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sábado, 4 de agosto de 2018

LOS COLORES SECUNDARIOS DEL AURA

Nuestra aura tiene un color predominante o de personalidad que permanece con nosotros desde el nacimiento y hasta el día de nuestra muerte. 

Por otro lado, nuestra aura contiene también colores secundarios que se relacionan con nuestros distintos estados de ánimo a lo largo del día. Sigue una breve explicación sobre cada uno de estos secundarios.

Rojo
La rabia, la ira, la violencia y el miedo a estos mismos estados de ánimo, tintan el aura de color rojo. Cuando decimos las cosas sin pensar o nos precipitamos ciegamente a cometer un error, es decir, cuando reaccionamos sin reflexionar, el aura también se pone roja. Incluso cuando discutimos sin tener la razón nuestra aura se pone roja. La intensidad del color rojo dependerá de la intensidad de nuestras emociones. 

Granate o rojo cardenal
A veces indica sacrificio, pensamiento filosófico o religiosidad, pero revela más frecuentemente un estado de ánimo nervioso, glotón y pesimista. Cuando hemos alcanzado una meta sin haberla deseado realmente, o cuando exageramos nuestros apetitos a pesar de saber que al hacerlo después nos sentiremos mal, nuestra aura se torna de color granate. Este color, por tanto, es señal de un carácter jovial, pero receloso; abierto, pero prejuicioso y tradicional; ambicioso, pero sólo desde la perspectiva de que los demás serán más conformistas; distendido y disfrutador por fuera, pero nervioso y sufridor por dentro. Las personas que tienen este color de aura desde su nacimiento, poseen este derrotista aunque expansivo estado de ánimo.

Amarillo
Quien presenta una coloración claramente amarilla en su aura tiene un ánimo orgulloso y puntilloso, perfeccionista para con los demás y con claros deseos de llamar la atención. Cuando queremos dar más importancia de la que en realidad tenemos, nuestra aura se pone amarilla. Cuando exageramos las cosas, mentimos o hacemos teatro, también se nos pone de este color. Es típico ver a un político o a un clérigo, a veces incluso a un maestro, ostentar conjuntamente este y el color lila en el aura cuando están pronunciando un discurso. 

Naranja
El color de los curanderos indica un estado de ánimo reservado por el día y abierto por la noche, o cuando sea la oportunidad exacta de serlo. Es decir, que el color anaranjado en el aura, aunque aparentemente cálido, es indicio de un estado de ánimo ambicioso, frío y calculador. Cuando nos imponemos una autodisciplina para llegar a conseguir aquello por lo que tanto hemos luchado, sin importarnos las privaciones, el aura se nos pone de color naranja. Pero también se nos pone de color naranjapálido cuando decidimos rechazar el amor o la sexualidad de alguien. 

Rosa
El rosa, aparte de los mitos que lo convierten en un color tierno y romántico, es indicio de un estado de ánimo voluble, tímido, a veces cobarde, demasiado sensible e inseguro de sí mismo. Cuando dependemos en exceso de los demás, o cuando nos dejamos llevar fácilmente por las circunstancias y los acontecimientos sin hacer prácticamente nada por nosotros mismos, nuestra aura se colorea de rosa. El aura también se nos pone de color de rosa ante un espectáculo artístico o cuando bebemos más de la cuenta, es decir, cuando nos dejamos llevar por nuestros sentidos.

Azul Cielo
Cuando nuestro ánimo se encuentra interiormente gozoso por alguna cosa, ya sea material o espiritual, se tinta de color azul. La sensualidad, las ganancias económicas, una buena comida, la satisfacción de ganar en algo, incluso el pensamiento de que podemos triunfar en algo que estamos preparando, nos pone el aura de color azul cielo. Sin embargo, ello no quiere decir que vayamos a conseguir lo deseado, sólo indica el gusto interno que sentimos con la idea de llegar a poseerlo. 

Azul marino
Algunos autores indican que el color azul intenso es de los mejores, y quizá lo sea, pero en cuanto a estados de ánimo se refiere, el azul marino indica arrogancia, complejo de superioridad, irritación e insomnio. Cuando nos preocupamos demasiado porque las cosas salgan bien o por lo menos estéticamente bien, en cualquier terreno, desde el amoroso hasta el espiritual, nuestra aura se pone de color azul marino. Y cuando vemos las cosas tal y cómo las queremos ver, en lugar de verlas cómo son realmente, también se nos pone de color azul intenso. Incluso las mentiras, aquéllas a las que recurrimos para justificarnos, tintan el aura de azul marino. O cuando tratamos bien a los demás, les ayudamos, o colaboramos con ellos por interés o con prejuicios, el aura ostenta un intenso color azul marino. 

Verde amarillento
El color verde amarillento en el aura indica un ánimo conversador y a veces charlatán, crítico y comunicativo. También indica hipocresía, dualidad e inestabilidad. El aura se pone de color verde amarillo, por ejemplo, cuando no decimos lo que pensamos o cuando actuamos exactamente al revés de lo que desearíamos hacerlo. Un poco de curiosidad maliciosa también tinta al aura de este color.

Verde hierba
Cuando nuestro ánimo está algo maniático, demasiado criticón, irónico e incisivo, se pone verde inmediatamente. El color verde en el aura también indica intelectualidad, aunque a menudo es más la pretensión intelectual que la verdadera capacidad en sí misma. Las personas que sólo piensan en el orden, la limpieza, los detalles y las apariencias, muestran un intenso tono verde en su aura, de la misma manera que les pasa a las personas que intentan esconder el vicio patente tras la virtud aparente. Dicen que la esperanza es verde, pero no son menos verdes los celos y la envidia. 

