ES
NUESTRA MENTE LA QUE NOS MANTIENE EN LA ILUSIÓN
No hay
duda de que es la mente la que juzga lo que los ojos contemplan: la que
interpreta los mensajes que le transmiten los ojos y la que les adjudica
"significado".
Este
significado, no obstante, no existe en el mundo exterior. Lo que se considera
la "realidad" es simplemente lo que la mente prefiere. La mente
proyecta su propia jerarquía de valores al exterior, y luego envía a los ojos
del cuerpo a que la encuentren. Éstos
jamás podrían ver excepto a base de contrastes.
Más la
percepción no se basa en los mensajes que los ojos traen. La mente es la única
que evalúa sus mensajes, y, por lo tanto, sólo ella es responsable de lo que
vemos. Sólo la mente decide si lo que vemos es real o ilusorio, deseable o
indeseable, placentero o doloroso.
En las
actividades de selección y categorización que la mente lleva a cabo es donde se
producen los errores de percepción. Y
ahí es donde debe efectuarse la corrección.
La mente clasifica aquello de lo que los ojos del cuerpo le informan, de
acuerdo con sus valores preconcebidos; y determina cuál es el lugar más apropiado
para cada dato sensorial.
¿Qué
base podría ser más defectuosa que ésta? Sin darse cuenta de ello, ha pedido
que se le proporcione lo que se ajusta a esas categorías. Y una vez que ha
hecho esto, concluye que las categorías no pueden sino ser ciertas. Ésta es la
base de todos los juicios que establecen diferencias porque los juicios que el
mundo emite descansan sobre ella. ¿Cómo se iba a poder depender de este
"razonamiento" confuso y absurdo?
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