El larimar
o pectolita azul es sin ninguna duda una de las piedras más mágicas y bonitas que existen en nuestro planeta.
Aunque
se afirma que fue descubierta a principios de los 70 en la costa de República
Dominicana, existen voces discordantes que indican que ya se habría descubierto
en 1916. Sea cual fuere la fecha, lo cierto es que solo se encuentra en
República, lo que la convierte en una piedra de un valor excepcional en muchos
sentidos.
Este mineral,
que encontramos básicamente en tonos azules y blanco, tiene la maravillosa
capacidad de conectarnos con nuestro Ser Superior o inspiración divina.
Es muy
utilizado en joyería y se le otorgan importantes y elevadas vibraciones,
facilitando el contacto con el mundo angélico y las dimensiones superiores de
consciencia. Favorece también la comunicación en general, cuando se aplica al
chakra de la garganta, ya que lo equilibra, así como puede equilibrar también el
resto de chakras además, por supuesto, del contacto con nuestro yo interno.
Este
mineral puede utilizarse como ayuda extra en cualquier tipo de sanación o trabajo
energético, de armonización personal e incluso de armonización del hogar, colocando una pieza en el lugar de la casa donde se reune la familia. También
puede llevarse encima como amuleto armonizador.
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