te dijeron que eras
bueno en una u otra cosa. Es un camino que solo tú debes correr.
Tu dharma no es el de los
demás. No hagas las cosas
porque alguien te haya dicho. Nadie, ningún maestro o gurú te puede decir cuál
es tu propósito, ya que eso sólo sería un reflejo de lo que ellos quieren o
desean hacer.
No trates de ser fuerte,
ríndete. Esta contradicción es la
base del cese de muchos de los problemas humanos. ¿Cómo me voy a rendir y no
trabajar duro por mi búsqueda? ¿Se te ha perdido algo o has olvidado un dato o
un nombre, y mientras más tratas de buscarlo o recordarlo menos logras tu
cometido? Luego, cuando te rindes o dejas de pensar aparece o recuerdas. Eso
mismo sucede con tu búsqueda, el rendirse no es desertar, es liberarse de la
presión emocional que conlleva una acción, en este caso la búsqueda. No te pido
que pares tu búsqueda si no que dejes pelear con ella. El pelear acarrea
sufrimiento, y el sufrimiento miedo, y no se puede manifestar nada si se tiene
miedo. Recuerda que tu manifestación es tu propósito o dharma.
No hay propósito o dharma
si no hay servicio. En este
viaje de búsqueda te darás cuenta que tu propósito, sea cual sea, estará guiado
por un profundo deseo de servir. No importa si tu dharma es ser médico,
maestro, artista o barrendero, la fórmula para esto es preguntarte ¿Cómo puedo
ayudar o servir con lo que estoy haciendo? Esto es igual con tu actual trabajo
o estilo de vida, en donde encuentras tu dharma. Necesitas comenzar a
experimentar lo que pasa cuando encuentras tu propósito, y es que haces las
cosas con amor, porque eso es lo que hace el amor, servir. El amor es una
fuerza que debe ser compartida, si no se deforma y se convierte en egoísmo.
Cuando estés en tu trabajo y te sientas aburrido o enojado, o cuando estés
haciendo cualquier cosa que te cause molestia, pregúntate ¿Cómo puedo ayudar o
servir con lo que estoy haciendo? Y casi inmediatamente tu actitud cambiará y
comenzarás a servir y dar amor. Tal vez puedas encontrar tu propósito ahí
mismo!
Mantente alerta a las “causalidades”. No hay nada en este mundo que no suceda por una
razón y esa razón tiene su causa. Esa persona que te encuentras después de
mucho tiempo, una revista que cae en tus manos, un comentario de alguien. Cada
encuentro con una persona es un acto de manifestación. Tu trabajo es averiguar
por qué se dio ese encuentro; pregunta, habla un rato si es posible y no hay
prisa, tal vez el que sólo te hayas encontrado con esa persona sea ya un
mensaje. Todo lo que llega a tu vida es tu comunicación con el Universo y con Dios.
Reconoce tu intuición. La intuición no es un acto al azar, es el
intento del universo por comunicarse contigo. Nosotros aún no la hemos
desarrollado a su máxima capacidad y sólo logramos darnos cuenta un vez ocurre
la situación. Sin embargo, es cuestión de práctica y de rendición, es dejarse
llevar y confiar. Hay que comenzar a oír la voz interior (no el ego). Hay una
voz interior que no te habla de miedo ni de lograr cosas sólo por lograr, esta
voz no tiene nuestro lenguaje, esta voz habla con sentimientos, impresiones,
símbolos, imágenes y todas están basadas en el amor. Tenemos que aprender su
lenguaje y desarrollar la práctica de confiar en ella
Desarrolla tu Práctica. Este lenguaje es innato en nosotros y está en lo más
profundo de nuestro ser desde nuestra creación, dormido, esperando a ser
liberado y para lograrlo debemos desarrollar una práctica que nos conecte con
este lenguaje. Puede ser hacer yoga, meditar, escribir, cualquier práctica que
te lleve a una conexión con tu interior y te ayude a traerlo a tu
conciencia.
Confía en el camino. Si ya iniciaste tu camino, puedes estar seguro
de que ya comenzaste a manifestar tu propósito. No hay tiempo establecido,
pueden ser días, meses o años, la verdad es que eso no es lo importante,
recuerda que la meta es el camino. La fuerza creadora de nuestro ser ha
impulsado tu deseo y trabajará para que se produzca, pero para que siga
alimentándose necesita que confíes en ella, que le des amor y libertad. Todo
llega en el momento preciso, tal vez estás manifestando algo que necesita de un
conocimiento que aún no tienes y es indispensable para que puedas lograr tu
manifestación. Así que ten paciencia y confía que tu búsqueda llegara a su
encuentro.
Fuente:LibroPrakTana
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