No es extraño que en algún momento de nuestra vida sintamos algún tipo de dolor que suele aumentar en relación a nuestra propia mente y actitud. Espero que os agrade y sea de utilidad.
Cuando
sientas un fuerte dolor, cierra tus ojos, relaja tu mente y pide a la Luz que te ayude. Pídelo desde tu corazón. A continuación, imagina
que de tus dedos emanan rayos de luz de todos los colores y apunta con ellos
hacia la zona dolorida. Verás que pronto sentirás un alivio gradual del dolor. Puedes repetir el proceso las veces que sean necesarias.
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