Absolutamente todos soñamos alrededor de unos 100minutos cada noche,
distribuidos en 4 o 5 etapas llamadas periodos REM, que se caracterizan por un
constante movimiento ocular.
Aproximadamente a los 90minutos, después de habernos dormido, tiene lugar
nuestro primer sueño, aunque suele ser de muy corta duración, apenas
5-10minutos.
El sueño sigue unas pautas de comportamiento cíclico. Se divide en dos
fases, fase NO-REM y fase REM, que es durante la que se sueña. Estos ciclos
duran aproximadamente una hora y media (90minutos), y en cada ciclo, la
proporción de fase REM es progresivamente superior. Así, justo antes de
levantarnos por la mañana, es cuando se produce el periodo más largo de
sueños.
También debemos saber que sólo es posible acordarse de los sueños si nos
despertamos en medio de una fase REM, o inmediatamente después.
Por ejemplo, si dormimos ocho horas exactamente, y nuestros ciclos de
sueño han empezado: el primero, al dormirnos; el segundo a la hora y media; a
las tres horas el tercero, a las cuatro horas y media el cuarto, a las seis
horas el quinto, y a las siete horas y media el sexto, ocurrirá que nos
despertaremos antes de que comience nuestra sexta fase REM (que ocupa los
veinte últimos minutos del ciclo), y nos será muy difícil acordarnos de algo.
Por supuesto, para cada persona, la duración de los ciclos de sueño es
ligeramente distinta, y pueden variar entre una hora y media y dos horas.
La primera lección que debemos extraer es que tal vez nuestros horarios
de dormir y despertar pueden impedirnos acordarnos de nuestros sueños. Si esto
ocurriera, adelantar o retrasar el despertador entre un cuarto de hora y media
hora, debería resolver el problema.
Incluso si no tuviéramos la más mínima flexibilidad sobre nuestro horario
nocturno, podemos acordarnos de nuestros sueños todas las noches, simplemente
concentrándonos al despertar e intentando recordar lo que hemos soñado. Es muy
importante que sea lo primero en lo que pensemos. Si dejamos que algún otro
pensamiento o preocupación se cuele, perderemos el recuerdo de nuestros sueños.
Cuando vayamos a dormir, es fundamental mentalizarnos bien de que, nada
más despertarnos, lo primero que haremos será recordar nuestros sueños. Nos lo
podemos repetir cincuenta o cien veces cada noche, o hasta que nos quedemos
dormidos. Si nos mentalizamos lo suficientemente bien, descubriremos que a lo
largo de la noche nos despertamos de forma natural cuatro o cinco veces, una
vez al final de cada periodo REM. Esto le ocurre a todo el mundo, pero por
falta de mentalización no nos damos cuenta frecuentemente. En cada uno de esos
pequeños despertares nos pararemos a recordar lo que acabamos de soñar y por
supuesto tomaremos nota de todo en nuestro Diario de Sueños, que habremos
colocado sobre nuestra mesita de noche.
Las que siguen son algunas técnicas que puedes seguir antes y después de
dormir para propiciar la memoria de los sueños.
Técnicas para antes
de dormir:
Meditación tibetana: Cuando te acuestes, concéntrate en tu deseo de recordar tus sueños.
Después, enfócate en esa intención como si estuviera situada en tu garganta. Puedes
visualizar una esfera azul resplandeciente en la zona de tu cuello, e imaginar
que colocas en el interior de esa bola azul tu deseo de recordar los sueños.
Visualiza un rato esta imagen hasta que te duermas.
Técnica del vaso de
agua: Bebe la mitad de un vaso lleno de agua antes de acostarte y mientras la
bebes, enfócate en tu pensamiento: "Esta noche recordaré mis sueños".
Cuando te levantes por la mañana, si no te acuerdas de ninguna imagen onírica,
bebe la otra mitad y piensa: "Recuerdo mis sueños, ahora y a lo largo del
día." (Ésta forma, en particular, es una de las que a mí mejor me ha
funcionado).
Técnica del tercer
ojo: Coloca una taza o un cuenco con agua junto a tu cama. Justo antes de
dormirte, sumerge los dedos en el agua y roza suavemente tu cuello. Luego
tócate la frente con los dedos, en la zona del tercer ojo. Mientras la rozas,
enfócate en que vas a recordar tus sueños. A la mañana siguiente toca de nuevo
estas dos zonas con el agua.
Visualización
creativa: Cuando notes que empiezas a dormirte, visualiza
que te despiertas, miras el reloj, anotas la hora y escribes todos tus
recuerdos sobre el sueño. Después, continúa con esta visualización hasta verte
despierto por la mañana y escribiendo otros sueños.
Técnicas para
recordar después de dormir:
Darse la vuelta: Según diversas investigaciones y estudios, las personas nos damos la
vuelta o cambiamos la postura inmediatamente después de un sueño. Se cree que
ello facilita al cerebro desplazarse a un tipo distinto de onda cerebral. Si no
hay forma de que recuerdes los sueños, cambia la posición corporal cuando estés
en la cama ya que esto permite generar imágenes de sueño.
Conversación: Inmediatamente después de despertarte, cuéntale a alguien lo que recuerdes
del sueño. A medida que hablas te irás acordando de más detalles, ya que
permitirás que estos afloren a tu conciencia. Si estás solo puedes grabar tu
explicación del sueño.
Dibuja o Garabatea: Si no te acuerdas bien de tu sueño, dibuja lo que recuerdes o
simplemente haz garabatos. Es una técnica que acostumbra a incitar asociaciones
y despierta tu memoria.
Escribir: Escribe todo lo que recuerdes, hasta los detalles más pequeños. Cuando
no te acuerdes escribe: "No me acuerdo de mi sueño" Esta frase
estimula tu recuerdo
Estado de ánimo: Con los ojos cerrados, observa tu estado de ánimo. Saborea ese estado
como si fuera un vino de primera categoría. Sumérgete en esa emoción e
increméntala. Esta técnica suele facilitar la clave mental para recordar.
Imaginación: Imagínate que es de noche y te preparas para ir a dormir, te lavas los
dientes y te acuestas en la cama. Observa las imágenes y sentimientos que pasan
por tu mente, y no te olvides de dar rienda suelta a tu imaginación.
Técnica del color: Trata de acordarte de qué color sentiste tu sueño y empieza a
imaginarte ese color para propiciar el recuerdo.
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