Marrón o color sangre
El color marrón indica un ánimo reflexivo, concentrado, oculto, pícaro, malicioso, astuto, audaz, arriesgado y sexual. Cuando decimos algo con doble o triple intención, el aura se colorea de marrón. Una persona excitada sexualmente, por ejemplo, ostentará un aura azul celeste y marrón, es decir, azul celeste de deseo y marrón de sexo. Cuando nos lanzamos a una empresa arriesgada, el aura se tinta de un claro color sangre. Y cuando dicha empresa conlleva violencia o verdadero peligro, el color sangre se hace intensamente rojo. 

Gris
El color gris en el aura es indicio de un estado de ánimo apático, sin deseo de hacer nada. También indica el estado de ánimo de calma  tensa que se tiene antes de la tormenta, antes de entrar en acción ante una situación comprometida. Cuando nos contenemos o reprimimos; cuando esperamos demasiado tiempo; cuando dejamos pasar una buena oportunidad; incluso cuando no nos atrevemos a tomar la iniciativa, nuestra aura se pone gris. Los potenciales personales están ahí, pero no los ponemos en funcionamiento. 

Dorado
El color dorado es más frecuente de lo que se piensa. El primer cinturón del aura, ese que se ve tres o cuatro dedos por encima de la cabeza y los hombros, es de color dorado, por eso precisamente se le llama aura. La claridad de los colores en el aura de la mayoría de los niños y de algunos santos, tan parecidos a los niños, nos da la apariencia de ser dorada. Algunos jerarcas religiosos, empresarios y políticos llegan a tener auras casi completamente doradas. Pero en lo que ha estado de ánimos se refiere, el color dorado del aura indica satisfacción, diversión, alegría, ilusión, inocencia, credulidad y optimismo. Cuando estamos muy satisfechos de nosotros mismos, cuando nos sentimos felices, cuando hemos ganado un premio o cuando hemos hecho un buen negocio, el aura se nos pone de color dorado. Y también se nos pone de color dorado cuando algo nos sorprende y nos deslumbra, es decir, cuando miramos con inocencia la habilidad ajena. Una de las primeras reacciones que tenemos al descubrir que podemos ver el aura, por ejemplo, es que nuestra propia aura se ponga dorada por unos instantes. Pocas personas nacen con el aura dorada, y muchos menos conservan este color dorado a lo largo de su vida.|

Plateado
No existen muchas personas que nazcan con el aura plateada. De cualquier manera, cuando el color plateado ilumina el aura indica un estado de ánimo sensible, magnético e intuitivo, predispuesto a la magia, la brujería, los milagros, las sorpresas y a todas las cosas relacionadas con la ficción, la imaginación y el más allá. Cuando asistimos a un experimento espiritista, cuando prestamos atención al porvenir anunciado por las cartas del Tarot, cuando jugamos a la ouija, etc..., el aura adquiere tonalidades plateadas. Pero también las reuniones grupales con buenas intenciones hacen que las auras se contagien de un emotivo color plateado. Cuando una madre da a luz, su aura se torna de color plateado, incluso durante el embarazo muchas mujeres adquieren iridiscencias plateadas en su aura que las embellece. Y cuando nos acercamos a la muerte, al fin de nuestros días, una fina tela de color gris plata opaco se posa sobre el aura de nuestros ojos.

Lila o morado
Este color de aura es claro indicio de atracción por las cosas paranormales, continuamente confundidas con las cosas espirituales y religiosas. También es indicio de un ánimo desvelado, demasiado imaginativo, perezoso y depresivo. Cuando nuestra aura se tinta de lila, además de aumentar nuestro psiquismo, es claro mensaje de que deseamos obtener las cosas demasiado fácilmente.

Blanco y Negro
El blanco es la conjunción lumínica de todos los colores, y el negro es la ausencia total de colores. Por tanto, se podría decir que no hay auras completamente blancas ni completamente negras. Lo que pasa es que hay auras muy pálidas y auras muy oscuras. La coloración pálida del aura puede indicar dos tipos de ánimo bien diferenciados: uno de espiritualidad mística que casi no pertenece a este mundo, y otro de enfermedad, debilidad o ignorancia supina. Mientras que la coloración muy oscura del aura puede indicar una gran inteligencia y capacidad de concentración, así como mucha maldad, perversión, desviación o cercanía de la muerte. Ambos "colores" son poco usuales, tanto en el nacimiento como en un estado de ánimo, pero cuando se presentan indican una personalidad o una actitud radical, capaces de llegar a cualquier extremo, ya sea positivo o negativo para nuestros actuales conceptos de las cosas.

Opaco o transparente
La apariencia opaca o transparente del aura indica básicamente el optimismo y convencimiento, o el pesimismo e inseguridad de nuestro estado de ánimo. Un aura muy transparente y limpia no indica pureza. Y un aura opaca y densa no indica suciedad ni maldad. Al menos no lo indican en esos sentidos. Una persona de aura clara y limpia puede ser tan buena o mala como una persona de aura opaca y densa. Lo que sucede es que el aura clara da más confianza, y a veces nos engaña o deslumbra por su luminosidad; mientras que un aura opaca y densa nos da desconfianza simplemente porque la persona que la emana ya carece de dicha confianza en sí misma. Las personas que nacen o adquieren un aura clara son positivistas y optimistas, mientras que las personas que nacen o adquieren un aura opaca son pesimistas.

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